Vuelve el acceso a Internet a Cantalojas y Galve de Sorbe

Belén Monge Ranz
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Once días han estado sus vecinos y el Ayuntamiento sin este servicio en ambos municipios de la Sierra Norte

Una imagen del municipio de Cantalojas

Esta vez, han batido récord en días sin acceso a Internet en Galve de Sorbe y Cantalojas. Once días han estado sin este servicio en estos dos pequeños municipios de la Sierra Norte de Guadalajara. Una situación que, en esta ocasión, se remonta al pasado día 17 y que tiene indignada a su población.

Muchos de ellos si se sienten ahora más parte de la denomina la España vaciada en todos los sentidos, ya que han estado sin acceso a este servicio once días, con lo que ello ha supuesto en el funcionamiento de algunos servicios y también a nivel particular.

Se trata de un problema que en pleno siglo XXI no debería darse y que está afectando en el día a día de todos sus vecinos; a los niños, ya que muchos de los trabajos que les piden en clase tienen que realizarlos haciendo uso de tabletas u ordenadores; a la Administración local, cuyo secretario no puede atender debidamente los requerimientos que le piden ni avanzar en el trabajo; a las casas rurales, que ven como los turistas, al no contar con Internet, anulan las reservas, así como a las tiendas y residencias.

Pese a que ya ha regresado el servicio, los escasos vecinos de estas pequeñas localidades situadas en la España más despoblada están enfurecidos y se sienten atrapados porque cada dos por tres se quedan sin Internet, sin telefonía móvil y, en muchas ocasiones, sin electricidad, por subidas y bajadas de tensión que dan lugar a que se les estropeen los aparatos eléctricos, han señalado fuentes municipales.

"Esto si que es la España vaciada, pero vaciada de servicios, no de personas", señalaba hace tan solo unos días Pilar Moreno Esteban, teniente de alcalde de Cantalojas y propietaria de los apartamentos Tejera Negra y de la tienda de Cantalojas, municipio donde en invierno viven unos 90 vecinos, pero donde el turismo de fin de semana es una constante.

Tanto ella como el resto de los vecinos de este y de otros municipios, esperan que el problema se resuelva cuanto antes y de forma definitiva.