Dice el refrán que 'año de nieves, año de bienes' y es que la sabiduría popular sabe de sobra lo beneficioso que es que caiga nieve en invierno para aumentar las reservas de agua de cara al resto del año. Sin embargo en Castilla-La Mancha no sería suficiente. Lo ha advertido hoy la consejera de Desarrollo Sostenible, Mercedes Gómez. «Necesitaríamos no solo que hubiese nevadas cuando corresponde y donde corresponde, sino que tuviésemos una primavera lluviosa», señaló. De esta forma se podrían recargar los acuíferos de agua subterránea y también aumentarían los niveles de aguas superficiales.
«La situación sigue siendo complicada», admitió la consejera, «aunque ha habido aportaciones de agua con lluvias puntuales, venimos de una sequía de tiempo y eso está provocando que tengamos embalses de abastecimiento que están en una situación complicada».
Gómez reconoció que «las expectativas no son muy buenas», pero habrá que esperar a ver cómo evoluciona el tiempo. Alertó de que «con el Cambio Climático tenemos una afección mayor en cuanto a las precipitaciones».
Según los últimos datos del Ministerio de Transición Ecológica hay cuencas que pasan por la región que presentan unos niveles muy bajos. En la del Guadiana, por ejemplo, las reservas están al 26,8 por ciento de la capacidad embalsable, mientras que en el Segura baja a un 18,5 por ciento. El Júcar presenta cifras algo mejores, de un 46 por ciento. El Tajo se anota un 59,5 por ciento en toda la cuenca (lo que incluye Madrid y Extremadura), pero en la cabecera, en Cuenca y Guadalajara, no llegan al 25 por ciento.