Plantaciones de lavanda para salvar a la alondra ricotí

Redacción
-

Guadalajara es la provincia de Castilla-La Mancha que alberga la mayor población de esta especie que, en su mayoría, habita en las parameras de Molina de Aragón

Plantación de lavandín impulsada por Naturgy en la comarca de Molina de Aragón. - Foto: Naturgy

A la alondra ricotí se la conoce también como «el ave invisible». Del color de la tierra y de carácter huidizo y tímido, vive entre los matorrales de los páramos, por donde corre en lugar de volar, lo que obstaculiza enormemente su observación. Esta esquividad la ha convertido en el ave más desconocida y menos estudiada de todas las esteparias ya que, ante las dificultades de localizarla visualmente, su presencia se detecta por su canto característico.

En Guadalajara se concentra la mayor población de alondra ricotí de toda Castilla-La Mancha, que en su mayoría habita en las parameras del Señorío de Molina, entre los municipios de Embid, Hinojosa, Molina de Aragón, Tartanedo, Torrubia y Tortuera, una zona árida y fría desprovista de vegetación arbórea, en la que prevalece el matorral almohadillado denominado cambronal, pero que en primavera,  cuando florece, se convierte en todo un espectáculo de vida.

La alondra ricotí es considerada una de las especies más amenazadas de Europa y su supervivencia está estrechamente relacionada con la ganadería, ya que se alimenta de pequeñas semillas e insectos presentes únicamente cuando hay abono del ganado. En los últimos años, el cambio del uso del terreno -con el abandono de la actividad ganadera y el pastoreo por el cultivo- ha propiciado la destrucción del hábitat natural de esta especie.

Un ejemplar de alondra ricotí.Un ejemplar de alondra ricotí. - Foto: NaturgySi a esto le sumamos las características propias de estas aves, como el largo periodo de cría que se extiende de febrero a julio, y los estragos del clima extremo provocados por la tormenta de nieve Filomena en 2021, no es de extrañar que el Gobierno la haya catalogado este mismo mes oficialmente ave en peligro de extinción.

Sin embargo, son muchas las organizaciones y entidades que trabajan para proteger la alondra ricotí. Naturgy desarrolla desde hace 15 años un Plan de Acción de la Biodiversidad (PAB) asociado a los parques eólicos del entorno de Fuentelsaz, San Gil-Loma Gorda y Peña I, que contempla varias medidas para lograr que no haya pérdida de biodiversidad y mejorar la conservación, tanto de esta paseriforme, como de otras esteparias. 

Una de estas medidas es el convenio que la compañía energética mantiene con la Cátedra de Medio Ambiente de la Fundación General de la Universidad de Alcalá que, desde 2008, realiza un programa de seguimiento de la población de alondra ricotí en la comarca de Molina de Aragón y alrededores, lo que ha permitido censar anualmente las poblaciones y estudiar la distribución de la especie en la zona.

Precisamente gracias a estos estudios, se ha detectado la fragmentación de las poblaciones y la necesidad de crear corredores ecológicos a través de la recreación de hábitats óptimos para esta especie. De ahí la iniciativa de sustituir cultivos de cereal por plantaciones de lavandín, en las que se ha introducido el ganado ovino para el control natural de adventicias, favoreciendo además la presencia de los coleópteros que componen su dieta y que se alimentan principalmente de excrementos.

La plantación se ha llevado a cabo durante los últimos cuatro años junto a la Fundación Global Nature, una asociación sin ánimo de lucro dedicada a la protección de la naturaleza desde 1993, pero también han colaborado en el proyecto los Servicios de Conservación de la Naturaleza y de Evaluación Ambiental de Guadalajara (JCCM), ENEL, agricultores y expertos universitarios. 

Esta acción ha servido también para introducir un nuevo cultivo agrícola en la zona e impulsar prácticas de manejo ecológico en una comarca tradicionalmente con gran dependencia del cereal.

Respeto al medio ambiente. Naturgy apuesta con firmeza por el impulso del desarrollo sostenible para el conjunto de la sociedad, garantizando el suministro de energía competitiva, segura y obtenida con el máximo respeto al medio ambiente. A nivel global, la compañía está comprometida con la conservación de la biodiversidad, el capital natural y el patrimonio cultural en todos los entornos de sus instalaciones. En 2022, la compañía llevó a cabo 345 iniciativas de biodiversidad, el 20% de carácter voluntario, así como actuaciones de restauración ambiental en 50 hectáreas, de las que más del 30% corresponde a  espacios, hábitats o especies protegidas. 

Naturgy opera actualmente más de 1.000 MW eólicos, fotovoltaicos e hidráulicos en 26 instalaciones en distintas provincias de Castilla-La Mancha donde este año tiene previsto iniciar la construcción de tres nuevas plantas fotovoltaicas de 50 MW, dos de ellas en Zorita de los Canes (Guadalajara) y otra en Ocaña (Toledo), reforzando así su compromiso con la transición energética en Castilla-La Mancha. Además, la compañía está tramitando en esta región sus primeros proyectos de hibridación con almacenamiento en cinco de sus plantas fotovoltaicas en las provincias de Ciudad Real y Toledo.