Como líder del denominado Eje de la Resistencia, Irán mantiene una alianza informal y desestructurada con varios grupos armados de la región, a quienes da apoyo y sustento, pero a los que se niega a dirigir y de los que asegura que mantienen su total independencia política. Así lo ha reiterado recientemente, cuando una milicia proiraní iraquí lanzó un ataque contra tropas estadounidenses en Jordania que, según la Casa Blanca, tendrá «una respuesta» contra Teherán. Pero la república persa insiste en que no controla a sus simpatizantes, que siembran el miedo en Oriente Próximo y que en estos últimos meses han intensificado su ofensiva contra dos enemigos comunes: Israel, en mayor grado, y EEUU.
Resistencia islámica en Irak
Es realmente un conjunto de diversos grupos armados chiitas, en muchos casos escisiones menores y más radicales de las Fuerzas de Movilización Popular. Entre ellos se encuentra Kataib Hizbulá, responsable del ataque de Jordania que mató a tres soldados norteamericanos. De Irán reciben fondos, respaldo y entrenamiento, y son profundamente antiestadounidenses.
Desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamás, han llevado a cabo más de un centenar de ataques contra las fuerzas de EEUU en Irak, Siria, Israel y Jordania, con el ánimo de expulsar a las tropas de Washington de la región.
Los hutíes de Yemen
Son un grupo tribal chiita, cuya principal organización política Ansaralá (Partidarios de Dios) lideró una rebelión contra el Gobierno internacionalmente reconocido de Yemen que dio inicio a una guerra civil en 2015 que aún no ha terminado.
Respaldados por Irán, estos rebeldes dominan amplias partes del territorio de Yemen, y se han mostrado dispuestos a «participar en la batalla» en apoyo de los palestinos.
Desde la costa que controlan en el mar Rojo han lanzado numerosos ataques contra la navegación internacional -principalmente objetivos de Estados Unidos y el Reino Unido-, así como drones y misiles hacia Israel.
Brigadas Al Quds
Son el brazo armado de la Yihad Islámica Palestina. Pese a su confesión sunita y estar formadas por palestinos, están respaldadas por Siria e Irán.
Esta milicia ha lanzado desde Gaza, Cisjordania o desde los campos de refugiados palestinos del Líbano miles de cohetes hacia Israel a lo largo de los años y se ha responsabilizado de numerosos ataques suicidas. En la actualidad, también tiene un papel activo contra objetivos hebreos.
Brigadas Azedin Al Kasem
Brazo armado de Hamás, se creó en 1992 como una milicia en memoria de un nacionalista árabe de principios del siglo XX que luchó en Palestina antes de la creación del Estado de Israel. Nació con el objetivo de combatir la ocupación judía y boicotear los acuerdos de Oslo de 1993.
Diversas fuentes acusan a Tel Aviv de haber apoyado la creación de Hamás y el desarrollo de su brazo armado para debilitar a la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Siempre recibieron apoyo de Irán, que también ha reiterado su respaldo en el conflicto actual contra Tel Aviv.
En 2006, asumió el poder en Gaza, desplazando del Gobierno en la Franja a la ANP, y sus brigadas intensificaron sus ataques con cohetes contra suelo hebreo, que también ha convertido el enclave en objetivo de sus ofensivas con varias operaciones.
El actual conflicto que se vive en la región fue provocado por los extremistas, tras lanzar un atentado inédito contra sus vecinos que dejó más de 1.200 muertos y cientos de secuestrados. En Gaza hay más de 28.000 muertos a manos de Israel.
Hizbulá
La milicia chiita, también denominada partido de Dios, fue fundada en el Líbano en 1982 después de la segunda invasión israelí con el objetivo de crear una república islámica en ese país. Nació de la suma de tres grandes agrupaciones (Amal, grupo de los Ulemas y Ad-Dawa) que en 1982 compartían su admiración por la revolución iraní y por la expulsión de las tropas invasoras, y su ideología se resume en un fuerte sentimiento antihebreo y antioccidental.
Hizbulá, cuyo secretario general es el jeque Hassan Nasrala, es más que una guerrilla que aspiró en su momento a destruir Israel, una formación que tiene un brazo político, con representación parlamentaria.
Su mayor popularidad la logró con el atentado que costó la vida a 241 marines estadounidenses y 58 paracaidistas franceses en Beirut en octubre de 1983.
En los últimos años ha repuntado la violencia contra territorio judío y desde el inicio del conflicto en Gaza ha emprendido una ofensiva con un masivo lanzamiento de misiles a su enemigo que se está planteando si declarar también la guerra a su vecino del norte.