Carolina Moreno Antón unió las dos pasiones de su vida, la música y la educación infantil, para hacer realidad Musititos, una escuela de aprendizaje musical que ofrece una metodología pedagógica basada en el juego y respetuosa con el desarrollo y las capacidades del niño. Creativa por naturaleza y gran amante de los sonidos castellanos, Carolina también ha sido integrante de numerosas rondallas y grupos de folclore tradicional de la provincia hasta que decidió crear el suyo propio, Dairca.
¿Cómo surge su gusto musical?
Fue de casualidad porque en mi familia ni había músicos ni estábamos vinculados con la música. Cuando era pequeña, teníamos un cura en mi pueblo, en Fontanar, que se llamaba don Jaime que se empeñó en formar un coro para la iglesia. Vino un profesor a enseñarnos, que era Manuel Fuentes, y montó una rondalla. Desde el año 1989 que comencé en aquel grupo con la bandurria hasta ahora, nunca he dejado la música. Después, continué mis estudios musicales e hice Magisterio Musical porque ya tenía claro que quería dedicarme, primero, a la enseñanza porque me gusta mucho la educación y el mundo infantil y, segundo, a la música porque me encanta. Se puede decir que uní mis dos pasiones.
¿Por qué decidió decantarse por la enseñanza musical desde edades tempranas?
No he conocido otro trabajo que dar clases de música, pero siempre como trabajadora contratada. Cuando nació mi primer hijo, Daniel, hace 12 años, y después Iván, fue cuando empecé a pensar en lo que era la música desde mi punto de vista, desde lo que veía que podía ofrecer también a mis hijos. Porque estamos acostumbrados a aprender la música a edades muy tardías y el cerebro del niño cuando más plasticidad tiene y cuando más preparado está para recibir es cuando es más chiquito. Entonces, empecé a crear Musititos, un proyecto de música para edades muy tempranas, es decir, música en familia. Poco a poco, ese proyecto fue creciendo y hace siete años que conseguí un local para abrir mi propia escuela.
Carolina Moreno Antón. - Foto: Javier PozoEn Musititos apostáis por una formación musical diferente. ¿Cuál es esa diferencia?
El eje vertebral de Musititos es la edad temprana, comenzar desde pequeñitos, desde la familia, con la familia y a partir de la familia para que sea un aprendizaje global y, sobre todo, a través del juego que es el primer aprendizaje que tienen los niños. Los niños aprenden jugando, por lo tanto, no tiene ningún sentido que la música la enseñemos desde lo estricto. Nosotros lo que hacemos es quitar todo ese estigma de niños sentados, de aprendizaje basado en libros, en solfeos y a través de métodos que se utilizan con los adultos que no tienen nada que ver que con el aprendizaje de los niños que está basado en el juego.
¿Se aplica demasiada disciplina en la enseñanza musical infantil?
La disciplina no tiene que ser la vara del maestro. Para mí, disciplina significa más compromiso, entrega, reciprocidad y saber estar. Disciplina es un término muy amplio en el que podemos intervenir de diferentes maneras. También entra el juego, la diversión y el poder realizar diferentes actividades que no tienen que ser rígidas. Disciplina para mí no es rigidez, disciplina es compromiso, venir a clase y disfrutar. Es cierto que el paradigma de lo que es el aprendizaje musical siempre ha estado envuelto en esa disciplina rígida y muy académica. Y si queremos llegar a los más pequeños, todo ese estigma hay que romperlo. Por suerte, ya hay algunas escuelas que lo vamos haciendo, pero queda mucho trabajo porque lo que es el aprendizaje musical viene muy ligado a un conservatorio, a una manera de enseñar que, a mi entender, no se adecúa a lo que es el aprendizaje del niño. Los niños tienen que aprender disfrutando del instrumento, disfrutando del escenario y de lo que están haciendo. Y una vez que ellos tengan una edad, ya decidirán si quieren seguir completando sus estudios de manera más profesional, donde ya entraría esa rigidez, pero nunca antes de los 12 años. Precisamente, por esa rigidez hay muchos niños que acaban pasándolo mal y que dejan el aprendizaje de un instrumento.
¿Qué aporta el contacto con la música desde edades tempranas?
Desde mi experiencia, puedo decir que he tenido alumnos muy tímidos que tenían miedo a la sociedad, a reunirse, a mostrarse tal y como son y que han logrado grandes avances gracias a la música porque la música trabaja de manera muy positiva el desarrollo de la inteligencia emocional, social y afectiva. Incluso niños con autismo que no tienen lenguaje verbal son capaces de comunicarse a través de la música. Luego, la música contribuye a nivel de destreza e inteligencia matemática. La música, al final, son matemáticas puras. Por otro lado, la música aporta valores como la constancia y la disciplina pero no como algo que te imponen desde fueron sino como algo que tú mismo interiorizas. No te obligan a ensayar, es que tú quieres ensayar para aprender. Llega ese momento de objetivo y meta, de necesito el ensayo para conseguir este fin. Y esa filosofía es buenísima para la vida misma. Que tú tengas una meta y un objetivo y que se sepas cuál es el proceso que tienes que seguir para llegar a ello es un valor que con la música también se consigue transmitir.
Carolina Moreno Antón. - Foto: Javier PozoAparte de la actividad del propio local, Musititos también llega a otros espacios a través distintas iniciativas. ¿Cómo es esa otra faceta?
Aparte de músico, soy animadora sociocultural, monitora de tiempo libre y lo que es la parte un poco humana y de ayudar la llevo muy intrínseca. Entonces, me propusieron hacer música para las personas con Alzheimer. Me pareció un proyectazo. Se escapa un poco de lo que hacemos en Musititos porque no son clases como tal, sino que lo que hago es compartir la música que yo tengo dentro con esas personas. Voy a la Asociación de Alzheimer de Guadalajara cada miércoles. Además, en varios colegios concertados impartimos clases extraescolares en el horario de mediodía. Pero no es dar una clase de guitarra y ya está. Las clases extraescolares de Musititos de fuera del local también pertenecen al universo de Musititos. Por otro lado, llegamos a las escuelas infantiles porque la música es muy importante en ese ámbito. Pero la música que nosotros enseñamos no es cantar 'El patio de mi casa', lo que hacemos es acompañar las rutinas diarias con la música, con las canciones que vienen del propio método Musititos y que están creadas para conseguir ese fin. Por ejemplo, si yo quiero motivar al niño para que camine, viene el duende Tirilín que le pone los cascabeles en los pies y de esa manera ese niño se motiva para caminar.
¿Qué es lo más satisfactorio de trabajar con niños?
Aprendo de ellos cada día. Los niños tienen muchísimo que enseñar y pueden enseñarnos muchísimas cosas. El saber cómo gestionarnos a nosotros como adultos y cómo entendernos como adultos parte mucho de entender a los niños. Entonces, trabajar y estar en contacto diario con los niños me da mucha paz, me da mucha paciencia y siempre me pongo en su lado, es decir, quiero entenderte para saber qué te está pasando. Al entenderles es mucho más fácil el controlar tú mismo tu parte emocional. Por eso, me ayudan a saber parar y a saber mirarles con otros ojos, es mirar a la infancia de una manera más sana.
Aparte de ser directora de Musititos, también tiene su propio grupo de música folk, Dairca. ¿Cómo surge esta otra faceta?
Siempre he estado ligada al mundo del folclore provincial. He formado parte de rondallas de toda la provincia y eso hizo ampliar mi círculo y mi rango social muchísimo. Tras un tiempo de parón en ese ámbito, decidí crear mi propio grupo con una selección de profesionales que tenían esas cualidades que consideraba necesarias. De ese primer grupo, después, nació Dairca. Primero, porque siempre me ha gustado el ámbito del folclore y lo echaba de menos y, segundo, para que mis hijos pudieran tener esa experiencia el día de mañana de formar parte de un grupo para ampliar ese rango social como hice yo, y también para poder subirse a un escenario porque es algo que te da muchísimas tablas para la vida.
¿Cómo es Dairca?
Dairca es un grupo muy familiar, de hecho el nombre viene de las iniciales del nombre de mis hijos, el de mi pareja y el mío (Daniel, Iván, Rubén y Carolina). Tocamos música tradicional, sobre todo, castellana y algunos temas que he compuesto pero siempre teniendo en cuenta la raíz, lo que es la base de la música tradicional castellana. Pero en Dairca ya no sólo hay gente de nuestra familia, se han sumado niños de Musititos que han dicho que querían participar, que han cogido su instrumento, se han subido al escenario y han aportado a Dairca el talento musical que ellos tienen. Y sólo con eso, me doy por satisfecha.
¿Trabaja en nuevos proyectos?
Musititos es muy amplio y proyectos siempre hay. Le estamos dando vueltas a proyectos de tiempo libre de calidad que favorezcan esa conciliación que forma parte de Musititos. Otro proyecto que también tenemos es Mari Castaña. Mari Castaña es Carolina en estado puro transmitiendo música tradicional a los más pequeños y, sobre todo, a las familias. Y otro proyecto importante es el hilo de conciertos que queremos establecer de manera periódica. Queremos hacer galas anuales y siempre con un fin solidario. Este año ha sido muy importante la parte solidaria de Musititos y queremos que ya se convierta en algo habitual.
Precisamente, el 13 de diciembre, desde Musititos ofrecisteis un concierto navideño en el CMIa beneficio de Afanion. ¿Cómo fue?
Fue un exitazo a nivel profesional, de familias, de acogida, de respuesta, de ayuda… Ahí vimos que las familias quieren, que tienen ganas, que el proyecto gustó y que quieren más. Y nosotros lo único que podemos hacer es dárselo.
También lideró dos caravanas con material educativo que entregaron a la zona afectada por la Dana...
El saber que todo lo que llevamos llegó a su destino, fue algo muy reconfortante para mí y para todas las personas que nos ayudaron y que donaron material. Ha sido una labor importante de Musititos que me enriquece no sólo como empresa sino como persona y profesional. Además, seguimos en contacto con los dos centros educativos de Catarroja a los que llevamos el material, hablamos con ellos en Navidad y tenemos pendiente repetir la visita y hacer un concierto. Y ellos siempre nos han manifestado su agradecimiento a la gente de Guadalajara.
Es una persona muy creativa. ¿De dónde le llega tanta inspiración?
Creo que va ser la única pregunta que no te voy a saber contestar (risas). Pues no tengo ni idea. Supongo que la creatividad es algo que se tiene, pero que si no la construyes y trabajas, no se desarrolla. El haber tenido muchísimas experiencias tanto musicales como dentro del mundo de la cultura, del arte, a nivel social, etc. ha conseguido desarrollar esta cabeza que tengo.