José Miguel Cócera ha anunciado que deja su acta de concejal en el Ayuntamiento de Yebes en un emotivo escrito en sus redes sociales.
"Todo tiene su momento, su origen y su final. Llegué a Yebes en 2007 con mi familia. Yo de Madrid, enamorado de mi ciudad. Me adapté rápido. Nada más llegar, el pueblo nos encantó. No había nada, éramos ricos en silencio, en naturaleza, una joya para un urbanita. Mi esposa y yo fuimos los primeros militantes de la futura Agrupación socialista. Y entonces todo se encadenó. De repente estaba enfrascado en un camino, el de la política, que no surcaba como militante desde que tenía diecisiete años en plena Transición.
Ya han pasado dieciséis años en este municipio. Tres en la oposición, cuatro de concejal y ocho de alcalde. Hasta hoy, tras siete meses desde las últimas elecciones donde PP y Vox han conseguido gobernar. He surcado un largo camino. Este es mi momento. He decidido renunciar a mi acta de concejal. Dejo ser el portavoz y también concejal por mi grupo.
Hay un equipo de personas tras de mí que aúnan juventud y experiencia. Y muchos compañeros y vecinos que apoyan su reciente paso por la última legislatura. He prestado un servicio del que estoy orgulloso. Los logros conseguidos desde aquellos tiempos de "ciudad fantasma" hasta la reconocida marca de "municipio estrella" son evidentes. Los equipamientos e infraestructuras, los servicios, la cultura, el deporte y la educación nada tienen que ver con aquel municipio que recibimos en 2011 y que por no tener ni siquiera tenía biblioteca en Valdeluz. Igualita que la actual del edificio Multiusos.
No ha sido fácil. Gobernar es lidiar con un sapo diferente cada mañana. Y aun así avanzar, buscar puentes. Dijo Yourcenar que "el universo no es más que un tejido de ilusiones y errores", cuánta razón. Tenía que llegar al Pleno de los primeros Presupuestos municipales con la nueva corporación antes de pasar el testigo. Es el momento de que encare mi vida con otro rumbo. Son muchos los libros que esperan pacientemente el término de esta etapa. Las vidas y horizontes ajenos que siempre hurgan en nuestro propio jardín secreto, la lectura que tanto ansío. Una vida sencilla y fuera de los focos, dedicado a mi familia.
Lo siento por las estrellas. Atrás quedan Expoastronómica y tantas buenas obras. Ahora soy quien quiere decidir mis días y no estar al albur, como defendía el confesor de Sor Juana Inés, de "la ligereza de las afirmaciones y la osadía de las conclusiones". Quiero, como postula histriónica y falsamente el nuevo inquilino de la Casa Rosada, "la libertad, carajo". Lo siento también por mis detractores. Desde hoy elijo mi camino, ciego a las intrigas y sordo a los rumores. Es el fin de la complacencia. No he visto la hoja roja que tan bien describió Delibes, más bien es un reencuentro, un nuevo comienzo, una cuestión personal.
Gracias a quienes confiasteis en mi trabajo. Gracias también a quienes elegisteis el insulto y la difamación. De todos se aprende algo. Asumo mis errores, que sin duda los hubo. Me quedo con lo mejor de estos años, las personas a quien pude ayudar, la simpatía recibida, las buenas almas con quien compartí temores y sueños, las obras, proyectos y servicios que perdurarán en la memoria colectiva. Son suficiente recompensa para mí. Todos sois testigos de lo construido y conseguido en estos años.
Solo os pido una cosa. Vuestro voto de confianza para mis compañeros. En ellos aguarda un brillante futuro ante el vacío y la falta de proyecto de los actuales gobernantes. Depende de las personas que tomen las riendas así será el horizonte por conquistar, para que vuelva a renacer esta ciudad, este pueblo que tenemos por tierra chica, ellos serán la clave en tres años más. Yo paso hoy página, queda para otros el afán de cambio y la nostalgia de la grandeza perdida. Hasta siempre".