David Trijueque Serrano (Guadalajara, 1978) es Licenciado en Derecho por la Universidad de Alcalá de Henares y Letrado de la Administración de Justicia de carrera. No obstante, su gran pasión es la escritura, actividad en la que invierte gran parte de su tiempo libre junto con la naturaleza y el deporte. Fruto de ello son los seis libros que ya atesora en su trayectoria literaria enmarcados en géneros muy diversos. Precisamente, el primer libro que publicó hace ahora una década y que está dedicado a las curiosidades de la botánica provincial es el germen de la recomendable exposición que el hall del Centro San José de la capital acoge hasta el 30 de junio para, posteriormente, itinerar por otros municipios de la provincia.
Hace ya 10 años que publicó su primer libro, 'Flora silvestre de La Alcarria. Propiedades y usos populares', del que emana la exposición que se puede visitar en el Centro San José . ¿Qué podemos encontrar en esta muestra?
Este año se ha publicado la décima edición del libro. En cada edición nueva, iba ampliando el territorio. Primero lo circunscribí a la Alcarria, pero el afán de investigación me llevó a explorar la botánica de otras comarcas como la Sierra Norte y el Alto Tajo cuyas plantas autóctonas las fui incorporando en el libro. En 2020 fue cuando surgió la idea de organizar esta exposición y comencé a trabajar en ella. Algunas partes de los paneles son extractos o información sacados del libro. Por diferentes motivos, no ha podido hacerse realidad hasta ahora.
¿Cuál es su objetivo?
Sobre todo, tiene como propósitivo el divulgar la extraordinaria riqueza natural que atesoramos en Guadalajara, de lo que muchas veces no somos conscientes. El patrimonio medioambiental que tenemos aquí es una maravilla y pretendo darlo a conocer porque soy de la opinión de que sólo lo que se conoce, se puede valorar y protegerlo. Además, no hay tantas provincias en España con la diversidad de suelos y hábitats que tiene Guadalajara. Es que tenemos desde saladares a yesos, pasando por calizas, silíceos, cerros volcánicas, alcornocales, hayedos, serranía, alta montaña... Hay una diversidad que es impresionante.
El escritor guadalajareño David Trijueque Serrano. - Foto: Javier PozoDe ahí se explica la riqueza de nuestras mieles...
Eso es. Especialmente la miel de la Alcarria que es donde predominan las plantas aromáticas –el tomillo, el espliego, el romero– que le imprimen ese carácter tan especial y esa extraordinaria calidad.
Estudió Derecho y ejerce como Letrado. ¿De dónde surge su gran interés por el mundo de la botánica?
El amor por la naturaleza me lo inculcaron desde pequeñito mis padres y mis abuelos. Siempre estaba pidiendo a gritos salir al campo. Ya siendo adulto, me dio por poner unas colmenas y recuerdo que en 2010, que hubo una primavera espectacular, empecé a ver flores que no había visto nunca antes y quise saber más sobre ellas. Así comenzó todo. Empecé a investigar, a documentarme, a entrevistar a mayores, muchos ya tristemente fallecidos, sobre los usos que antiguamente les daban a esas plantas, etc. Pero era un trabajo para mí que surgió de esa inquietud que tenía, sin la intención de querer escribir un libro. Al cabo de unos años, me di cuenta de que el trabajo había cogido un formato considerable y las circunstancias de la vida me llevaron a acabar publicándolo.
Tal y como demuestra esta exposición, la botánica es un mundo que encierra muchas curiosidades...
Eso es. Y eso es lo que ha intentado que primara en esta exposición, sobre todo, que la lectura sea entretenida, no aburrir al visitante con descripciones técnicas o científicas. He querido ahondar en los usos populares y en esas curiosidades que llaman la atención de cada planta.
¿Hay alguna rareza en esa riqueza botánica de la provincia que le llame especialmente la atención?
Por ejemplo, la primera vez que conocía el acónito, que es la planta más letal que tenemos en la provincia junto con el tejo, estaba al lado de unas matas de fresas silvestres que tenían una pinta buenísima. Estaba cogiendo fresas y me di cuenta de que había acónito al lado. Tengo un caso conocido que sólo con tocar esta especie, cayó al suelo, es tremendo. El acónito ha inspirado pasajes literarios como en El nombre de la rosa, cuando el asesino impregna los manuscritos con líquido de acónito y los monjes al pasar la página con el dedo, lo chupan y se envenenan. Tenemos también la belesa, que tiene propiedades narcóticas e hipnóticas, y de ahí viene el verbo embelesar. Antiguamente, la belesa la machacaban, la echaban a los ríos y eso lo que hacía era disminuir el oxígeno del agua, por lo que los peces se atontaban y así se podían pescar más fácilmente.
'Flora silvestre de La Alcarria' fue su primer libro, pero no el último. Después escribió otro sobre su pueblo, Aldeanueva de Guadalajara. ¿Cómo surgió esa segunda obra?
El argumento era un poco el mismo del libro anterior: intentar rescatar de la memoria de los mayores cosas que veía que se iban a perder. Aquel fue un trabajo muy bonito, que me trae muy buenos recuerdos porque conseguí recopilar una cantidad de topónimos increíble gracias a la memoria de un señor de 100 años, con un mapa íbamos los dos recogiendo información de parajes que no constaban en un ningún sitio. También profundicé en las curiosidades del pueblo, hice un catálogo de ríos y de chozos. Precisamente, la Junta de Comunidades su puso en contacto conmigo porque, a nivel de patrimonio, me dijo que ese inventario le venía fenomenal.
Después, dio el salto a la novela histórica con tres obras: 'Bernado del Carpio. El héroe de Roncesvalles', 'El honor de Castilla' y 'El último fabulista'. ¿A qué se debió ese cambio de género tan radical?
Soy una persona inquieta, no puedo estar haciendo siempre lo mismo, tengo que motivarme con nuevos retos. Desde bien pequeño, tuve una enorme inquietud por la historia de los comuneros. Me parecía un pasaje muy importante para la historia de España que no estaba lo suficientemente tratado ni había mucho escrito sobre ello. Entonces, empecé a investigar y a estudiar y salió una novela que está ambientada en su mayoría en la provincia y también en la ciudad de Guadalajara.
Y luego vuelve a dar otro giro y apuesta por la novela negra...
Ese giro fue casi obligado. Trabajo en un juzgado de instrucción y vemos a diario muchos casos, algunos que son casi como novelas policíacas. En 20 años de profesión, he ido atesorando un bagaje de anécdotas, de situaciones, de vivencias que es cierto que dan para mucho. Además, los compañeros y la gent en general me decía que a mí que me gusta tanto escribir que por qué no tiraba para ese género. Después de la última novela histórica, sentí que necesitaba un cambio y aposté por la novela negra.
¿Cómo es esa nueva propuesta literaria de David Trijueque?
Se titula Sangre de policía. Está inspirada en la vida de un inspector de policía que ha sido GEO. Con una trama actual, aprovecho para poner en valor el trabajo que hace el Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional. El martes 4 de junio lo presentaré por primera vez en el salón de actos de la Biblioteca Pública de Guadalajara. Por ahora, las sensaciones son buenas porque lo presenté a un premio internacional de literatura y quedó entre las cuatro obras finalistas y, luego, también lo presenté a otro premio de novela negra en el que también quedó finalista.
¿Cómo se definiría como escritor?
No tengo ninguna meta como escritor. Simplemente, quiero pasármelo bien porque cuando escribo siento que vivo muchas vidas, me monto mis historias en la cabeza, mis tramas, me meto en la piel de los personajes... Escribir me abre unos mundos que de otra manera sería imposible vivirlos. Y luego también el afán de investigación y de documentarme es algo que me gusta, me encanta aprender cosas nuevas.
¿Tiene en mente algún otro libro?
Normalmente, los escritores cuando estás presentando un libro ya tienen otro en la cocina. En mi caso, ese otro libro lo terminé el pasado fin de semana. Es un trabajo con el que llevaba tres años. Regreso a la novela histórica ambientada en un pueblo de la provincia.
Veo que Guadalajara es una constante en sus obras...
Siempre intento barrer para casa, me gusta ambientar mis libros en Guadalajara porque es lo que más conozco y porque tenemos una provincia maravillosa con rincones impresionantes. En mis libros, siempre hay alguna referencia a Guadalajara.
¿Es un escritor autodidacta?
Totalmente. Aunque siempre intentas aprender de los grandes, sobre todo, leyendo mucho.