Editorial

La tragedia de Valencia y la necesidad de que los políticos reflexionen

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Cuando se cumple un mes de la tragedia registrada en Valencia por la DANA que se llevó por delante más de 220 vidas, el Congreso de los Diputados vivió ayer otra jornada de tensión y reproches en la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para dar su versión de lo acaecido.

El socialista, que aseguró estar haciendo un "esfuerzo titánico" para mejorar la vida de los valencianos, no entonó en ningún momento el 'mea culpa', descargó toda la responsabilidad sobre el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, al que, según puntualizó, llamaron más de 11 veces la misma tarde de la riada, y anunció un nuevo paquete de ayudas por un importe que supera los 2.200 millones de euros. Sánchez, empujado por sus socios, se mostró partidario de crear una comisión de investigación para depurar responsabilidades, pero descartó hacerla ahora, escudándose en la necesidad de centrar todos los esfuerzos en la búsqueda de los desaparecidos y en la reconstrucción. Algunos vecinos todavía se preguntan hoy dónde están las ayudas.

Nadie duda a estas alturas que la tardanza en lanzar los avisos y la ausencia de Mazón, en aquella comida tan controvertida, fueron negligencias mayúsculas, pero es una evidencia que el Gobierno central pudo haber hecho mucho más, tanto en las primeras horas como en los días posteriores, y, sin embargo, descartó hacerse con las riendas de la situación, declarando la emergencia nacional, cuando las dimensiones de la catástrofe ya eran evidentes.

En una contundente réplica, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que tampoco asumió que su dirigente regional cometió errores -vuelve a estar en la picota por eliminar el tope salarial de los altos cargos de su Gobierno-, recriminó a Sánchez su nula autocrítica y el haber actuado con "cálculo político", al mismo tiempo que avisaba al jefe del Ejecutivo que los ciudadanos no iban a olvidarse de su "abandono" y de que no ejerciera sus competencias. El gallego, que aprovechó para cargar contra el presidente por estar "rodeado de corrupción y querer taparla", instó al socialista a pedir perdón a los valencianos y le acusó de haber huido el día que acudió con los reyes. El 'y tú más' volvió a ganar al relato.

Parece que nadie ha aprendido la lección. La tragedia de Valencia debería servir como punto de inflexión para que la clase política reflexione y se centre en analizar los errores para minimizar el impacto de este tipo de catástrofes. El sistema falló y, una vez más, el pueblo estuvo por encima de unos gobernantes, unos y otros, que han dejado patente su ineptitud y su incapacidad para gestionar todos los recursos que tienen a su disposición cuando era más necesario.