El consejero de Agricultura, Julián Martínez Lizán, recalca que Castilla-La Mancha se opone a un arranque generalizado de viñedo «por el riesgo que ello supone de descapitalizacióndel patrimonio que tienen las cooperativas, muchas de ellas vitivinícolas». Además asegura que en Castilla-La Mancha no hace falta el arranque de viñedo en términos generales.
«Ha habido una adaptación de los viticultores, de las bodegas y cooperativas en elaborar lo que el consumidor demanda», argumenta. Lizán añade que eso es «algo que no se ha hecho en otras zonas vitivinícolas de España o en Burdeos, donde están más acuciados».
Insiste en que la evolución de la comercialización y la venta de vino de Castilla-La Mancha «nos pone en un contexto diferencial de la nación, también al resto del contexto mundial». Ha puesto como ejemplo lo que está ocurriendo esta campaña, pues subraya que aun teniendo más cosecha de uva que la anterior, se está vendiendo a mayor ritmo.
Lizán no oculta que pueden darse casos en los que haya que arrancar el viñedo, pero dice que entonces hay que plantearlo de forma «quirúrgica». Entendería que se propusiera si un agricultor no puede ya mantener ese viñedo por rentabilidad o si el cambio climático está haciendo que sea inviable.