En pleno dominio del balompié español, refrendado tras el Mundial de 2010, Alemania e Italia midieron sus fuerzas en las semifinales de la Eurocopa 2012 con el objetivo de poner fin al buen momento de la Roja.
Dos conjuntos históricos frente a frente en el partido previo al decisivo por el título. Ambos habían conseguido plantarse en esta ronda con cierta solvencia, no sin que sus caminos estuvieran repletos de dificultades. Los germanos habían conseguido pleno de victorias en un Grupo B integrado por Portugal, Dinamarca y Países Bajos.
Los transalpinos, que acabaron segundos, tuvieron que lidiar precisamente con la selección de Vicente del Bosque en el Grupo C, con la que llegaron a firmar las tablas al terminar 1-1. La República de Irlanda y Croacia completaban un cuarteto de alto voltaje.
Ese segundo lugar obligaría a la 'Azzurra' a enfrentarse a otro 'hueso' como Inglaterra en los cuartos de final, a la que doblegó en los penaltis. La 'Mannschaft' en cambio, tuvo un cruce más benevolente contra Grecia. Aunque los helenos plantaron guerra, los de Joachim Löw fueron un vendaval ofensivo en la segunda parte para imponerse por 4-2.
Por tanto, dos selecciones tetracampeonas del mundo estaban listas para el enfrentamiento en el Stadion Marodowy de Varsovia, en Polonia. El espectáculo estaba asegurado. Y, por si había dudas, un joven Mario Balotelli se encargó de hacer las delicias de los aficionados.
El ariete transalpino desmanteló a Alemania con un doblete entre los minutos 20 y 36. En el recuerdo quedará su icónica celebración tras el segundo tanto, quitándose la camiseta y marcando músculo.
Özil, desde los 11 metros, recortó distancias para los teutones, pero fue insuficiente. Italia se convertía en finalista y aspiraba a repetir el éxito logrado en 1968.
No fue así. España realizó una auténtica exhbición en el Olímpico de Kiev (4-0) para revalidar el título. Los de Cesare Prandelli no tuvieron opciones frente al combinado nacional. Pero la gloria continental les llegaría unos años más tarde.