Se cumplen 30 años desde la creación de la Fundación Cepaim, una de las organizaciones que configuran el tercer sector de acción social en España. Su objetivo es intentar que personas en situación en vulnerabilidad tengan acceso a derechos fundamentales de ciudadanía, como pueden ser empleo, vivienda, igualdad de género, acogida… La Fundación tiene presencia en diversas comunidades autónomas y aglutina más de 40 centros territoriales. Uno de ellos, desde el año 2008, se encuentra en Molina de Aragón. La coordinadora de dicho centro, María Barba Guillén, y el coordinador de Cepaim en Castilla-la Mancha, Ignacio Gómez, desgranan la labor que realizan desde el centro de Molina.
Llevan en Molina de Aragón desde 2008, ¿por qué se eligió la zona para abrir un centro?
Molina es una zona de las más despobladas de España y Cepaim trabaja por la integración de las personas en vulnerabilidad desde distintos enfoques. Se asistió a unas jornadas sobre despoblación en la provincia de Teruel, Cepaim estaba presente y, a través de espacios de diálogos con plataformas ciudadanas sobre temas de despoblación, se vio como una oportunidad de tener presencia en una zona que necesita personas. Justamente el proyecto con el que empezó Cepaim fue con 'Nuevos senderos', que se trabajaba para personas migrantes que vivían en las ciudades en situación de precariedad laboral, de vivienda o que querían vivir en zonas rurales. Esas personas entraban en una bolsa y en Molina se prospectaban ofertas de empleo para poner en contacto con esas familias y que pudieran venirse de grandes ciudades a estas zonas donde necesitamos gente. A través de dicho proyecto, Cepaim se instauró en la comarca de Molina y, desde entonces, ha ido creciendo.
¿Cómo fue la acogida en Molina por aquel entonces?
Empezamos a trabajar en 2008 con un proyecto y una persona, que es mi compañera Marta, que fue coordinadora del centro hasta hace unos años. Al final, empezar desde cero siempre es difícil. Dentro de nuestros valores y principios está el trabajar en red, algo que es básico en el medio rural, ya que nos faltan tantos recursos que o nos unimos para tener más impacto, o no tiene mucho sentido que vayamos cada cual por un lado. Fruto de este trabajo en red, Cepaim ha ido adquiriendo cada vez mayor visibilidad. La Entidad también ha apostado por el territorio y somos la más grande en toda la Comarca, con mayor número de proyectos y más diversos. Somos un centro de referencia para muchas de las personas que viven aquí.
Como he dicho, empezamos con una trabajadora y, actualmente, somos nueve personas trabajando. Las comparativas con otros centros siempre son malas, ya que puede parecer que somos un centro pequeño, pero en Molina, dada las características de la Comarca, somos un centro de trabajo muy grande.
Tener un centro en la comarca de Molina con nueve personas contratadas, con nueve sueldos, que vivimos en la comarca, compramos aquí, tiene un impacto positivo por mucha partes.
Las características que tiene la Comarca de Molina, ¿hace que la labor que se hace en esta sede de Cepaim sea distinta al resto?
La peculiaridad del centro de Molina de Aragón en el conjunto de centros de la Fundación es muy particular. El centro de Molina es quizás el que más mantenga la esencia del nacimiento de la Entidad, ya que sigue trabajando en el desarrollo comunitario en un entorno muy controlado, con una perspectiva de que todos los agentes de la localidad participen. Al final, es de los poquitos centros que están en un medio rural y eso sí que le da una peculiaridad muy distinta a lo que pueden ser otros territorios más urbanos.
¿Es complicado llevar a cabo vuestra trabajo en una comarca como la de Molina?
Tiene sus ventajas e inconvenientes. Por un lado, las ventajas son la cernía y la facilidad de comunicarnos tanto con los vecinos y las vecinas, así como con la administración local o asociaciones. Si es verdad que es una zona muy alejada de la capital de provincia, por lo que faltan muchos recursos y eso, en ocasiones, nos sobrecarga como centro. Hay tanta carencia de recursos que al final nos vemos haciendo cosas para ayudar a las personas que no nos corresponden. La falta de población es una realidad, nosotras no montamos talleres para 200 personas. Es un plus llegar a los pueblos y montar talleres para cinco personas. Hay que hacer un encaje muy grande para acoplarnos a unos horarios a los que vayan a venir.
Una dificultad que tenemos en Molina es la de cubrir puestos de trabajo. Hace poco tuvimos un proceso para cubrir el puesto de jurídica en el Centro de la Mujer y nos ha constado bastante cubrir dicha plaza. Por ello también animamos a la gente con cualificación a que vayan a trabajar al medio rural, donde hay un buen equipo y oportunidades.
Lo cierto es que llevan trabajando con gran éxito desde 2008, ¿cuál es la clave de su éxito?
Hay que poner en valor la innovación del centro de Molina, siempre está en constante reinvención. Es un centro que tiene la capacidad de adaptarse a las necesidades del territorio y dar propuestas innovadoras a las problemáticas sociales actuales.
Cepaim es una entidad estatal pero da mucha autonomía a los centros, creo que esa es la clave. Los proyectos que tenemos en Molina tienen todo el sentido del mundo y es lo que hace que encajen perfectamente y vayan muy bien. Si no conoces las necesidades y lo que es posible o no, los programas no van a tener éxito, incluso va a ir en tu contra.
Hablando de proyectos, ¿Nos puede comentar sobre el proyecto 'Puentes'?
El proyecto Puente nace de la colaboración con la Fundación La Caixa. Se trata de poder favorecer procesos relacionados con juventud que permitan hacer una transición, de primaria a secundaria y de cuando terminan el Bachillerato a que ya se convierten en ciudadanos activos, para que sepan como pueden colaborar para favorecer su localidad, como pueden favorecer algunos temas que nos preocupan mucho relacionados con racismo, xenofobia, igualdad de género….
En Molina empezamos en 2021, de la mano de La Caixa, el proyecto 'El cole que queremos', fue muy bien y ello nos permitió a hacer trabajo comunitario dentro del colegio. En el instituto conocían el proyecto, ya que era muy visible, y nos pidieron que entráramos con un proyecto de temas de convivencia, apoyo social, salud mental… Gracias a eso presentamos 'Puentes' y estamos dentro. Está yendo muy bien y estamos construyendo otra convocatoria para continuar. Es un proyecto que trabaja con adolescencia y juventud, ya que en la zona de Molina no hay ningún recurso para este colectivo nada más que lo que les ofrece el propio instituto. Lo que se busca es entrenar a la adolescencia en la participación y la creatividad para que de cara al futuro haya una localidad más dinámica y con más oportunidades de ocio y tiempo libre.
También dan mucha importancia a la ntegración de las mujeres en el empleo en el mundo rural
Otra particularidad que tiene el centro de Molina es que gestionamos el Centro de la Mujer de la Comarca. En Molina de Aragón históricamente lo gestionaba el Ayuntamiento hasta que hubo un momento que hubo otra entidad externa. En 2016 nos presentamos a la convocatoria y desde entonces lo gestionamos. Hay tres trabajadoras, una asesora jurídica, una psicóloga y una trabajadora social itinerante. Ello nos ha dado mucha fuerza en poder trabajar con mujeres de forma muy estrecha.
En el medio rural la tasa de desempleo está cerca de dos puntos respecto a la media nacional, hay una situación de crisis laboral permanente y trabajamos con las mujeres tanto para formarlas, como para buscar empleo y hacerlas conocedoras de sus derechos.
¿Cómo es su relación con las administraciones e instituciones de la comarca y la provincia?
El centro de Cepaim en Molina tiene la particularidad de que tiene un porcentaje de financiación estatal muy bajito, la mayoría es de financiación regional, provincial y local. Para nosotros, por tanto, es fundamental esa relación y que también entiendan como trabajamos .
¿Trabajan con voluntariado?
Cepaim trabaja con voluntariado, lo forma y contamos con ellos para todos nuestros proyectos. Por la filosofía de trabajo comunitaria en si, contamos con la colaboración de otras muchas personas que sin ser voluntarias participan en grupos motores, en la organización y diseño de actividades. Por lo tanto, tenemos diferentes formatos y niveles de participación y voluntariado.