La recuperación del oficio perdido de resinero

Beatriz Palancar Ruiz
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Siete alumnos están aprendiendo las tareas de esta profesión que llegó a ser el sustento de la comarca hasta los años 80 del siglo XX y que podría crear un centenar de puestos de trabajo en el Alto Tajo

provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina. - Foto: Javier Pozo

Gracias al apoyo del proyecto de Bosque Innova de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por los fondos NextGeneration de la Unión Europea, que cuenta con  Fundación Española de Renaturalización-Rewilding Spain como entidad agrupada, ha sido posible la puesta en marcha de este proyecto pionero para crear una escuela de resineros en la comarca del Alto Tajo. Hasta noviembre, un grupo de siete alumnos están adquiriendo todos los conocimientos y practicando las destrezas necesarias para rescatar un oficio que fue mayoritario hasta los años 80 del siglo XX, que tuvo una pequeña recuperación después de la crisis económica de 2008, y que, ahora mismo, tan sólo cuenta con tres autónomos que lo mantienen vivo en Cobeta y Alcolea.

«Esta zona fue resinera históricamente, la gente vivió en casi todos los pueblos, que tenían su fábrica resinera de transformación. Se perdió por diferentes circunstancias, el mercado, precios, el éxodo rural, y con la crisis del año 2008 hubo gente que volvió al pueblo, el precio había subido, y volvió a la resina. En Guadalajara, gracias a los esfuerzos de la Diputación y luego con todos los trabajos que hemos ido siguiendo, se consiguió que hubiese hasta 14 resineros en la provincia. Pero desafortunadamente, los precios, el mercado y cómo funciona el sector, ha hecho que muchos de ellos vayan desapareciendo», relata Basilio Rodríguez, director de esta Escuela de Resineros del Alto Tajo.

La experiencia está siendo más que satisfactoria porque, a diferencia de otros cursos que ha ofrecido Basilio por toda España, la formación de esta escuela permite conocer «el comportamiento del pino durante todo el año». «Ahora mismo, podemos desroñar, que es quitar la corteza, porque el pino todavía no está moviendo sabia porque están en el final del letargo del invierno. Cuando llegue la primavera, la corteza se desprende y ya no puedes hacerlo, tienes que pasar a clavar, picar, luego a remasar, que es recoger la resina», cuenta el director, que detalla que el curso, además, se ha completado con la adquisición de destrezas con el manejo de motosierras, desbrozadoras y otro tipo de herramientas porque consideran que «sería interesante poder completar este trabajo de resinero con otros, y los trabajos forestales están bastante en auge y, en la comarca, quedan muy pocas empresas, dos o tres, que realicen estas labores forestales».

provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina.provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina. - Foto: Javier Pozo

Producción

La actividad de la escuela es eminentemente práctica. «Ahora mismo, estamos preparando el pinar, los pinos, para que, a partir de mayo, podamos hacer las heridas que son por las que se supura la resina. Se empiezan a hacer heridas de manera periódica cada 15 días. Esas heridas son las que generan la resina. Se van recogiendo en potes, que hay que recogerlos un par de veces al año. Una vez que hemos terminado de picar y remasar, que la última remesa se saca, aproximadamente en septiembre u octubre, el último mes se hace la pica en blanco para que el pino pueda pasar el invierno tranquilamente», relata Basilio Rodríguez, quien nos explica que al resto de picas se les aplica un ácido para evitar que cicatricen y favorecer la extracción.

Cada alumno tiene un número de matas de pino asignadas en los municipios de  Torremocha, Corduente y Cobeta. «En total, se van a trabajar este año unas 120 hectáreas, llegaremos a abrir unos 10.000 pinos», adelanta el director. 

provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina.provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina. - Foto: Javier Pozo

La titularidad de los montes en los que están trabajando es pública, por lo que es necesario solicitar un aprovechamiento para pagar un canon por cada pino, como si de un alquiler se tratara. Y el objetivo de este proyecto es la enseñanza del oficio pero «lo normal es que un pino de nuestra zona produzca entre dos y tres kilos al año, dependiendo del número de picas que se den», señala Rodríguez, que concreta que la venta de la resina que extraigan será un complemento al salario base de los alumnos en este proyecto. 

La convocatoria para crear esta escuela recibió 50 solicitudes. «Intentamos buscar gente de la zona porque el tema de la vivienda no está fácil en la comarca y maximizar las posibilidades de que pudiera ver en esto un recurso. Se apuntó mucha gente con perfiles que buscaban un año de trabajo pero queríamos a gente que tuviera algún interés en el sector forestal o que ya hubiese trabajado en él», argumenta el director.

Así, los ocho alumnos que comenzaron, ya que uno se dio de baja al mes, residen en Hombrados, Peralejos, Molina y Cobeta. Solo hubo un aspirante que procedía de Madrid que fue seleccionado y se ha independizado en la comarca.

provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina.provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina. - Foto: Javier Pozo

«Estaba sin trabajo, porque he estado dos años trabajando en retenes contra incendios en el sur de Madrid pero solo en verano», adelanta Ángel Álvarez, de 30 años, que asegura que su «idea» es seguir vinculando su vida profesional con los trabajos en la naturaleza. «No sé si será con la resina, en Cobeta, pero este estilo de vida me gusta. Es un trabajo muy duro porque tienes que dedicar muchas horas haciendo trabajos manuales, pero es muy gratificante porque es algo que haces con tus propias manos. Si te gusta estar solo en el monte, es ideal».

Para Noemí Alameda, que es ingeniera forestal y lleva 18 años viviendo en pueblos de la provincia de Guadalajara, ahora en Hombrados, este oficio es una oportunidad más para desarrollarse en el mundo rural. «He trabajado en retenes forestales varios años, he sido pastora de cabras, he cultivado huertas, surgió esta oportunidad y es un trabajo que me motivaba bastante aprender porque es una forma de trabajo más en estas zonas donde no es que abunde ni haya muchas facilidades. En principio, veo posibilidades de dedicarme a ello si los precios de la resina se mantienen o aumentan. Creo también que puede ser un complemento», asegura.

Sólo hay un alumno, Jaider Morales de 22 años, que ya tenía algunas nociones sobre el oficio de resinero porque lleva dos años viviendo en Cobeta y, de la mano de su padrastro, se inició, pero que ve que es complicado vivir de la resina, a pesar de los conocimientos adquiridos, por los precios del mercado. 

provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina.provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina. - Foto: Javier Pozo

Reivindicación

En estos momentos, el precio de la resina en el mercado es de 1,05 euros por kilo, una cuantía que establecen por igual las seis empresas que se dedican a su transformación. «El precio de la resina sigue igual que hace 15 años y el precio de la vida ha subido más de un 25%», cuantifica Basilio Rodríguez, quien reconoce que, por este motivo, en 2010 llegó a haber 14 resineros en la provincia y añade que «el problema que tenemos en nuestra zona es que, en otros lugares de España, existe la posibilidad de trabajar en el sector agrícola, y tener la resina como un complemento. Pero aquí, los resineros que trabajaban tradicionalmente utilizaban la resina como medio de vida principal».

Precisamente, la viabilidad del sector es algo que preocupa a la asociación de resineros de Guadalajara, integrada por algo más de una decena de profesionales activos y retirados, que estuvo detrás de la idea de creación de este mismo proyecto. «Este proceso de la escuela viene motivado por las demandas de la asociación pidiendo a la administración que apoye a los resineros que son un productor primario como los agricultores, ganadores, apicultores y otros que tienen ayudas a fondo perdido para poder trabajar y desarrollar su labor», reivindica Basilio Rodríguez, quien añade que «el sector necesita de esas ayudas para que la producción sea rentable», porque, según calcula «la resina en la comarca de Molina de Aragón podría dar trabajo a cien personas. No hay ni una sola empresa en la comarca que dé trabajo a cien personas. La resina y los pinares resineros podrían ser la empresa que den de comer a nuestras familias pero necesitamos que las administraciones públicas, tanto los propietarios de los montes como la regional, apoyen a los resineros y nos permitan seguir con la formación, como estamos haciendo, pero que apoyen también a la producción» de manera directa. 

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provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina.
provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina. - Foto: Javier Pozo
provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina.
provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina. - Foto: Javier Pozo
provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina.
provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina. - Foto: Javier Pozo
provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina.
provechando que el pino aún está en proceso de letargo, los alumnos realizan tareas de desroñar la corteza del árbol para que, a partir de mayo, puedan hacerse las incisiones por las que saldrá la resina. - Foto: Javier Pozo

Una vez acabe este proyecto pionero, la intención del colectivo es analizar y presentar resultados para buscar la financiación de la Junta para promover más cursos de esta escuela de resineros para que no muera, todo lo contrario, sea un nicho de mercado laboral que permita asentar población en el territorio.