Una plaga de gusanos pone en peligro la cosecha de lavanda

Redacción
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La aparición del gusano Helicoverpa Armigera amenaza a más de 8.000 hectáreas de lavanda en España, incluidas las plantaciones de la provincia

Representantes de asociaciones del sector ofrecieron una comparecencia a los medios para informar sobre esta plaga que afecta a la lavanda. - Foto: Comunicación Alcaflora

El sector de la lavanda suma una preocupación más a su mermada salud, con la llegada de una de las especies invasoras más mortíferas para sus plantaciones: el gusano Helicoverpa Armigera, un pequeño invertebrado capaz de acabar con hectáreas enteras de lavandín en una sola noche. Esta plaga, que ya afectó a la Provenza francesa el pasado año, amenaza la cosecha en España y ha hecho saltar todas las alarmas de los lavandicultores. El presidente de la Asociación Nacional de Plantas Aromáticas (ANIPAM), Abelardo Carrillo, describe así el problema al que se enfrenta el sector: "estos gusanos, parecidos a los gusanos de seda, tienen una propagación explosiva y destacan por su voracidad. Se comen las flores y dejan los tallos de las plantas desnudos, sin esencia, y la única solución es la siega urgente de las plantas, para evitar su mortalidad".

En este contexto, Abelardo Carrillo considera imprescindible que se autorice la siega sin restricciones, ya que esperar hasta que exigen actualmente las administraciones puede resultar letal para los cultivos afectados por este problema. La próxima semana tendrá lugar una reunión entre los productores afectados y la consejería, con el objetivo de encontrar una solución a la problemática que afecta al sector. Carrillo considera además que el Gobierno Regional debería colaborar en el conocimiento científico sobre esta planta, para poder reaccionar ante este tipo de especies invasoras con la urgencia que es necesaria en estos casos.

A esta situación se une la grave crisis a la que se enfrenta el sector desde hace algunos años, con una caída brutal de los precios que hace imposible la venta del aceite esencial: "llevamos tres años sin vender un solo euro. No entendemos cómo la industria cosmética y de perfumería no deja de crecer si a nosotros no se nos está comprando la materia prima", aseguraba el presidente del Anipam en rueda de prensa. Una comparecencia que se ha producido en una parcela de Cogollor (Guadalajara), afectada por el gusano. Hasta allí se ha desplazado también el presidente de APAG, Juan José Laso, así como representantes de la Asociación Paisajes de Lavanda de Brihuega, COAG y representantes del sector de la apicultura.

La presidenta de Paisajes de Lavanda de Brihuega, Lorena Tirado, ha reconocido el peligro que supone este gusano para el sector, una mala noticia que se suma a la dramática situación que atraviesa la lavanda desde el punto de vista de los agricultores: "no entendemos la versión tan optimista de las administraciones, que solo se fijan en los efectos positivos de nuestros cultivos en el turismo y la cultura de la zona, pero no atienden las necesidades de los verdaderos actores de este modelo agroturístico, que somos los agricultores. Es necesario que aumenten las ayudas agroambientales y se eliminen las restricciones en la cosecha de manera excepcional debido a esta amenaza. Si cumplimos con la normativa actual y esperamos hasta cuando nos exige la Junta, la mortalidad de las plantas va a ser brutal". Tirado considera que las administraciones no están apoyando a los lavandicultores: "No nos sentimos apoyados por ninguna administración: se nos excluye de la ayuda de la sequía porque somos un cultivo permanente, a pesar de que nuestras plantaciones han sufrido muchísimo en los últimos años, con una mortalidad cercana al 30% de algunas de nuestras parcelas, que afecta a la producción de estas plantaciones en años posteriores. Aunque los políticos nos han prometido un aumento de las ayudas agroambientales, no nos han dado certezas y las ayudas agroambientales actuales no son suficientes para compensar las pérdidas que estamos sufriendo con nuestros cultivos, ya que nos cuesta más cosechar y destilar que lo que cuesta un kilo de esencia. Necesitamos, al menos, que se dupliquen las ayudas. No tiene sentido decir que la lavanda es un cultivo estratégico que están cuidando, cuando los agricultores nos sentimos completamente abandonados. Llevamos tres años muy duros y esto es insostenible", ha añadido.