Su nombre era uno de los que más sonaba para entrar en el nuevo Gobierno de Emiliano García-Page, avalado por su experiencia política y sus ocho años de gestión al frente de la Diputación de Ciudad Real. Ha dado el salto a toda Castilla-La Mancha con la vista muy puesta en Bruselas.
¿Qué tal estos primeros meses en la vicepresidencia segunda?
Interesantes. Adaptándome a la nueva responsabilidad y muy agradecido al presidente por su confianza. Es distinto de lo que yo venía haciendo, porque es mucho más amplio territorialmente y competencialmente. La Junta de Comunidades tiene mucha más incidencia. De momento, contento.
«Hay que utilizar fondos directos de la Comisión europea»Nadie acertó al 100% la composición del nuevo Gobierno que tenía Page en mente, pero en todas las quinielas siempre estaba su nombre. ¿Lo veía tan claro?
No. Hacer un gobierno siempre es complicado. En todo caso creo que Emiliano valoró mi experiencia de ocho años de gestión en la Diputación de Ciudad Real, mi conocimiento también político de muchos años en el parlamento de Castilla-La Mancha y, por supuesto, mi condición de secretario provincial de los socialistas de Ciudad Real; que al fin y al cabo es lo que, desde el punto de vista orgánico, represento.
¿Y era necesario dividir la vicepresidencia en dos?
Es una manera de llegar más lejos, porque tenemos una coordinación horizontal y una coordinación vertical; y creo que esto es positivo. Favorece tener una capacidad de llegar a más sitios y de hacer un mejor seguimiento de la ejecución de las políticas. Al fin y al cabo, legislar o impulsar iniciativas está bien desde el punto de vista de que tengan los recursos para atenderlo, pero luego es muy importante verificar que se consiguen los objetivos que se han propuesto y que realmente llegan al último rincón de Castilla-La Mancha. Y eso es uno de los trabajos que, en este caso desde mi vicepresidencia, me encargo de hacer en coordinación con las delegaciones provinciales.
¿Está al tanto de la modificación del Estatuto?
Estoy en la comisión. Formalmente tenemos una posición de Gobierno, conozco lo que se está haciendo, aunque son los grupos parlamentarios a quienes les corresponde.
¿Y en qué punto está?
Está muy avanzado. Me consta que los grupos de PSOE y PP lo tiene muy avanzado. Pronto tendremos una respuesta. Pero es verdad que hasta que no esté aprobado todo, todo no está aprobado. Una vez haya un texto de consenso hay que ver si realmente se le da el impulso necesario, y saber que luego tiene que contar con el respaldo de los grupos políticos en Madrid.
A lo mejor no es un buen momento para llevar algo al Congreso de los Diputados ahora con el tema de la amnistía. ¿Qué le parece la Ley de Amnistía?
En primer término, el problema que hay es que los beneficiarios de la Ley de Amnistía no han pedido disculpas, ni se han comprometido a no volver a hacerlo. Y en este sentido la generosidad del Estado no se interpreta bien por la mayoría de la ciudadanía. Yo soy de los que pienso que sería conveniente que pidieran disculpas y asumieran el error que cometieron; y también que se comprometieran a no volver a hacerlo.
También está el tema de la condonación de la deuda a Cataluña. ¿Va a haber una mayor condonación de deuda a Castilla-La Mancha?
Tiene que haber una condonación que sea proporcional al nivel de baja financiación que han tenido las comunidades autónomas. Es decir, yo defiendo que las comunidades autónomas como Castilla-La Mancha, que han estado peor financiadas —infrafinanciadas, de hecho— tienen que tener una mayor proporción de condonación.
¿Y hay esperanza de que eso llegue a ser así?
Yo creo que al final hay que negociarlo con todas las comunidades autónomas, y en este sentido yo creo que lo vamos a conseguir.
García-Page ha comentado su intención de reclamar una conferencia de presidentes para intentar hacer frente común y poner freno a eso que él mismo dice de «yo invito y tú pagas» por parte del Estado. ¿Cómo ve esa cuestión?
A nosotros nos gustan muchas de las propuestas que se hacen por parte del gobierno de España, que suponen avances progresistas en materia social, en materia educativa... El problema está en la financiación. Las comunidades autónomas, y desde luego Castilla-La Mancha, ya estamos en el límite de asumir nuevos proyectos, nuevos servicios, y, por tanto, es conveniente que cuando el gobierno de España legisle —y lo hace en iniciativas progresistas, de calado, potentes— estas iniciativas vayan acompañadas de la financiación oportuna. Si no, se quedarán en el anuncio y será imposible que las comunidades autónomas las puedan llevar a cabo. Sencillamente porque no hay más recursos, porque los recursos de los que ya disponemos están todos ya utilizados. Todos empleados y dedicados a objetivos que se están ejecutando. De manera que, la música está bien, pero es importante que la letra, es decir, los números, acompañen a la música.
Hace poco se han reactivado las conferencias sectoriales, ¿qué predisposición ve en el gobierno de España para intentar un acercamiento a las posturas de las comunidades?
Si es que no cabe otra. Yo creo que si hemos aprendido algo positivo a nivel institucional en el periodo de pandemia es la cogobernanza. Y en ese sentido, creo que sería bueno que sin pandemia existiera cogobernanza; que hubiera una actitud por parte del gobierno de España y de la mayoría de las comunidades autónomas de compartir los acuerdos y de tomar decisiones conjuntamente. Verdaderamente no hay grandes diferencias, o diferencias insalvables, en la aplicación del día a día de la política y de las decisiones como para que no pueda existir un acuerdo de la mayoría de las comunidades autónomas con el gobierno de España.
Se encarga de la coordinación de la oficina de Castilla-La Mancha ante la Unión Europea en Bruselas. ¿cómo está actualmente y qué proyectos de cara al año que viene hay entre manos?
Ya prácticamente están en ejecución toda la primera parte de los fondos, de los 70.000 millones que vinieron a España relacionados con la pandemia y con los Next Generation, y la nueva fase de fondos son vía préstamos. En este sentido habrá que ver cómo se distribuyen, y habrá que conocer cuál es la normativa para que puedan acceder las empresas y las instituciones. Nosotros lo que queremos, a través de la oficina, es abrir un espacio para que entidades, asociaciones, colectivos, organizaciones profesionales, empresariales, incluso empresas, puedan acceder a otro tipo de fondos que son ordinarios pero que son directamente planteados por la Comisión Europea y no a través de los estados. Hay otro tipo de fondos que podemos utilizar y ésta debe ser la legislatura en la que sobre todo la iniciativa social tenga la oportunidad de, compartido con otras regiones de Europa, participar en proyectos que son muy interesantes. Para eso es imprescindible que Castilla-La Mancha tenga una mayor presencia, que es lo que estamos trabajando en estos momentos, en redes europeas relacionadas con el hidrógeno, con las indicaciones geográficas de procedencia, con los cultivos ecológicos, con la innovación, con la investigación... En fin, hay un buen número de redes europeas en las que participan sectores, agentes especializados de los distintos países, y para los que surgen permanentemente convocatorias de fondos que deberíamos aprovechar mucho más.
¿Se va a mantener el nivel de fondos que están llegando desde Europa?
Sí, pero llegará vía préstamos. Hay que ver cuál es el sistema de convocatoria y de acceso a estos fondos. Lo tiene que organizar el gobierno de España.
¿Y tienen algún proyecto interesante que se pueda contar?
El proyecto en el que estamos trabajando es crear una oficina técnica de proyectos europeos que esté vinculada a la oficina que tenemos en Bruselas. La oficina tiene capacidad de penetración en las instituciones, por su presencia en Bruselas, por los buenos contactos y las buenas relaciones que tiene con la Comisión Europea, con el Consejo y con la REPER (la Representación Permanente de España en Bruselas). Y ahora lo que queremos es desarrollar una oficina técnica aquí, en Castilla-La Mancha, que esté centralizada en Toledo y que tenga capacidad de asesorar, de acompañar, de apoyar todo lo que es ese impulso de organizaciones, entidades empresariales, colectivos… todo ese tejido social que tenemos en Castilla-La Mancha y que tiene dificultades para dar el salto a Europa porque hay cierta complejidad y, sin duda, porque faltan relaciones. Este es el ámbito de esa oficina técnica de proyectos, que es la que estamos ahora intentando dotar con el personal correspondiente para lanzarla a partir del próximo año.
Desde el campo siempre se pide más ayuda a la hora de poder tramitar y entender un poco toda la legislación tan compleja que llega desde Europa.
Esto se tiene que conseguir a través de otra iniciativa en la que está el Gobierno trabajando, que es la simplificación administrativa. Es verdad que hay normativa de la Unión Europea que, sin duda, no favorece, no ayuda a la participación y al acceso a los recursos. En ese sentido, también estamos muy atentos a todo lo que se decide en Europa y que tiene incidencia o trascendencia aquí en Castilla-La Mancha y a los sectores más importantes. Por ejemplo, ahora a primeros de diciembre, ha entrado en vigor el nuevo etiquetado del vino, y es importante hacer un seguimiento; ver que lo que se exige no tenga un efecto negativo para la comercialización del producto. Lo mismo podríamos decir con el tema de la lavanda y de los aceites esenciales, o la regulación que ahora se ha producido en torno a IGP de los productos industriales como la navaja de Albacete o el damasquinado.
De manera que, hay mucho trabajo que hacer y también estar muy pendientes, porque al fin y al cabo, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, estamos en nuestra vida influidos y condicionados por normativa que no sale ni del parlamento de Castilla-La Mancha ni del de España, sino que es del Parlamento Europeo. Este es un trabajo tedioso, porque supone tener un seguimiento estricto, pero imprescindible. Hay que estar muy pendientes de que cada vez que se discute algo en Bruselas, en el Parlamento o en la comisión, que tiene efecto o trascendencia en la región, que no se produzca una regulación que vaya en contra de nuestros intereses.
¿Se va a llegar a etiquetar el vino como producto tóxico?
Creo que no se va a llegar a producir. Ahora mismo la solución que se ha dado es a través de un QR en el etiquetado, y sin duda aleja el horizonte de que sea una etiqueta perjudicial. Creo que existe una alianza importante de los países productores de vino en la Unión Europea como para evitar que, lo que es un producto que está en los orígenes y en la identidad de una parte muy importante de lo que es la Unión Europea, sea etiquetado como tóxico.
Como responsable del área de Memoria Democrática en Castilla-La Mancha, ¿sabe si hay alguna novedad sobre la exhumación del general Moscardó y Milans del Bosch de la cripta del Alcázar de Toledo?
No, no tengo ninguna información al respecto. Corresponde al titular del inmueble, que es el Ministerio de Defensa. Y es por tanto quien tendrá que tomar las decisiones que correspondan. Desde el Gobierno regional no tenemos ninguna información.
¿Deben salir esos restos?
Deben aplicarse la ley. Nosotros siempre somos defensores de que se cumpla la ley. Y hay que hacerlo con moderación, con respeto y, sin dudas, sin originar ningún conflicto ni ningún problema mayor. Pero la decisión le corresponde al Gobierno de España.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica le reprochó que hablara de exhumar fosas de «los dos bandos» porque equiparaba «a quienes defendieron el gobierno legal de la República con los que apoyaron el golpe de estado».
Si se dan las condiciones para que se puedan exhumar: por supuesto. Lo dice la ley nacional, que es la que nos regula a todos. Además, aquí no tenemos ley autonómica y no la necesitamos. Con la ley nacional perfectamente podemos atender estas políticas. Esa ley establece que no existe una diferenciación por bandos ni por ideologías, sino que hay que cumplir una serie de requisitos: que se pueda exhumar, que técnicamente sea posible, que lo pidan los familiares...
El Gobierno de España ha celebrado un acto en el mes de noviembre para conmemorar las víctimas de la dictadura y de la guerra civil, y ha reconocido a personal de los dos bandos. En ese sentido tiene toda la lógica. A mí hay gente que desde el ámbito de la memoria democrática me critican por haber afirmado esto. Yo no equiparo. No se trata de una cuestión de equiparación. Es un cumplimiento estricto de la ley. Y la ley no establece bandos ni ideologías. Y lógicamente son los republicanos, especialmente y fundamentalmente, a quienes tenemos que reconocer, recuperar y exhumar sus cuerpos. Su memoria es sin duda la que necesita de mayor atención, sencillamente porque a los del bando nacional ya se les dio durante los años de dictadura. Tenemos que asumir que la ley lo que persigue es que tengamos una memoria democrática, y no de un bando exclusivamente.
El otro día en los premios de los empresarios de Ciudad Real dijo que era el vicepresidente de la provincia. ¿Se siente así?
Formo parte del gobierno de Castilla-La Mancha. Mi interés, mi razón y mi compromiso es con el conjunto de la región. Pero, lógicamente por mi origen, por mi procedencia, tengo una mayor presencia, y quizás mayor atención, a los temas que tienen que ver con Ciudad Real. Pero desde luego asumo que cuando uno forma parte de un gobierno regional lo hace del conjunto de la región. Aunque por su mayor conocimiento, su experiencia y su origen, lógicamente tenga mayor dedicación o más detalle con los temas que mejor conoce.
¿Cómo ve el legado que dejó en la Diputación de Ciudad Real y proyectos como Fenavin (Feria Nacional del Vino)? ¿Cree que peligran?
Estoy contento, porque en los ocho años que he estado al frente de la Diputación hemos conseguido que la institución no solo no perdiera fuerza respecto de la etapa anterior, sino que además impulsáramos proyectos que ya estaban muy consolidados, los mejoráramos y les diéramos futuro; como es el caso de Fenavin. Pero me preocupa la actitud de los actuales gobernantes de la institución, a los que respeto y a los que además intento en la vida lo posible no generar ningún problema, ni siquiera un comentario respecto a que yo he sido el presidente durante ocho años. Pero sí que me preocupa una cierta actitud sectaria con las políticas que se venían desarrollando y que son exitosas. Cambios de nombre exclusivamente para que parezca que son nuevas o anuncios de variaciones que en todo caso lo único que pueden hacer es empeorarlo. Y, por supuesto, no comparto otras políticas como son los copagos que están poniendo en marcha cuando sabemos que los ayuntamientos, especialmente los más pequeños, tienen dificultades económicas para llevar el día a día como para poder encima aportar recursos cuando la Diputación siempre se ha caracterizado por financiar el 100% de los programas y servicios que ponía a disposición.
¿Y Fenavin?
Fenavin está muy consolidado. El único inconveniente que tenía Fenabín era la infraestructura, y la hemos dejado resuelta al 100%. De manera que me atrevo a decir que con que no hagan nada es suficiente. Porque como se empeñen en hacer algo, como se empeñen en diferenciarse, como se empeñen en intentar ponerles su sello, se van a equivocar. Porque Fenavin no es el PSOE —menos aún del PP— aunque lo hayamos puesto en marcha diputaciones socialistas y lo hayamos desarrollado y llevado a su máximo nivel desde diputaciones con la marca PSOE, Fenavin es de la provincia de Ciudad Real, es de Castilla-La Mancha y es de España. Y es el mayor impulso al sector del vino que existe en estos momentos en nuestro país. Y, por tanto, creo que lo que deberían hacer es no hacer nada, dejarlo que siga su trayectoria, su inercia, y, sin duda, funcionará.