Al acudir al supermercado, uno puede comprobar cómo está bajando paulatinamente el precio del aceite de oliva después del fuerte incremento que ha experimentado en las dos últimas campañas. Uno de los motivos que explican esta reducción de este coste es la buena expectativa que existe respecto a la campaña de recogida de la aceituna que se está desarrollando ya en la provincia y en el resto del país.
«Es una campaña que podemos catalogar como buena o muy buena en términos de producción. Hay alrededor de un 50% más de producción respecto al año pasado, y hay un 4% más respecto a las últimas seis campañas. Además, es una oliva con un grado excelente de humedad, está preciosa, porque todavía no ha helado», valora el presidente de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG), Juan José Laso.
El inicio de la campaña de recogida de la oliva, que en la provincia de Guadalajara arrancó sobre el 20 de noviembre, como corroboran desde APAG, ya ha influido en la reducción de precios de los lineales de los supermercados: «Hemos estado en máximos de los últimos dos años con una falta absoluta de producción y ha disminuido ya respecto a hace pocas fechas. Hasta el inicio de la campaña, el precio estaba alto, y ahora ya ha caído un 25%, pero podemos entrar en una cifra peligrosa en la que no se cubren los costes de producción. El precio ya se ha igualado con una campaña de producción normal, no tenemos prácticamente aceite del año pasado y el consumo se está manteniendo en niveles altos. Espero que el precio no baje más porque sería un problema para los oleicultores», reconoce con preocupación Juan José Laso.
Precisamente, el presidente de APAG reconoce que es cierto que esta reducción de precios podría ayudar a que algunos consumidores vuelvan a reencontrarse con el aceite de oliva después de que su alto coste les haya obligado a adquirir otros aceites de origen vegetal: «Ha habido muchos consumidores que se han ido a otro tipo de aceites vegetales, como el de girasol, para ciertas preparaciones como fritos, porque el altísimo precio del aceite de oliva no nos beneficiaba a los agricultores. Creo que volviendo el aceite a su precio, muchos volverán. Las ventas de aceite de oliva también disminuyeron y con la reducción del precio se puede alcanzar un nivel de equilibrio que permita a todos los consumidores usarlo».
La campaña de recogida de la aceituna en la provincia daba comienzo a finales de noviembre y se espera que se extienda hasta mediados o finales del mes de enero. - Foto: Javier PozoSobre la situación del sector, Juan José Laso presume que, en el conjunto de Castilla-La Mancha, se ha producido «un 'sorpasso' porque las hectáreas de olivar han superado por primera vez a las a las que hay de viña en esta región. El sector está creciendo y con la gran preocupación que no baje el precio», dice el responsable de APAG.
Denominación de origen
En la provincia, el sector de la aceituna es minoritario. Se concentra, sobre todo, en la zona sur del mapa provincial, en las comarcas de La Alcarria y la Campiña, porque hay otras zonas, como el Señorío de Molina o la Sierra Norte, que no admiten el olivo como cultivo debido a las condiciones climatológicas.
La campaña de recogida de la aceituna en la provincia daba comienzo a finales de noviembre y se espera que se extienda hasta mediados o finales del mes de enero. - Foto: Javier PozoHay que señalar también que, precisamente, estas zonas son, principalmente, cerealistas. Con lo cual, los productores primero acaban la faena que tienen de su actividad principal, como es el caso de la siembra del cereal, para después iniciar la recolección de las aceitunas. Esta es la circunstancia que explica que la campaña de recogida de la oliva comience de manera tardía y que se extienda, en muchas ocasiones, hasta mediados o finales de enero, dependiendo de cómo venga el tiempo.
Eso sí, en Guadalajara existe la Denominación de Origen (DO) de Aceite de La Alcarria, con una oliva endémica de la zona, la aceituna castellana que concentra, según informa su gerente, Miguel Ángel Ibáñez, a unos «500 agricultores con 22 municipios» de las provincias «de Cuenca y Guadalajara».
«Llevaremos un 10% de la campaña de un año normal, que este año se puede traducir en un 20%. Aquí, la campaña, en la zona de La Alcarria, es un año de corta producción», estima Miguel Ángel Ibáñez, quien cifra en un «40% menos de cosecha que el año anterior» y, advierte, que «hay pueblos que van a tener un 50 y un 60% menos de producción» que en 2023.
La campaña de recogida de la aceituna en la provincia daba comienzo a finales de noviembre y se espera que se extienda hasta mediados o finales del mes de enero. - Foto: Javier Pozo El motivo, según evalúa Ibáñez, es que, «en el olivo, los años que tienen mucha aceituna, al año siguiente, suele flojear. Y tiene que ver también con una calima que hubo en el mes de junio que se cargó la flor. Eso hizo mucho daño, no cuajó la aceituna», aprecia Miguel.
Esa sensación de «temporada corta» también la tiene Juan Antonio Oliva, agricultor de Sacedón que, como la mayoría de sus compañeros, recoge con máquina este producto, y que, hasta la fecha lleva 15.000 kilos recolectados. «Cada vez somos menos agricultores y todo se hace con máquina. Lo que se puede recoger se recoge. En general, en la cooperativa, por lo que hablo con los agricultores, la campaña es más corta. Pero si hay algún agricultor que el año pasado tuvo poca aceituna, a lo mejor, este año, puede que pueda recolectar más», comenta el oleicultor mientras detiene su tractor unos minutos para hablar con este periódico.
Eso sí, «el producto es bastante bueno, la oliva es bastante gorda y pienso que va a salir un buen aceite como todos los años. No ha helado todavía y estamos en muy buenas condiciones», aprecia este agricultor de Sacedón.
El gerente de la DO Aceite de La Alcarria espera que el consumo se reactive de nuevo tras la reducción de los últimos meses. «Como almazara, en Valdeolivas, dentro de la DO, hemos tenido una bajada de un 30% de las ventas de envasados. Estamos en la línea nacional», informa el gerente de la DO y administrador de Valdeolivas, quien no esconde su temor a que esta reducción de precios haga que el olivar tradicional pierda rentabilidad, «un litro de aceite por menos de cinco o seis euros, no es rentable y no es viable para un agricultor».
Por el momento, hay convivencia entre los intereses de los agricultores y de los consumidores.