El proyecto piloto auspiciado por el Gobierno de Castilla-La Mancha con fondos europeos y en el que participa personal del CSIC y el Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos (IREC), cuyo objetivo es el de desarrollar estrategias que reduzcan los daños del lobo a la ganadería extensiva de la Sierra Norte de Guadalajara, afrontar su fase final, estudio que deberá estar concluido a finales de año.
Financiado con fondos europeos, deberá estar justificado ante Europa a mediados del año que viene, de ahí que el ensayo afronte ya este último periodo denominado de aversión condicionada, donde se utiliza el olor a esencia de vainilla para alejar el lobo del ganado, señala el científico del CSIC y uno de los investigadores del proyecto, Pablo Ferreras, en declaraciones a Europa Press.
Un proyecto en el que en una primera fase de precondicionamiento se colocan los cebos con carne y sin ninguna sustancia para que los lobos los consuman; luego seguirá una segunda fase de condicionamiento en la que estos ya se impregnan con la sustancia que genera malestar y vómitos, y se termina con una tercera fase en la que los cebos solo se impregnan del olor a esa esencia, todo ello para ver si les ha generado esa aversión.
En colaboración con los ganaderos y aprovechando los saneamientos que se les realizan a las vacas un par de veces al año, se ha rociado el ganado ovino con la esencia de vainilla y se han colocado collares a las vacas, impregnados también de este olor.
Con este estudio se trata de generar repulsión del lobo hacia la carne del ganado. Y si bien es una labor complicada porque se mueven mucho.
Los investigadores que participan en el proyecto han trabajado con dos manadas: la que se ubica en Cantalojas y la del Alto Rey. Ya han empezado con el experimento en sí de lo que es aversión condicionada.
Estos resultados están siendo divulgados a la par en seminarios y congresos, y, además, se ha elaborado un díptico en el que, con un lenguaje sencillo, se explica la técnica que se pretende desarrollar para disminuir los ataques del lobo al ganado, proyecto que en este caso se está realizando en la Sierra Norte de Guadalajara por ser una de las zonas donde se ha detectado una mayor presencia y ataques al ganado vacuno, especialmente, pero también al ovino.
La aversión condicionada es una forma de condicionamiento clásico que se produce cuando un individuo consume un alimento y acto seguido le provoca un malestar, como el dolor abdominal, náuseas y vómitos.
Como consecuencia de esto, el animal asocia el malestar con la ingestión de ese alimento, rechazando a partir de entonces su consumo.
Además, es posible introducir una señal de olor artificial durante el condicionamiento, generándose una aversión a ese olor que potencia más la aversión al alimento.
Ha sido probada con éxito con otros cánidos, como el zorro, con el que se realizaron estudios en campo para reducir la depredación de diversas presas, y también con el lobo ibérico (Canis lupus signatus) en cautividad: Aunque los resultados obtenidos por el momento son prometedores, la utilización de la aversión condicionada para reducir los ataques de lobo al ganado tiene que ser explorada en profundidad, desarrollando las metodologías necesarias para su implementación de forma efectiva en el campo.
Actualmente, depredadores como el lobo ibérico se encuentran en expansión, volviendo a recolonizar áreas que ya ocuparon en el pasado.
Por lo tanto, los daños y pérdidas ocasionadas a la ganadería se prevé que aumenten, pero el desarrollo de este método podría contribuir a reducir dichos daños.
Esta herramienta también podría aplicarse en otros conflictos como el causado por los ataques puntuales de lince ibérico (Lynx pardinus) al ganado ovino y las aves de corral.
También se está distribuyendo una encuesta no solo a los ganaderos sino al público en general, sobre el conflicto de los depredadores con la ganadería y cómo percibe la población los daños por fauna.
En función de los resultados que marque la fase final, se podrá dar a la Administración autonómica la herramienta que se necesita para que se pueda utilizar en los casos en los que se produzcan daños a la ganadería.
El hecho de que se haya elegido la comarca de la Sierra Norte de Guadalajara para poner en marcha esta iniciativa tiene que ver con los problemas que este depredador causa a la ganadería de la zona desde hace tiempo y reducir los daños.
Hasta ahora, en las fases iniciales se ha estudiado cómo se mueve el lobo por la zona, descubriéndose varios grupos que no permanecen quietos sino que aparecen y desaparecen sin que por el momento se haya observado una tendencia creciente de su población, afirma Ferreras, que si bien señala que los ensayos terminarán este año, no podrán concretarse todo lo que a ellos les hubiera gustado, de ahí que considere interesante poder seguir trabajando en esta línea en esta zona.