Es licenciado en Educación Física y en Psicología, Maestro de Primera Enseñanza y doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad de Valladolid y de Historia Contemporánea por la Universidad de Alcalá. Durante su vida profesional ejerció como profesor de Motricidad y Psicomotricidad en universidades de España, Europa, América y África; pero, hoy en día, José Luis Pastor Pradillo (Guadalajara, 1947), por todos conocidos como Tote, está jubilado y dedica su tiempo a sus dos pasiones, ejercer como abuelo, en primer lugar, y al dibujo y la investigación histórica. 'Guadalajara. Cuando no ocurría casi nada' es el título de su último libro, para el que ha contado con el mecenazgo de la Diputación Provincial, y en el que muestra en forma de dibujos y de textos sus recuerdos de la ciudad que fue Guadalajara durante su infancia y juventud. Para sus ilustraciones, se vale de las puntas afiladas de los bolígrafos rotring, para los que ya tiene dificultades para encontrar el grosor deseado e incluso la tinta; mientras que para los textos, ha utilizado buena parte del trabajo que realiza cada año cuando redacta para su nieta un libro que le regala desde su primer cumpleaños. El resultado es un ejemplar, de corte histórico, con interesantes datos curiosos del paisaje y paisanaje de la ciudad cuando era una capital de provincia de poco más de 12.000 habitantes.
¿Se puede decir que ha unido en su último libro sus dos pasiones, la historia y el dibujo?
La historia es más una afición, el dibujo sí es una pasión. El libro no empieza con un objetivo histórico, ni mucho menos. Es una recopilación de historias del libro que me toca hacer cada año a mi nieta.
¿Cada año escribe un libro a su nieta Lena desde que nació?
Sí, por bocazas. Cuando estaba en México, una vez, fui a un mercado indígena y vendían unos libritos hechos con papel de un árbol endémico y compré dos o tres pensando que para algo servirían. Un día, pensé en qué hacer con ello, mi nieta estaba a punto de cumplir un año, y pensé que sería bueno emplear alguno de esos ejemplares en hacerle un libro. Era un libro de dibujos y, cuando se lo di, mi hija muy emocionada me dijo 'esto será una bonita tradición'. Y yo le dije, pues claro, hija. La niña tiene ya 13 años y se me están agotando los temas y los recursos. Cada vez es más complicado. A veces, me arrepiento un poco, pero a estas alturas, ya va a ser algo irremediable.
¿Este libro, entonces, es una recopilación de aquellos relatos que ha escrito a su nieta a lo largo de los años en sus libros que le dedica?
José Luis Pastor Pradillo en su estudio de Guadalajara capital. - Foto: Javier PozoEso es, es lo que hace un abuelo cuando le cuenta batallas a su nieta. Ni más ni menos. Aquí, no se personaliza. Es el libro original pero un poco retocado, eliminando algunos pasajes familiares. Es el libro que hice a Lena hace dos o tres años.
¿Por qué un libro de Guadalajara con un título tan sugerente, realmente no ocurría nada en aquella Guadalajara de la que nos habla?
Estoy hablando de la Guadalajara de los años 50 ó 60, una ciudad de 12.000 habitantes, que alardeábamos de ser más grandes que Alcalá, porque, además de ser capital de provincia, teníamos dos mil habitantes más. No había industria, solo el comercio cercano y de ultramarinos, donde todo el mundo se conocía y no había inquietudes excesivas ni tensiones de poder o políticas. Lo único que ocurría es lo cotidiano y los mayores acontecimientos eran los familiares, desgracias o peripecias de algún vecino. No ocurría nada más. Ni siquiera venía el jefe del Estado de visita, creo que Guadalajara fue la única ciudad que nunca visitó. Por eso no ocurría nada.
¿Cuánto tiempo ha dedicado a dibujar las 30 obras que ilustran el libro? ¿También las ha ido realizando con el paso de los años?
En principio, los dibujos no estaban pensados para el libro. Primero fueron algunos dibujos, luego el texto, y en otras ocasiones, primero el texto, y luego los dibujos. Calculo que cada uno me lleva una semana porque hago otras cosas también. No estaba premeditado que fuese parte de un libro ni una exposición.
Lena, su nieta, protagoniza muchas de estas imágenes, ¿por qué ha querido hacerla partícipe de los escenarios de sus recuerdos de niño?
José Luis Pastor Pradillo en su estudio de Guadalajara capital. - Foto: Javier PozoUno de los libros fue una carpeta de arte del tamaño original de los dibujos, y ahí metí los retratos y los dibujos que le había hecho de pequeña. Al final, ese libro, no está completo, se va completando con los dibujos de Lena. Muchas veces, utilizo cualquier motivo, si tengo que meter algún personaje, meto a Lena y así voy completando toda su biografía pictórica. Le voy haciendo retratos cada cierto tiempo.
¿Cómo recibe Lena cada año estos regalos históricos?
Como todos los abuelos, intento contarle cosas cuando hay ocasión. Y espero que lea el libro. No sé si los lee con mucho entusiasmo ahora pero sí que espero que lo haga cuando sea más mayor y, entonces, será cuando le sirvan. Ahora, cuando lo recibe, pone cara de circunstancias.
Además de descubrir muchos monumentos de la ciudad, en el libro presenta muchas personas que forman parte del paisanaje histórico de la ciudad, ¿cree que hoy en día se ha perdido la posibilidad de que personajes anónimos formen parte de la memoria colectiva de un lugar como ocurría entonces?
Posiblemente, haber perdido la condición de ciudad provinciana hace que el anonimato sea mucho mayor. Sobresalir y convertirse en una institución es complicado. Pepito o 'El Mangurrino' eran una institución. El 'Pifa', del que se acuerda muy poca gente, era un personaje raro del que se creaban leyendas totalmente infundadas porque era un hombre misterioso. O personajes como Marcelo, que tenía hidrocefalia, y era un mozo de cuerda porque ayudaba a las personas a llevar su equipaje a la estación. Todos esos personajes se han perdido y ya no volverán. 'El Cacaseno', el 'Ministro Bocanegra', Carmen 'la de Iriépal', Simancas, que era todo un filósofo. Toda esa gente no volverá a aparecer por Guadalajara. Creo que no hay ahora mismo ningún personaje en Guadalajara como los de antes.
De todos los capítulos, ¿cuál es su favorito y por qué, por el acabado del dibujo o por la historia que hay detrás de él?
El del Patio de la Palmera en el que aparece el instituto Liceo Caracense porque me recuerda a un periodo muy entrañable de la adolescencia, las primeras experiencias. El Patio de la Palmera era la única distracción que teníamos los chicos cuando terminaban las clases. No había otra distracción. Bueno, estaban los futbolines o los billares, pero tenían mala fama.
¿Cuándo empieza a diseñar el nuevo libro de este legado histórico que está dejando a su nieta?
Los empiezo a hacer cuando, por fin, encuentro un tema. Después, empiezo a escribir y a buscar dibujos. Si tengo la suerte de tenerlos hechos, bien, si no, hay que hacerlos. Este año, ya estoy tranquilo, porque lo acabo de terminar. Lo tengo que entregar el día 5 de enero, que es el día del cumpleaños de Lena, y este mes lo he terminado.
Para realizar sus dibujos utiliza una técnica de puntos que necesita mucho detalle, ¿verdad?
Empecé a finales de los 80 a dibujar, cuando entré en la universidad me dediqué a la investigación y, ahora, que me he jubilado, volví a dibujar. No creas que tengo dificultad para encontrar tinta y recambio de bolígrafos rotring de 0,1 que es el que más utilizo junto con el 0,2.
¿Considera que las nuevas generaciones aprecian, conocen o están interesados en la historia de la ciudad en la que viven?
No lo sé porque no tengo demasiado trato con las nuevas generaciones. Desde el ámbito universitario no era un tema que me surgiera porque daba clase de Motricidad y Psicomotricidad y daba clase en Alcalá. Yo creo que sí que le interesa porque hay páginas en redes sociales que sí están dedicadas a la ciudad, quizá les interesa más gracias a los medios informáticos.
Tengo entendido que sus anteriores publicaciones han estado vinculadas al deporte y la historia, ¿ha comenzado a preparar alguna nueva publicación?
En poco tiempo, he publicado dos, 'La aparición de la actividad física y deportiva en Guadalajara (1800-1939)' y este de 'Guadalajara. Cuando no ocurría casi nada'. Tengo uno en mente desde hace cinco años pero no lo termino. Una vez que terminé, vi que tenía tres mil páginas. Eso es impublicable. Llevo dos años rebajando pero no termino. Es de motricidad humana.