Los aspirantes a registradores visitan el Registro de Brihuega

Belén Monge Ranz
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Acaban de superar la oposición y desde los colegios de este cuerpo han elegido un municipio de la España rural donde también llegan este tipo de servicios

Los Registradores de la Propiedad visitan el registro de Brihuega - Foto: Javier Pozo

Los Registradores de la Propiedad, Mercantiles y Bienes Muebles de España han elegido el municipio alcarreño de Brihuega (Guadalajara) para mostrar a los nuevos aspirantes que acaban de superar las oposiciones la similitud que hay entre el servicio que presta en las ciudades y el que se ofrece en las localidades del medio rural, muchas de ellas amenazadas por la despoblación.

El decano del Colegio en Castilla-La Macha, Alfredo Delgado, ha sido uno de los registradores que este miércoles se ha desplazado a la localidad briocense, donde ha resaltado la importancia de este servicio en el medio rural, asegurando que los pueblos son también "más agradecidos".

Entre los aspirantes que acaban de aprobar se encuentra el valenciano Pau Cuquerella, número 1 en esta última promoción, o la albaceteña Beatriz Belmar, quienes han podido conocer 'in situ' el funcionamiento del registro briocense a través de su registrador Manuel Osborne.

Los Registradores de la Propiedad visitan el registro de Brihuega Los Registradores de la Propiedad visitan el registro de Brihuega - Foto: Javier PozoUna visita en la que los registradores han querido poner el acento en la importancia de un servicio que es desconocido por gran parte de la sociedad y que se presta con la misma calidada en las ciudades que en las zonas rurales. 

"Los pueblos castellanomanchegos son muy agradecidos para ejercer la función de registrador porque hay un trato muy cercano", ha apuntado Alfredo Delgado, para quien la ventaja que ofrecen los pueblos es que al haber menos población y, quizá, menos servicios jurídicos, la atención es "mucho más personalizada".

Antes, no había costumbre de registrar porque casi todo el mundo sabía en los pueblos de quién era cada finca, esto ya no es así. La mecanización y el abandono del campo para irse a  la ciudad ha conllevado que acudir al Registro sea la única forma de conocer cuál es la finca que a uno le dejó su abuelo o su madre.

Y la realidad es que, a partir del año 2000, prácticamente todo el mundo inscribe sus fincas porque, entre otras cosas, ofrece una garantía que no se tiene de otra manera.

En el caso de Castilla-La Mancha hay 60 registros, de ellos, 14 está ubicados en zonas de extrema despoblación y en Guadalajara hay una decena, y salvo los que hay en el Corredor, el resto de la provincia es poco poblada.

Desde el año 1863 los registros se hacían a mano, en libros como los que este miércoles se pudieron ver en el Registro de la Propiedad de Brihuega, pero a partir del 2001 al 2005, se han digitalizado todos los tomos de los 1.100 registros de España.   

Pau Cuquerella no sabe aún dónde trabajará él en un futuro próximo, pero tras esta visita al Registro de Brihuega, ha reconocido no haber observado ningún contraste significativo con respecto al servicio que se pueda ofrecer en la ciudad sino constatar que la digitalización también ha llegado a estos pueblos.

Este joven ha obtenido en las oposiciones la máxima nota, lo ha hecho estudiando una media de diez horas al día, seis días a la semana. Este valenciano tiene 27 años y se siente tremendamente satisfecho del resultado. No tiene aún claro dónde trabajara pero asegura que no le importaría en absoluto que fuese en un Registro rural porque "el contacto con el ciudadano es necesario, es la piedra angular".