Valdeconcha, la cuna de Antonio Pérez del Hierro

Inmaculada López Martínez
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El pequeño municipio alcarreño enclavado en la frondosa vega del río Arlés atesora un sorprendente pasado histórico que se recupera poco a poco gracias al interés vecinal

Vista de la Casa Consistorial de Valdeconcha, con su emblemática torre del reloj. - Foto: Javier Pozo / Archivo

Valdeconcha es un pequeño municipio de la Alcarria Baja que se encuentra enclavado en una frondosa vega bañada por el río Arlés a media distancia entre Alhóndiga y Pastrana. Sus dos patronos son la Virgen de la Candelaria y El Cristo de la Fe, aunque la localidad celebra sus fiestas más concurridas y bulliciosas a mediados del mes de agosto, cuando las peñas, la música de las verbenas y los encierros –con gran arraigo en la población– toman las calles.

La Casa Consistorial es su gran joya patrimonial. El aspecto exterior de esta singular construcción llama poderosamente la atención por su gran balconada sustentada sobre pilares cilíndricos de piedra pero, sobre todo, por su preciosa torre del reloj, anterior al propio ayuntamiento, y que está coronada por una cruz de Calatrava realizada en hierro forjado. 

Antaño, llegó a albergar una carnicería, el matadero e incluso un pequeño calabozo. En la actualidad, este remozado edificio acoge una pequeña sala con entrada independiente destinada a consultorio médico. El resto está ocupado por los despachos y estancias de la propia administración local. En la planta baja, se descubre un acogedor espacio para exposiciones de cuyas paredes cuelgan curiosas instantáneas de la Valdeconcha del último siglo.

La primera planta del ayuntamiento alberga un amplio despacho y un precioso salón de plenos y reuniones. Sobre la repisa de una de las paredes de esta estancia, que mantiene intacta su estructura original de piedra, reposan varios restos del importante palacio que existió en la localidad, junto a la iglesia. Perteneció a Tristán Calvete, quien fuera Obispo de Lugo y de Oviedo, y que en 1542 compró el pueblo y se hizo señor de Valdeconcha. Entre ellos, destaca el fragmento de una bonita talla de madera con la cabeza de Cristo, la Virgen y San José de Arimatea, que, casi con toda probabilidad formó parte del antiguo retablo del siglo XVI que atesoró la iglesia parroquial. 

Aparte del interesante edificio del Ayuntamiento, Valdeconcha ofrece al visitante otros lugares con encanto como su la iglesia, el emblemático lavadero, las casas nobiliarias, la plaza de la Fuente, la ermita del Cristo, las antiguas bodegas excavadas en la montaña y la agradable zona deportiva colindante con el río Arlés. 

En al ámbito histórico, uno de los hijos más ilustres que ha dado la localidad es Antonio Pérez del Hierro, que fue secretario de estado del Rey Felipe II. Este interesante personaje nació en Valdeconcha en 1542 y allí residió hasta los 12 años cuando partió a la ciudad flamenca de Lovayna para iniciar su educación humanística. Precisamente, el Consistorio valdeconchero organizó en 2016 una jornada cultural dedicada a su figura, que incluyó dos conferencias a cargo de los historiadores Ciriaco Morón y José Martínez, un paseo histórico guiado por el municipio, la proyección de una película, el descubrimiento de un monolito de piedra conmemorativo y el nombramiento oficial deel mencionado Antonio Pérez del Hierro como hijo predilecto de la villa.