La temporada de caza 2024-2025 arrastra una mala racha de siniestralidad. A lo largo del pasado año se produjeron cuatro muertes por tiros accidentales de caza en Castilla-La Mancha, dos en Toledo y dos en Ciudad Real. Y al arrancar 2025 hubo una nueva víctima mortal en  San Lorenzo de Calatrava. Por esta razón, a la hora de hacer balance con motivo del cierre de la temporada general de caza, el sector no ahorra en calificativos y la tilda de «convulsa» o «catastrófica», aunque reconocen que en cuanto a nivel de actividad ha sido buena. 

«Ha habido varios accidentes en un mismo año, eso es algo excepcional, creo que no ha ocurrido nunca y no le podemos restar importancia, sino analizar cada accidente y sentarnos con pausa con la administración para ver si podemos mejorar las medidas y que se reflejen en la normativa o en la orden de veda», afirmó a La Tribuna el presidente de Aproca, Luis Fernando Villanueva.

En una línea similar se pronunció la presidenta de Ática Castilla-La Mancha, Ángel Ormeño, quien aseguró que se tiene que «trabajar por inculcar que la seguridad tiene que primar por encima de todo y, de hecho, desde nuestra asociación ya estamos trabajando en este sentido», lanzando consejos y pidiendo el cumplimiento de las normas. 

«Tanto los organizadores, no poniendo puestos de más, como los cazadores, respetando la posición de puestos, nos tenemos que respetar», incidió por su parte el delegado en Ciudad Real de la Federación de Caza, Manuel Aranda, quien lamentó que los siniestros hayan sido «la nota negra de la temporada». 

Por lo que respecta al volumen de actividad, el sector está satisfecho. «Se ha cumplido con la evolución en cuanto al número de capturas y monterías y cada vez se genera más empleo y más economía en la región», apuntó Villanueva tras avanzar que «dentro de dos o tres meses» Aproca presentará el informe sobre el impacto de la caza en España, que considera que reflejará lo que ahora son esas sensaciones de incremento de la actividad. 

«El número de monterías ha sido más o menos como el año pasado, con cifras de antes de la pandemia», dijo Ormeño tras poner de manifiesto, sin embargo, que los precios de la carne de caza «no son los que deberían». En especial, apuntó, debería subir en la de los ciervos, «que tiene una fuerte demanda» y a veces su precio «no cubre los costes».

Aranda, por su parte, calificó de «irregular» la temporada de caza menor, que finalizó el pasado 8 de febrero, y coincidió con Villanueva en indicar que la caza del conejo ha sido buena en las zonas donde hay sobrepoblación, mientras que en otras está prácticamente desaparecido, dijeron. «En el Campo de Calatrava y el Campo de Montiel ha habido un descenso importante», matizó el presidente de Aproca. 

Por lo que respecta a la caza mayor, destacaron el buen nivel de los trofeos y también la cantidad de piezas que han podido ser abatidas esta temporada.