María Isabel Bris, profesora de Educación Especial, quería dedicarse al ocio para personas con discapacidad, por eso en 2019 decidió hacer realidad su sueño y crear la empresa La Rana Juliana. «Nuestra historia se teje a partir de un cuento que mi padre solía contarme cuando era una niña curiosa. Era un relato que me envolvía en un mundo de asombro y alegría. En honor a su amor y al poder de los cuentos para encantar la infancia, decidí dar vida a La Rana Juliana, una empresa dedicada a hacer felices a todos los niños y niñas», explica.
La formación y experiencia de María Isabel, unido a la del resto de su equipo, - en la actualidad son siete -, sirven para brindar un enfoque completo y sensible a las necesidades de cada niño y niña que confía en ellos para su diversión y aprendizaje. «Nuestro objetivo es crear un ambiente inclusivo donde las personas con discapacidad puedan disfrutar de su tiempo libre plenamente, interactuando con otros y con nuestros dedicados monitores. Nos esforzamos día a día con pasión y dedicación para garantizar que todos, independientemente de sus capacidades, se sientan bienvenidos y atendidos».
En La Rana Juliana, su preocupación por la diversión va de la mano con su misión fundamental, que es ofrecer un servicio de ocio adaptado para personas con discapacidad. «Nos enorgullece ser merecedores de la confianza de las familias al asegurarles que cada momento que pasan con nosotros es seguro y gratificante», comenta Bris. Fruto de ese buen hacer es la relación de trabajo que mantienen desde hace años con el Ayuntamiento de Tórtola de Henares.
La Rana Juliana, una fábrica de sonrisas - Foto: Javier Pozo«No teníamos ningún servicio de este tipo en el pueblo y ellas empezaron hace tres años con la Pequeteca. Solo un año después se pusieron ya con la Escuela Infantil», recuerda María José Mojón Cuadrado, segunda teniente de alcalde de Tórtolade Henares. «La población crece y es importantísimo poder dar a las familias este tipo de servicios», añade.
En la actualidad, en la Escuela Infantil de Tórtola de Henares hay 25 alumnos y hay dos aulas abiertas. En enero abrirán una tercera, ya que empiezan cinco nuevos bebés. «En nuestra búsqueda de ofrecer lo mejor, comprendemos la importancia de mantener ratios adecuadas de atención a los niños y niñas. Por esta razón, contratamos monitores y especialistas capacitados para cada actividad en función del número de niños presentes. Esto garantiza una atención personalizada y de calidad», reconoce María Isabel Bris.
Esa atención personalizada les permitió el año pasado tener en la Escuela Infantil a dos pequeños con autismo. Este año hay otro, que está perfectamente integrado y la madre está «encantada» con la labor que hacen desde La Rana Juliana. «Cuando creé la empresa fue orientada al tema de la discapacidad, quiero que sea inclusiva», dice María Isabel Bris.
La Rana Juliana, una fábrica de sonrisas - Foto: Javier PozoLa metodología que utilizan en la Escuela Infantil de Tórtola es por proyectos. Ahora están con la temática del mar y han transformado todas las aulas y paredes de la Escuela en un fondo del mar. En cuanto a la enseñanza, lo que hacen es muy experimental. «Más que hacer fichas, que también las hacemos, trabajamos con juegos sensoriales y de experimentación. Al final, los niños y niñas está experimentando con esos juegos y, a su vez, están aprendiendo», indica la fundadora de La Rana Juliana.
El alcalde de Tórtola de Henares, Martín Vicente Vicente, se muestra encantado por la forma de trabajar de La Rana Juliana. «El niño que pasa por la Escuela Infantil llega al colegio con unos conocimientos muy buenos ».
En Tórtola, La Rana Juliana también presta sus servicios en el Centro Joven, en la Ludoteca, hacen campamentos de verano y también el servicio de los Días sin Cole. «Son servicios muy importantes, ya que las familias en lugar de tener que desplazarse a Guadalajara o a pueblos de alrededor, tiene aquí un servicio fundamental para ellos, que les permite la conciliación de la vida laboral y familiar. Al final fomentas que se fije población y se queden las familias en el pueblo», añade el alcalde.
La Rana Juliana, una fábrica de sonrisas. - Foto: La Rana JulianaAdemás de en Tórtola de Henares, La Rana Juliana presta sus servicios en otros pueblos de la provincia. «Llevamos el Plan Corresponsable Joven de Fontanar, en Cifuentes hacemos actividades para jóvenes, el campamento del verano y Ludoteca. Este año hemos empezado con actividades temáticas en Villanueva de la Torre, donde también haremos algo para Halloween. También estamos trabajando en Alarilla», recuerda Bris, quien apunta que además en Yunquera de Henares llevan a cabo el programa Inclúyete y realizan un programa de ocio con la Asociación Caminando.
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«Creemos en la magia de la infancia, en la sonrisa de un niño y en el poder de la educación y la diversión para moldear un futuro brillante», concluye María Isabel Bris.