A los enseñantes no les salen las cuentas, ni siquiera a los de matemáticas. El sindicato STE denuncia que de media cada docente de la región trabaja cada semana 50 horas. «Al final lo que tienen es una sensación de que quien quiere hacer su trabajo echa la mañana y la tarde entera», apunta Lorenzo Alberca García, responsable de Acción Sindical de STE. A través de una encuesta realizada a más de mil docentes comprobaron que por cada hora de clase que tienen, cada profesor ha de dedicar otros 68 minutos adicionales para prepararla, elaborar materiales, hacer correcciones y adaptaciones. Además recuerdan que los docentes también tienen obligaciones burocráticas y en formación que van a más.
Por eso en STE han decidido emprender acciones, empezando por campañas de visibilización de este problema, siguiendo con una carta que enviarán a García-Page con sus protestas, recogiendo firmas y culminando con dos manifestaciones el 1 de febrero en las ciudades de Albacete y Toledo.
Lo que van a reclamar es la reducción de horas lectivas a la semana, es decir, de las horas de clase con alumnos que tienen que dar. En estos momentos están en 24 para Primaria y en 20 para Secundaria. La Consejería de Educación se comprometió a reducir una hora lectiva en Secundaria el próximo curso, hasta las 19, pero STE denuncia que «aceptar eso es seguir al final de todas», pues recalcan que casi todas las comunidades autónomas ya están en un horario lectivo de 23 en Primaria y de 18 en Secundaria. Es más, desde el sindicato creen que tendrían que ser bajarse a 22 y 17. «Tenemos que adaptarnos a la nueva realidad de los centros», argumentan, «y al aumento de horas complementarias que son necesarias para todas las tareas que requiere la profesión docente».
Pedro Viejobueno Ibáñez, también portavoz de STE, insiste en que además de bajar la carga lectiva se pongan topes, pues apunta que en estos momentos en Castilla-La Mancha hay profesores que están dando 23 horas de clase, cuando se supone que la carga lectiva es de 20.
Desde STE señalan que la Junta esgrime motivos económicos para no bajar la carga lectiva, pues estiman que, por ejemplo, reducir una hora a todo el profesorado de Secundaria cuesta unos 35 millones.
Otra de las reclamaciones que hace el sindicato es la reducción de las ratios de alumnos por clase. Quieren que los máximos sean de 15 alumnos en Infantil, 20 en Primaria, 25 en Secundaria y 30 en Bachillerato.
STE avisa de que todo esto se nota en la calidad del sistema. Remitiéndose a PISA, alertan de que antes Castilla-La Mancha estaba en la media y ahora va a la cola.