Familiares y amigos del grupo de la parroquia de San Pedro Apóstol que marcharon el día 6 de octubre a Tierra Santa respiran aliviados al estar ya todos en casa sanos y salvos. Cuando apenas llevaban unas horas en Israel, en un viaje organizado por la iglesia al que habían ido 57 personas, se precipitaba la guerra en Gaza, obligándoles finalmente a decidir volverse por miedo a que las cosas se pusieran peor.
Si a muchos les hubieran dicho que a las pocas horas de llegar allí se iba a declarar un conflicto bélico como el que hay, no se lo hubieran creído. Así, lo que pretendía ser una peregrinación basada en el disfrute y la devoción se vio marcada por el impacto de la guerra entre Israel y Hamás. Y pese a que este grupo de guadalajareños aún estaba muy lejos del lugar de la pugna, concretamente en Nazaret, primero, y después en Jerusalén. Sin embargo, poco a poco la preocupación y el miedo fue tomando partido y motivó que, finalmente, primero un grupo de 25 y horas después el resto, decidieran volverse en un avión habilitado por el Ejército, que aterrizó en Torrejón de Ardoz.
Julia respira tranquila tras la llegada de su nuera Mari Luz de nuevo a casa. Tanto su hijo como ella están encantados de que esté de vuelta. «No estaría de ir y listo. Lo pasamos muy, muy mal», afirma ya aliviada, aun reconociendo que ella misma les había asegurado que donde estaban «no había jaleo». Sin embargo, en el caso de Mari Luz, nada más decirle que tenía la posibilidad de volverse, no lo dudó un momento.
La hija de Narci también viajó en esta peregrinación y se siente especialmente agradecida por el trato recibido por el Ejército. Según su madre, «están encantados».
Así, si bien es verdad que, inicialmente, no pasaba por la cabeza del cura párroco, Raúl Corral, ni de otros peregrinos, volverse a casa hasta el 17 de octubre, la situación se precipitó y durante la madrugada del miércoles 11 la mitad de los integrantes del grupo regresaron a casa en un avión del Ejército con parada en Torrejón de Ardoz. Apenas unas horas después lo hacía también el resto.
No obstante, durante estos cuatro días, muchos de ellos y sus familias han pasado momentos duros y de incertidumbre, un temor lógico teniendo en cuenta que se encontraron, por sorpresa, en un país en guerra, aunque en su caso estuvieran lejos del conflicto, ya que su primera parada fue Nazaret y seguidamente Jerusalén, donde aún pudieron pasear con cierta tranquilidad por su calles, señaló a La Tribuna Alfonso Olmos, director de la Oficina de Información de la diócesis Sigüenza-Guadalajara.
Para este lunes 16 de octubre estaba prevista otra peregrinación a Tierra Santa, con la que iba a viajar el obispo, Atilano Rodríguez, y el vicario general, Agustín Bugeda. La situación de conflicto ha obligado a tener que suspenderla.