En este país nuestro no hay día sin bronca, sin escándalo, sin encontronazos barriobajeros y no va a haber descanso. El presidente de la Generalitat en una decisión absolutamente inesperada, incluso para su socio socialista, ha optado por convocar elecciones para el próximo 12 de mayo. Apenas unas semanas antes serán las vascas y semanas después de las catalanas vienen las europeas, de manera que la política española será una política sin descanso. No habrá oportunidad de reflexionar. Todo será campaña y sólo campaña, circunstancia está que no ayuda al mínimo sosiego que necesitamos los ciudadanos ante tanto disparate dialéctico, ante tanto fiscal sin toga. No habrá descanso.
El único "descanso" es el que se ha tomado el Gobierno para la aprobación de los presupuestos de este año 24. Las energías se reservan para los del 25. Habrá quien crea que es una decisión razonable porque en campaña los acuerdos son muy complicados y no faltan quienes, con toda la razón, ponen de manifiesto la extraordinaria dependencia del Gobierno de los independentistas catalanes. Cuando se convocaron las elecciones vascas, que no son menos importantes, a ningún miembro del Ejecutivo se le ocurrió desistir de la negociación del presupuesto para este año. Al Gobierno no le sobran los votos ni del PNV ni de Bildu pero parecen agobiarles los votos de ERC y Junts.
Dirán que las matemáticas parlamentarias obligan a pactos complejos y es verdad pero no es ilegítimo preguntarse cómo es posible que una decisión de Aragonès tire por tierra los planes de un Gobierno de la cuarta economía de Europa. Afirma la vicepresidenta Montero que la convocatoria aporía de elecciones en Cataluña mueve el tablero político. Y tanto que lo mueve hasta el punto de echar por tierra los planes del Ejecutivo que contaba con alguna jornada gloriosa exhibiendo presupuestos. Nada pasará, todas las respuestas y valoraciones que hagan los socialistas se verán envueltas en sonrisas porque aquí no va a pasar nada.
Y en eso tendrán razón. Nada va a ocurrir. La legislatura seguirá adelante aunque la misma esté siempre en el alambre y los independentistas Atala es lo saben, mucho más después de comprobar que una decisión que compite a Cataluña es capaz de paralizar los planes del Gobierno o, para ser más exactos, de la mitad del Gobierno porque Sumar cree que debería haberse intentado el acuerdo. Ocurre que el PSOE cada vez hará menos concesiones a Yolanda Díaz a quien miran de reojo desde hace mucho tiempo y más ahora que han comprobado que la vicepresidenta es "un personaje de yeso en el conglomerado de partidos que dice liderar". No harán concesiones a Sumar porque saben a ciencia cierta que de ningún modo provocarán una crisis de Gobierno.
El PSOE y sus socios han aprobado la ley de amnistía y el Gobierno queda a la espera de mejores tiempos. ERC y Junts muy satisfechos los presupuestos para este año en el rincón del olvido. Este es el balance.