El otro lado de la siniestralidad: familias rotas de por vida

S.L.H.
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El presidente de Avalto, Manuel Prior, reclama más inspectores de Trabajo para hacer cumplir la Ley y que los procedimientos judiciales no sean tan largos

De enero a octubre de 2023, últimos datos oficiales, se produjeron en la región 21.766 accidentes con baja y 25 mortales. - Foto: Eugenio Gutiérrez

Las cifras no engañan. De enero a octubre de 2023, últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, en Castilla-La Mancha se habían producido 21.766 accidentes laborales en jornada con baja y 25 siniestros con resultado de muerte. Cierto es que, en comparación con el mismo periodo de 2022, ambas estadísticas arrojan un descenso: del 12,5% en la primera y del 1% en la segunda, pero hablamos de personas y, por ende, de «familias rotas por la siniestralidad laboral», recuerda a La Tribuna Manuel Prior, presidente de la Asociación de Víctimas de Accidentes Laborales de Toledo (Avalto). «Si alguien quiere ver la copa medio llena, que lo haga pero yo siempre la veré medio vacía o vacía por completo», añade, pues «detrás de cada persona hay una familia, ese es el lado oculto de la siniestralidad, familias que nunca volveremos a ser lo que éramos porque han perdido un padre, una madre, un hijo...».

Manuel y su mujer perdieron a su hijo en un accidente laboral en el año 2002. «Le encantaba, por ejemplo, ir a las migas –una tradición toledana que se celebra en estas fechas navideñas–. Prácticamente me acuerdo de él todos los días», reconoce emocionado. Desde entonces ha emprendido una 'batalla' por visibilizar, concienciar y hacer cumplir la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, una normativa que considera que «es una buena ley pero hay que darla una vuelta porque hay que incorporar nuevos riesgos laborales que no se contemplan y hacer más hincapié en las enfermedades laborales». 

En este último asunto, Manuel informa de que, «según los datos que manejan los sindicatos», las muertes por enfermedad laboral pueden ser «hasta ocho o diez veces más que los fallecidos por accidentes en el trabajo».

Manuel Prior, presidente de la Asociación de Víctimas de Accidentes Laborales de Toledo (Avalto).Manuel Prior, presidente de la Asociación de Víctimas de Accidentes Laborales de Toledo (Avalto). - Foto: Yolanda LanchaSostiene que si los empresarios que, como marca la ley, «tienen controlar y vigilar» que se cumpla «no estaríamos hablando de 600 u 800 trabajadores muertos» todos los años. Es más, añade que con que solo se cumpliera la normativa al 85% estaríamos hablando de cifras mucho menores. 

 

Faltan inspectores. Manuel apunta a una posible solución para reducir el número de accidentes laborales, consciente de que hablar de cero siniestros en el trabajo es una utopía. Se trata de contratar a más inspectores para luchar contra la siniestralidad laboral.

Explica que él y otros representantes de asociaciones de víctimas de accidentes en el trabajo se reunieron con varios ministros, con el secretario de Estado en esta materia, con el Fiscal General del Estado y con el Fiscal General de Siniestralidad. En dicha reunión les manifestaron la dificultad para contratar más inspectores pues «no hay gente que se presente a ocupar estos puestos», les comunicaron desde el Gobierno central. Su respuesta fue clara: «Habrá que incentivar, pagar más. Hay que tener voluntad».

En este punto, reconoce que se dedica más dinero a la prevención de riesgos laborales en España pero «ni se vigila ni se controla el cumplimiento de la ley». 

Otra reivindicación de estas asociaciones es mejorar la justicia, pues los procedimientos judiciales son eternos. Explica que la media de duración de los juicios en Castilla-La Mancha es de 5,5 años. «La justicia con la siniestralidad no existe», lamenta el presidente de Avalto, que insiste en ampliar las penas para los empresarios incumplidores. «Nos gustaría, ya que hemos perdido lo que hemos perdido, ver a un empresario o empresaria, como mínimo, diez o quince años en la cárcel sin reducción de pena», pero explica que el castigo máximo actual está en cinco años «como mucho». «La cárcel no arregla nada, dicen, pero el dinero tampoco. Se creen que porque le den dinero a una familia se va a arreglar todo. Además, cualquier familia devolvería el dinero o daría más, si cabe, si le devuelves a su familiar», responde Manuel, que apostilla que si se enviara a un empresario a prisión «más de uno se lo pensaría y cumplirían con la ley» porque, insiste, «la vida de los trabajadores vale más que el dinero de los empresarios». 

Respecto a las acusaciones de las patronales recriminándoles que las asociaciones de víctimas «criminalizan» a los empresarios, Manuel se muestra firme:«Nosotros no criminalizamos a nadie, os criminalizais vosotros solos. Nosotros no tenemos poder en las empresas. Ustedes son los que tienen que cumplir, lo dice la Ley de Prevención de Riesgos Laborales», incide. 

Matiza, en este punto, que no todos los empresarios son «malos», pero asegura que la finalidad de una empresa es ganar dinero y les recuerda que para ello deben contar con trabajadores que «tienen unos derechos que el empresario debe cumplir porque están en riesgo sus vidas y su salud». «Últimamente los meto a todos en el mismo saco y que se salve el que pueda», matiza, porque asegura que no conoce a nadie que por la mañana se levante «con los cables cruzados pensando en ir a la obra a matarse o a meter la cabeza en una prensa». 

En este punto de la entrevista mete a colación otro asunto: el papel que juegan los medios de comunicación. Se confiesa feminista y le gustaría que al igual que cuando una mujer es asesinada por su pareja o expareja, los medios de comunicación hablan de ello y lo denuncian durante días, ocurriera lo mismo con la siniestralidad laboral. 

Esta demanda también fue aireada en la reunión que mantuvieron con el Gobierno central. «Les dije, no os compliqueis la vida, un minuto de televisión vale por un año entero metiendo cosas en internet». «Lo que no se ve, no se oye ni se escribe, no existe pero la siniestralidad laboral, lamentablemente, existe y demasiada», dice.

Preguntado por si ve positivo la implantación en las empresas de contadores de días sin accidentes  como elemento motivador para los empleados y dueños, reconoce que cualquier medida centrada en concienciar y visibilizar la siniestralidad laboral es bienvenida, pero no cree que al final dé buenos resultados.

 

La precariedad mata. Otro asunto con el que se le notó más aireado fue cuando tocó hablar de la precariedad laboral. Explica que muchos trabajadores saben que si levantan la voz «te mandan a la calle y tienen que comer y tienen familia». Por ello, lamenta que exista tanta precariedad laboral en España porque «también mata y más incluso, porque un trabajo precario es que no tiene nada de nada». 

«Aunque digan que avanzamos, no veo que lo hagamos porque con 600 muertos, 800, año tras año, es difícil decir que avanzamos», lamenta el presidente de Avalto, que confiesa que le gustaría ser optimista, pero que los responsables políticos digan que la siniestralidad laboral «se ha reducido un 2 o un 3 por ciento, no significa nada porque al año siguiente sube un 5 por ciento», dice. 

Recuerda que en 2002, cuando falleció su hijo, murieron unas 1.400 personas víctimas de un accidente laboral. «Hemos bajado a la mitad, vale, pero de eso hace ya 21 años. ¿Tenemos que esperar otros 21 años para reducir a la mitad los datos? Soy pesimista, sí, pero a tope».

En este punto, reclamó nuevamente la contratación de más inspectores de Trabajo y más fiscales, porque «si no hay dinero, no hay nada». Explica que la media en Europa es de un inspector por cada 7.500 trabajadores, mientras que en España está en uno por cada 10.300. 

Ya por último, puso el foco en otro gran problema que se da cuando hablamos de siniestralidad laboral: las empresa públicas. En los ayuntamientos, las consejerías, los ministerios o las empresas públicas también suceden accidentes y «¿cómo se denuncian ellos mismos? No pueden hacerlo», lamenta Manuel, que añade que así, «una cosa detrás de la otra y esto es algo que me crispa los nervios».

Es definitiva, históricamente Castilla-La Mancha ha ocupado los primeros puestos en incidencia y número de accidentes laborales en España, lo que a su entender significa que «algo no está funcionando bien y tiene que funcionar bien por la cuenta que nos trae». Por lo pronto, Avalto, «dentro de nuestras posibilidades, seguiremos yendo a donde podamos y nos reuniremos con quien podamos» al objeto de que esta lacra que se lleva por delante vidas acabe siendo un mal sueño más pronto que tarde.