A horas de una cita con la historia, con la disputa de la quinta final de la Eurocopa, Luis de la Fuente realizó ayer la mayor defensa posible a un futbolista. A su capitán Álvaro Morata, con el deseo de que no sea su último encuentro como internacional por el hastío. «Sería un mito en otro país con un prestigio reconocido», aseguró. Alejado de la presión de ruedas de prensa multitudinarias, el riojano gana en el cara a cara. Su mensaje es más directo, cercano y se siente mejor entrenador.
Nadie puede decir que a España se lo hayan puesto fácil. El grupo de la muerte, el reto del anfitrión con Alemania, Francia y ahora Inglaterra en la final...
Estos caminos nunca son fáciles. Independientemente de que el nombre del rival nunca es sencillo, es verdad que nos hemos medido a equipos muy difíciles. Pone en valor la gran categoría que tiene este bloque.
Solo los que le conocían de su trabajo en la base de la selección sabían de lo que podía ser capaz. A la gente le ha costado valorar su labor. ¿Siente ahora el reconocimiento?
A mí lo primero que me inquietaba era que me reconocieran los futbolistas, que estuvieran convencidos de que yo iba a ser un líder en el que podían confiar y que les iba a dar la posibilidad de conseguir cosas importantes. Esa fue mi primera y única inquietud. Era el motor para conseguirlo. Luego, mediáticamente, que se me valore más o menos es consecuencia. Créeme que siempre me he sentido muy querido y valorado, pero faltaba ese reconocimiento más popular para que la gente se diese cuenta.
¿Se siente mejor entrenador?
Sí, por supuesto. Es la frase que digo a mis jugadores: mañana hay que mejorar, esto se puede hacer mejor y me lo aplico. Si no lo digo desde el convencimiento, no lo puedo decir. Soy mejor que hace un año, pero es que mañana quiero ser mejor. Puedo mejorar y es mi actitud en la vida.
«Del subcampeón nadie se acuerda», les dijo Aragonés antes de la final de 2008...
Ahí tengo cierta discrepancia con él. Las finales son para jugarlas. Ya es un éxito estar. No muchos han llegado y pueden decir lo que ha costado alcanzarla. Solo llegan dos de muchísimas selecciones. El mérito ya está en llegar a la final y te enfrentas con un rival tan bueno como tú. Quiero desdramatizar la situación porque el perder parece que es un fracaso y no puedo con esa palabra. No la entiendo. Si lo das todo, si no te guardas nada, no puedes fracasar. No se puede tachar de fracasado a quien deja todo y no consigue la victoria porque el rival ha sido mejor. Incluso a veces te gana sin serlo.
¿De qué partido se siente más orgulloso en el torneo?
Del primero, porque era muy importante empezar muy bien ante un rival muy difícil como Croacia, donde realmente fue nuestra tarjeta de presentación: «Aquí estamos nosotros». Fue reforzar la idea que teníamos ya durante la fase de clasificación.
Apuestas personales que le han salido bien son Cucurella, Laporte, Fabián... ¿Cuál ha sido la gran sorpresa?
Eso es el conocimiento de la materia prima. Quitando a Laporte, con el resto llevo trabajando desde que tienen 15 años y sé el potencial que tienen. Mérito mío es seleccionarlos, pero el de ellos es ser capaces de demostrarlo.
¿Viene peor Inglaterra como rival por estilo de fútbol?
Somos un equipo que nos adaptamos a cualquier situación del juego para llevar el partido donde nos interesa a nosotros. De posesiones más largas a hacer transiciones y ser cuchillos en ataque.