Desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca solo hay dos cosas incuestionables: todos los días sale el sol y cada mañana amanece con una nueva sacudida al mercado internacional. En esta ocasión le ha tocado el turno al sector de las bebidas alcohólicas de la Unión Europea, incluidas las bebidas fermentadas y el vino.
Castilla-La Mancha juega un papel esencial en el tablero económico español cuando se habla de exportaciones vitivinícolas. Uno de cada cinco euros del vino que se vende en España al mercado exterior proviene del campo castellanomanchego.
Tras la amenaza del presidente de Estados Unidos de imponer unos aranceles del 200 por ciento al vino de la Unión Europea se ven comprometidos cerca de 18 millones de euros de este producto castellanomanchego, según el último informe del ICEX de noviembre de 2024. Junto al aceite de oliva y el queso manchego, el vino es el producto más vendido en el mercado estadounidense.
Estados Unidos es el tercer país extracomunitario al que más vino vende Castilla-La Mancha, por detrás de Reino Unido (39,8 millones de euros) y Japón (29,5 millones). Si bien el crecimiento en el país norteamericano ha sido exponencial, aumentando en un 24 por ciento las ventas a Estados Unidos de este producto desde 2022.
Todo llega tras el anuncio de Bruselas de gravar las importaciones de Estados Unidos por valor de hasta 26.000 millones de euros, lo que supone reactivar el impuesto aduanero para el whisky del país norteamericano, el cual ya había sido implementado durante el primer mandato de Trump (del 2017 al 2021).
No hay que olvidar que casi el 10 por ciento del total del vino producido en la Unión Europea es exportado a Estados Unidos, siendo España, Francia e Italia los principales elaboradores de este producto.