Viene tu galán, prometiendo mayo, con verdes pimpollos, blancos y encarnados. Son las primeras estrofas de los bonitos versos que los jóvenes de Fuentenovilla siguen cantando a las mozas cuando llega la festividad de Los Mayos. Esta entrañable tradición es, sin ninguna duda, una de las principales señas de identidad de esta hospitalaria localidad de la Alcarria Baja. Con permiso de la picota, por supuesto. Porque hablar de Fuentenovilla es, ineludiblemente, hablar de ese gran símbolo y motivo de orgullo para todos sus vecinos.
Cuando uno pisa por primera vez la Plaza Mayor de Fuentenovilla siente que ha llegado a un lugar que merece la pena. Por supuesto, la picota es la principal culpable. Este singular monumento, declarado Bien de Interés Cultural en 1989, se alza vigilante y poderoso en uno de los laterales de la plaza presumiendo de ser el más importante de sus características de toda la provincia. De estilo renacentista, la Picota de Fuentenovilla se levanta sobre un elevado pedestal. Tiene el fuste acanalado y un precioso capital corintio con cabezas leoninas que sostienen el ábaco y la cornisa que, a su vez, sustentan un templete abalaustrado del que nace un pináculo en forma de pirámide truncada rematado por una cruz de hierro. Su altura total es de 10,33 metros.
Fuentenovilla también nos regala, con permiso de la picota, la hermosa iglesia parroquial de la Virgen de la Asunción del siglo XVI. La parte del muro situado a la derecha del pórtico de la entrada era utilizada antaño para jugar a la pelota a mano –un deporte con mucho arraigo y afición en el municipio–, hasta que se construyó el actual frontón. Además de una preciosa pila bautismal, el templo custodia en su interior, entre otras, las imágenes de San Isidro Labrador y la Virgen del Perpetuo Socorro, patronos de la localidad, cuya festividad abarca una semana centrada en el 15 de mayo.
El edificio del Ayuntamiento es el tercer elemento destacado de la Plaza Mayor. Fue construido entre 1750 y 1760, durante el reinado de Carlos III y, aparte de las labores del Gobierno local, ha acogido multitud de usos en su planta baja, desde carnicería, juzgado y calabozo, hasta las antiguas escuelas de niños y niñas. A lo largo de su historia, ha sufrido importantes reformas, entre las que destaca la ampliación que se produjo cuando se unió al cercano edificio de El Pósito. En la actualidad, además de las funciones propias de consistorio, alberga otras dependencias municipales como el Centro Social, un salón de actos, la consulta médica o la Biblioteca Municipal Blas de Salcedo, uno de los baluartes culturales más importantes de la localidad. Otro punto de interés popular es Peña de la Cruz Verde, un paraje ideal para contemplar las vistas del entorno.
El casco urbano de Fuentenovilla está formado por amplias calles con hermosas casas bajas que favorecen la marcha del paseante. Evidentemente, la personalidad de Fuentenovilla no se entendería sin sus fuentes, construcciones de las que hace gala en su nombre y que dan testimonio de la riqueza de manantiales que bañan en la zona. Hay más de una veintena salpicadas por todo el término municipal, formando un singular entramado de senderos y caminos.