Fieles, obispos y arzobispos de distintos puntos del país; el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, el presidente de las Cortes, Pablo Bellido y la alcaldesa de Sigüenza, María Jesús Merino, entre otras autoridades, acompañarán este sábado al nuevo obispo de la diócesis, Julián Ruiz Martorell, en su toma de posesión, en la catedral de Sigüenza. El prelado llegó este viernes a la provincia, y tras visitar la parroquia del primero municipio de la provincia, Alcolea del Pinar, se acercó seguidamente al Santuario de la Virgen de la Salud, en Barbatona, y pasará la noche ya en Sigüenza.
En sus primera declaraciones a La Tribuna, tan solo horas antes de dar por iniciada esta nueva misión, el nuevo obispo se mostraba muy «animado y esperanzado» con el reto que ahora afronta. «Afronto esta nueva etapa como obispo con enorme gratitud por la historia de la diócesis y por la labor realizada por todos mis predecesores y sus colaboradores. Para mí supone un desafío personal y pastoral, vivido desde la confianza en la acción del Espíritu Santo y en tantas buenas personas como estoy encontrando», declaraba.
Como conquense, se muestra muy cercano a esta tierra porque pertenece a la región donde nació y cuyas raíces son también el cimiento de su personalidad.
Obispo: «Afronto esta etapa como desafío personal y pastoral" - Foto: Javier PozoLa entrada a Sigüenza, donde ya pasó la noche de este viernes, se realiza según marca la tradición. «He practicado todo lo que se refiere a preparación espiritual. En cuanto a la cabalgadura, rezo todos los días por los propietarios y espero que recompensen al equino con una buena comida y un buen descanso", declaraba a este medio poco antes de iniciar dicha andadura. Un desafío al que sumará los propios del episcopado en breve. Así, el primero será conocer la realidad pastoral y «establecer vínculos con las personas, amarlas y servirlas»; en segundo lugar, su intención es proseguir la dinámica del Sínodo diocesano, «que lleva un recorrido y apunta hacia su culminación». Reconoce el esfuerzo y la vitalidad que hay detrás de ello y, en tercer lugar, y también muy importante y decisivo, el prelado se prepara para «estar abierto a la acción del Espíritu Santo, que guía y sostiene la nave de la Iglesia, para descubrir, junto con todas las personas de la diócesis, sus proyectos e iniciativas», asevera.
Dará continuidad al proceso sinodal, y asegura que lo hará «con mucho gusto, con profunda gratitud y con gran confianza». En su primera toma de contacto con el material que le han proporcionado, reconoce que ve «una oportunidad para la escucha y el discernimiento. Juntos, daremos continuidad a este itinerario diocesano», manifiesta.
En cuanto a su primera toma de contacto con esta tierra, monseñor Julián Ruiz reconoce que le llamó especialmente la atención «la amabilidad y la generosidad de las personas. No me conocen y ya están dedicando mucho tiempo y esfuerzo para preparar mis primeros pasos en la diócesis. Recibo mucha atención y muestras de simpatía».
Por último, preguntado sobre si se han de esperar grandes cambios a partir de ahora en la diócesis, apunta que no es una persona de «rupturas ni de improvisaciones». «Confío plenamente en todo lo que se ha realizado anteriormente". Sin embargo, no niega que, en su momento, habrá que tomar decisiones «según las vías que el Espíritu Santo vaya abriendo», y que cuando llegue ese momento «escuchará a Dios y a los hermanos».