España en los cielos del mundo

Agencias
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La Patrulla Águila cumple cuatro décadas como icono del Ejército del Aire, pintando las nubes con los colores de la enseña nacional mediante sus espectaculares acrobacias

Exhibición en San Javier, Murcia, durante la presentación de los actos de conmemoración del 40 cumpleaños de los embajadores del país en las alturas. - Foto: Marcial guillén (EFE)

Un aniversario con sabor a despedida. Tras cuatro décadas surcando juntos pero no revueltos los cielos del mundo entre espectaculares acrobacias, la «gran familia» de la Patrulla Águila prepara un cumpleaños muy especial, que coincide con la jubilación de sus emblemáticos aviones C-101, coloquialmente llamados culopollo, por la forma de su parte trasera. 

El grupo acrobático del Ejército del Aire despegó por primera vez el 4 de junio de 1985 de la base aérea de San Javier, en Murcia, en un vuelo de cinco aviones que sirvió para tantear el comportamiento de las naves CASA C-101, una prueba superada, antes de la primera exhibición, que tuvo lugar 10 días después en Jerez de la Frontera (Cádiz). Ante el éxito e interés que despertó el espectáculo, se incorporó una sexta aeronave y un sistema de humos blancos para realzar aún más las maniobras. Tres años después, llegó el séptimo avión que completó la familia, compuesta por el jefe, seis pilotos titulares, un speaker y un aviador reserva. 

Con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, el blanco dio paso a los humos de colores y los aviones pintaron la bandera olímpica en los cielos de Barcelona. Ese mismo año, en el desfile del Día de la Hispanidad, los pilotos dibujaron por primera vez en el firmamento sevillano los colores de la enseña nacional.

Desde su primer despegue, la Patrulla Águila ha realizado más de 28.600 misiones, alrededor de 500 exhibiciones, 170 de ellas en el extranjero. Un centenar de pilotos han pasado por sus filas y la han convertido en uno de los grupos acrobáticos más emblemáticos del mundo, debido en buena parte a su habilidad en maniobras complejas y espectaculares, que le han valido un sinfín de premios nacionales e internacionales.

Maniobras únicas

Este grupo, que nació «del entusiasmo, los valores y la excelencia» que definen al Ejército del Aire, representa «la imagen y el prestigio de la Marca España, que han llevado por los cielos de todo el mundo, además de difundir la cultura de defensa, tan necesaria en estos tiempos convulsos», señala el jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire y del Espacio (JEMA), Francisco Braco.

«Hay acrobacias que solo realiza nuestra patrulla», proclama orgulloso el general Braco, en referencia al aterrizaje en formación. Y es que el conjunto español es el único a nivel mundial en el que sus seis aviones pueden tomar tierra a la vez en una operación que requiere mucha pericia y sincronización.

Y ello teniendo en cuenta que el C-101 no está pensado para ser un modelo acrobático, ya que le falta «un poco de motor» en comparación con muchas de las aeronaves de otras patrullas, precisa el teniente Óscar Sanz, antes de afirmar que, pese a ello, «nosotros sacamos el máximo partido de nuestro avión para poder estar a su nivel».

El general Braco sostiene que los culopollo representan el éxito de la industria aeronáutica española, y los define como una «verdadera escuela de vida exigente». Ahora, estas emblemáticas aeronaves se despiden el próximo 15 de junio en un festival que ultima el Ejército del Aire, y que será la última ocasión para observarlos en acción. 

Los C-101 dan paso al Pilatus PC-21, un modelo de turbohélice suizo que ya ha empezado a utilizarse en la formación de pilotos en la Academia General del Aire. Sin embargo, el relevo en las exhibiciones acrobáticas requiere un proceso de aprendizaje y adaptación, por lo que es posible que no lleguen a tiempo para la muestra del próximo 12 de octubre en Madrid.