El Oráculo de Delfos profetizó a Edipo que mataría a su padre y se casaría con su propia madre. Luego, Edipo mató a un hombre y se casó con su viuda, sin saber que se trataba de sus progenitores; al conocer lo que había hecho, se sacó los ojos. En Delfos, desde el siglo VIII A.C, en el templo del dios Apolo se estableció una red de peregrinaje que unía toda Grecia con ese lugar, donde acudían los peregrinos en busca de orientación sobre las decisiones que debían tomar. Allí, las ciudades buscaban la confirmación y el beneplácito del oráculo en la ratificación de leyes y en las decisiones importantes en el gobierno de la Polis. Para los griegos, Delfos era el Ombligo del Mundo.
En España, el ombligo del mundo es Sánchez. El Apolo de la mitología griega y romana. Sánchez, como buen oráculo, sabía que la proposición de ley de amnistía no iba a superar la mayoría absoluta que necesitaba para aprobarse en el Pleno del Congreso, y que Junts iba a cumplir su amenaza de descolgarse. No puede ser que el oráculo no lo supiera. Igual que ahora sabe que finalmente la ley saldrá adelante, que se aprobarán los presupuestos, que su legislatura triunfará y que será duradera. Sánchez es consciente de que en las guerras médicas Delfos también se salvó del ataque persa por la intervención milagrosa de Apolo. Rocas enormes cayeron y los persas huyeron presos de pánico.
De este modo, si preguntas al oráculo te mostrará el recorrido inquebrantable de la ley de amnistía que pretende aprobar el Gobierno como pago a Junts por sus siete votos en la investidura. Te dirá que el artículo 9.1 de la Constitución Española no es más que un pequeño escollo que Apolo vencerá mediante la intervención poderosa de Pumpido, otro rey mítico.
Así, poco a poco, en esta "suerte de golpe de Estado a cámara lenta", entre la complacencia de los ciudadanos, se va muriendo la Constitución de 1978, que vino a configurar una sociedad moderna basada en la democracia y el Estado de Derecho. La sociedad democrática vive amenazada, no solo por los golpistas nacionalistas e independentistas, esa caterva de bodoques burgueses que cuestionan sistemáticamente la legitimidad de las instituciones e incumplen impunemente las leyes, bajo el pretexto de preservar unos supuestos derechos y privilegios oligárquicos y medievales, sino también por el mismísimo Apolo.
Y lo estamos permitiendo como si no pasara nada. Para Ortega, los pusilánimes carecen de misión, vivir es simplemente existir, no tienen nada que hacer, carecen de proyectos. No olvidemos que Sánchez, como Apolo, es dios de la luz y de la verdad, también es el que trae las plagas mortales y, sobre todo, es el patrón defensor de rebaños y manadas.