La poesía local florece con Guadalágora

Inmaculada López Martínez
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A pesar de considerarse un género minoritario, los recitales organizados por este movimiento cultural no dejan de crecer en cuanto a participantes y público asistente

Varios de los poetas locales participantes en Guadalágora y momentos de la sesión celebrada el pasado 29 de noviembre en el Teatro Moderno. - Foto: Javier Pozo

Dijo Lope de Vega que  «la poesía es pintura de los oídos, como la pintura poesía de los ojos». No se equivocaba con aquella afirmación el gran dramaturgo español como tampoco lo hizo el escritor peruano César Vallejo cuando aseguró, bajo su propia experiencia, que «la poesía es el lenguaje de los sueños, el susurro del alma».

La mejor manera de corroborar la autenticidad de estas dos citas célebres es acercarse hasta Guadalágora, un movimiento literario surgido en la primavera de 2022 que, sorprendentemente, no deja de ganar adeptos tanto dentro como fuera del escenario. El destino quiso que la conocida poeta guadalajareña Carmen Niño y el polifacético artista Xavier de Tusalle –residente en El Casar–, coincidieran en su deseo de crear un encuentro cultural periódico que tuviera la poesía como leitmotiv y a sus escritores locales como protagonistas. El apoyo decidido que el Ayuntamiento mostró hacia esta iniciativa desde sus inicios, a través la cesión de espacios y del personal técnico, fue el empujón definitivo para hacerla realidad.

Desde entonces, una vez al mes, una quincena de tejedores de versos se suben a las tablas para recitar en público sus propias composiciones. No hay etiquetas ni condicionantes. Tan sólo la limitación de escoger dos poemas cortos y uno largo para compartir con la concurrencia. Al final de cada sesión, también se ofrece un «micrófono abierto» para aquellos aficionados que deseen iniciarse en esta apasionante experiencia. «Ha habido muchos compañeros de los que ahora participan asiduamente  que rompieron el miedo en el 'micro' abierto, incluso gente muy joven», asegura Carmen Niño, coordinadora y alma máter de esta bonita actividad. «Mi idea es que esto se convierta en un movimiento poético que pase a la historia y que se recuerde, pero necesitamos seguir contando con apoyos, con ganas y con gente que tire», añade.

Varios de los poetas locales participantes en Guadalágora y momentos de la sesión celebrada el pasado 29 de noviembre en el Teatro Moderno.Varios de los poetas locales participantes en Guadalágora y momentos de la sesión celebrada el pasado 29 de noviembre en el Teatro Moderno. - Foto: Javier Pozo

A pesar de considerarse un género minoritario, la poesía vive un momento de ebullición en España a nivel de lectores y de escritores, lo que se pone de manifiesto en la creciente acogida que disfrutan este tipo de citas literarias. Sin embargo, la singularidad de Guadalágora radica en el público. «Lo que se hace en la mayoría de los sitios son reuniones de poetas que recitan entre ellos y para ellos. Guadalágora es distinto porque tenemos muchos espectadores fieles, gente que ya es muy fan y que sólo viene a escuchar», indica Carmen Niño. Según explica la escritora de origen abulense, estas sesiones son «mucho más que simples recitales poético» ya que «se aderezan» con música en directo, con una escenografía muy cuidada y con el estilo personal y genuino de cada orador, alguno de los cuales incluso se atreve a disfrazarse. «Al final, lo que ofrecemos es un espectáculo poético-musical variado que hace que la gente no se aburra y en el que se crea un ambiente muy acogedor», sostiene Niño. Así también lo corrobora Xavier de Tusalle, el otro gran artífice de esta propuesta cultural. «Un ingrediente fundamental fue el empezar a introducir música, humor, disfraz y no lo típico que es salir con el papel y leer. Hay que dar espectáculo y así es como la gente viene, se lo pasa bien y repite», argumenta. 

Precisamente, las melodías de Xavier de Tusalle, junto con las de otros habituales como Mariano Arranz y José María Sanz Malo, enriquecen estos encuentros líricos que, sin duda, ya se han convertido en una cita ineludible del calendario cultural de la ciudad. Hasta tal punto la música y los versos han logrado armonizar en Guadalágora, que la actividad cuenta con su propio himno, 'La balada del Ágora de Guadalajara', compuesto por de Tusalle. «Lo presenté en la última Feria del Libro. Es una canción muy pegadiza, sobre todo la parte de estilo tirolés, y la cantamos todos junto con el público al final de cada función», detalla.

«Emocionar»

Varios de los poetas locales participantes en Guadalágora y momentos de la sesión celebrada el pasado 29 de noviembre en el Teatro Moderno.Varios de los poetas locales participantes en Guadalágora y momentos de la sesión celebrada el pasado 29 de noviembre en el Teatro Moderno. - Foto: Javier Pozo

La ilusión y el entusiasmo que aportan los rapsodas guadalajareños en sus interpretaciones, que han ido mejorando sustancialmente en cuanto a técnica y calidad, son otros factores que explican el éxito de esta actividad. «La poesía es mi vida. Para mí ha sido una válvula de escape maravillosa y me produce una gran satisfacción el poder recitar mis propios poemas», señala María Sáiz Encijo, una de las poetas más reconocidas que participa en Guadalágora desde sus inicios y que también participa en otros muchos encuentros poéticos del país. «En cuanto a poesía, ésta ha sido la mejor la iniciativa creada en Guadalajara. Es un grupo de gente maravillosa que va creciendo en cuanto a relación personal y calidad poética», añade. 

De su lado, la escritora alcarreña Ana Yela confiesa que «me he hecho adicta a Guadalágora». «Es de los poquitos espacios donde puedes expresar tu gusto por la poesía, declamar si te apetece y conocer personas de tu entorno que comparten esa misma inquietud», comenta. «El poder recitar mi propia poesía es algo que me atrae muchísimo. En el momento en que empiezas a hacerlo da un poco de vértigo porque es exponerte ante un público y abrirle tus emociones más íntimas, pero cuando lo haces es como adentrarte en una especie de mantra, en una dimensión única y diferente», describe. Y es que, tal y como recuerda Carmen Niño, «lo importante de la poesía es emocionar» y, sin ninguna duda, el auditorio de Guadalágora se emociona al escuchar a estos trovadores.

Cuando llega el tiempo cálido, entre mayo y octubre, los jardines de la Huerta de San Antonio se convierten en el marco incomparable de estos recitales. En los meses de frío, las sesiones se alternan entre el Teatro Moderno y la sala Tragaluz del Teatro Auditorio Buero Vallejo creando una atmósfera más íntima.

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Varios de los poetas locales participantes en Guadalágora y momentos de la sesión celebrada el pasado 29 de noviembre en el Teatro Moderno.
Varios de los poetas locales participantes en Guadalágora y momentos de la sesión celebrada el pasado 29 de noviembre en el Teatro Moderno. - Foto: Javier Pozo
Varios de los poetas locales participantes en Guadalágora y momentos de la sesión celebrada el pasado 29 de noviembre en el Teatro Moderno.
Varios de los poetas locales participantes en Guadalágora y momentos de la sesión celebrada el pasado 29 de noviembre en el Teatro Moderno. - Foto: Javier Pozo
Varios de los poetas locales participantes en Guadalágora y momentos de la sesión celebrada el pasado 29 de noviembre en el Teatro Moderno.
Varios de los poetas locales participantes en Guadalágora y momentos de la sesión celebrada el pasado 29 de noviembre en el Teatro Moderno. - Foto: Javier Pozo

La próxima cita será este jueves 19 de diciembre, a las 20,00 horas, en el Teatro Moderno. Pasen, descubran y sientan porque, ya lo saben: con la poesía, la emoción está garantizada.