Son múltiples los factores que explican la carencia de vivienda en alquiler y venta que sufren muchos de los municipios del medio rural a pesar de que acaparan el mayor número de inmuebles vacíos. Tanto es así que, según el Censo de Población y Vivienda del INE de 2023, las localidades españolas de menos de 10.000 habitantes – donde residen uno de cada cinco ciudadanos–, registran el 45 por ciento de las casas desocupadas.
Según analiza el comisionado del Reto Demográfico del Gobierno regional, Jesús Alique, «el reto de acceso a la vivienda en el ámbito rural adquiere una especial complejidad debido a la realidad de estas zonas». Alique alude a varias cuestiones, en primer lugar, al hecho de que en los pueblos «hay una enorme cantidad de viviendas vacías, pero muchas son segundas residencias que el propietario ni siquiera quiere poner a disposición del mercado porque quiere utilizarla en vacaciones, lo que hace que la oferta en alquiler y venta sea escasa». Asimismo, el político alcarreño advierte de que «numerosas de esas casas vacías y en desuso llevan así durante muchos años y eso implica que necesitan una reforma integral para su habitabilidad», agudizando todavía más el problema. Por ello, Jesús Alique defiende la necesidad de potenciar las ayudas a la rehabilitación en los pequeños municipios, especialmente, desde el Estado por se la administración con más competencia en la materia. Por otro lado, el comisionado del Reto Demográfico recuerda la «escasa cultura del alquiler» que existe en nuestro país y, particularmente, en el entorno rural donde «en muchos casos se ve más como un problema innecesario que como un negocio como sí se concibe en las ciudades».
A todos estos inconvenientes, el presidente de la Asociación Provincial de Empresas de la Construcción (APEC), Emilio Díaz, añade otro más: la carestía de albañiles para poder acometer las reformas o nuevas actuaciones inmobiliarias que se requieren en los pueblos. «La falta de vivienda es un hecho genérico tanto en el Corredor como en otras partes de la provincia y todo tiene que ver, en general, con la situación que vivió la construcción después de la crisis financiera de los años 2007-2008 y la paralización absoluta del sector». Ello tuvo como consecuencia que «la oferta de vivienda que se ha puesto en el mercado en los últimos años haya sido prácticamente inexistente». En el caso concreto de las zonas rurales, esta realidad «también tiene mucho que ver con la desaparición del oficio de albañil», analiza Díaz. «Si a las capitales y grandes municipios afecta de manera importante la falta de relevo generacional e incorporación al mercado laboral de profesionales de la construcción, en el mundo rural si cabe mucho más puesto que la oferta y la demanda son más bajas», argumenta.
En todo caso, el presidente de APEC confirma que en las pequeñas poblaciones «hay una demanda permanente de albañiles para obras nuevas, de rehabilitación o de retejado» y que cada día es más difícil cubrir porque «no hay profesionales que la atiendan», afectando en la disponibilidad de viviendas nuevas o reformadas en el mercado. «La construcción es una actividad que ha dado trabajo históricamente a muchos profesionales y empresas en los pueblos, pero como ocurre en otros oficios ya no es así», lamenta. «Todo lo que fuese facilitar que la obra se pudiera hacer mejor, de una forma más económica y en menos plazos, lógicamente, anularía incertidumbres y animaría a que se hicieran más», sostiene Díaz.
El alcalde de Sacedón, Francisco Pérez Torrecilla, es uno de los munícipes de la provincia que corrobora esta realidad. «En Sacedón, es imposible encontrar una empresa constructora o un albañil que te haga de manera más o menos urgente una obra y eso también lo sufrimos en el Ayuntamiento porque ya en varias ocasiones hemos tenido que volver a licitar o que volver a pedir un presupuesto para alguna obra municipal porque a la primera no entraba ninguna oferta», relata el regidor ribereño. «En los pueblos hay una escasez enorme de profesionales de la construcción y está claro que eso también influye en la disponibilidad de viviendas», apunta.
Travase de trabajadores
Según las estimaciones de APEC, se necesitarían al menos 1.500 trabajadores, entre oficiales de obra y ayudantes, para cubrir todas las necesidades de empleo que padece el sector de la construcción en la provincia. A la tendencia general de falta de profesionales de los oficios tradicionales existente a nivel nacional, se suma en el caso de Guadalajara el trasvase masivo de mano de obra a la actividad logística. «Con la posibilidad de la logística, hay sectores como el de la construcción que se están viendo perjudicados por el acercamiento de los trabajadores», confirma. En todo caso, Emilio Díaz recalca que los sueldos en el convenio de la construcción están por encima del de la logística y recuerda que ya «no es un mundo de pico y pala» sino un sector en el que también han entrado las nuevas tecnologías y que abre la oportunidad de ser empresario cuando se aprende el oficio.