Una voz siempre cercana con las víctimas

Agencias
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Bergoglio tendió puentes de manera incansable en lugares donde reinaba el caos, con los conflictos de Ucrania y Gaza en su retina, sin olvidar su solidaridad con las zonas golpeadas por catástrofes naturales

Un beso en los pies de un enemigo, una carta secreta, una visita imprevista... el Papa Francisco no gobernó ningún reino -salvo el de Dios-, pero tendió puentes sobre abismos donde ya no se hablaba de paz, sino de guerra y caos. Ucrania, Cuba o Colombia son los países donde el Santo Padre decidió estar presente de forma discreta en momentos clave, con una política exterior basada en la escucha activa y la mediación persistente.

Respecto a uno de los conflictos que desde hace más de tres años está poniendo en jaque el orden geopolítico internacional, la invasión rusa de Ucrania, Bergoglio acudió en persona un día después de que estallara la contienda -en un hecho sin precedentes- a la embajada del Kremlin en el Vaticano para entrevistarse con el enviado de Moscú y expresarle su preocupación y disposición a mantener una vía de diálogo.

Cuando se cumplieron 100 días del inicio del conflicto, el Obispo de Roma pidió «verdaderas negociaciones para alcanzar un alto el fuego y una solución sostenible», llegando a mediar personalmente para facilitar el intercambio de prisioneros entre Moscú y Kiev.

El Santo Padre observa los daños ocasionados por el terremoto que sacudió Amatrice (Italia) en agosto de 2016.El Santo Padre observa los daños ocasionados por el terremoto que sacudió Amatrice (Italia) en agosto de 2016. - Foto: Matteo Guidelli (EFE)En febrero de 2023, a dos días del aniversario del comienzo de la contienda, el jesuita hizo un llamamiento «a todos los que tienen autoridad sobre las naciones para que se impliquen en el final de la guerra, se comprometan en una tregua y se inicien negociaciones de paz».

En este sentido, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, viajó al Vaticano el 13 de mayo de 2023, mientras que en junio el cardenal arzobispo de Bolonia, Matteo Zuppi, experto en la mediación en conflictos, hizo lo propio con una visita a Kiev y Moscú.

Pero no solo el Papa Francisco medió en esta guerra. Significativa fue su intervención en el histórico acuerdo alcanzado entre el gobierno colombiano de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) en septiembre de 2015, después de que finalizara su primer viaje a Cuba, en cuya capital se negociaba desde 2012 un proceso de paz para poner fin al enfrentamiento armado más antiguo de América Latina.

Del mismo modo, también participó en el denominado deshielo entre Estados Unidos y Cuba, donde fue uno de los principales artífices, junto a Canadá, del diálogo secreto entre Washington y La Habana, que desembocó en el anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas el 17 de diciembre de 2014, después de más de 50 años de ruptura.

Además, medió en otras crisis políticas como las de Venezuela o Nicaragua, pero sin éxito.

Más allá de los conflictos bélicos y diplomáticos, el Pontífice expresó repetidamente su cercanía y apoyo a las personas afectadas por desastres naturales en diferentes partes del mundo. Por ejemplo, trasladó su pesar a las víctimas del corrimiento de tierras en el norte de Georgia y en Eslovenia el pasado agosto, aparte de acercarse en 2016 a la ciudad italiana de Amatrice, sacudida por un terremoto que dejó 299 muertos. En el caso de España, manifestó su pésame a todos los damnificados por la dana, pidiendo a la comunidad internacional que se uniera en oración por las víctimas. 

Migrantes y excluidos

Durante estos 12 años, el Santo Padre ha centrado su atención en los más vulnerables. En su primer año de pontificado, captó la atención de todo el mundo en su visita a Lampedusa tras la muerte de cientos de migrantes que intentaban llegar en patera, con su grito de «vergüenza».

En uno de sus viajes más pastorales y políticos, como el que realizó en 2015 a Ecuador, Bolivia y Paraguay, Francisco se centró en los excluidos. En Quito habló de justicia social y de la necesidad de preservar la Amazonía; en La Paz pidió perdón por los pecados de la Iglesia durante la conquista; y en Asunción resaltó el papel de las mujeres en la historia del país.