Las lluvias de septiembre y octubre auguran buen año de setas

David López
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Gracias a la extensión de pinares que hay en la provincia el níscalo es una de las setas más común, así como las setas de cardo, amanitas cesáreas y variedad de boletus.

Foto de archivo de vecinos con una buena colecta de níscalos. - Foto: Javier Pozo

Llego el otoño y con ello la temporada de setas. Una temporada, que tal y como comenta el presidente de la Asociación Micológica Alcarreña 'La Senderuela', Miguel Ángel Hernández, «se prevé buena» debido a las lluvias de septiembre y a las que se están produciendo en estas primeras semanas de octubre. Una temporada que se espera que sea mejor que la de 2023, la cual no fue tan bien como se espera y comenzó mucho más tarde debido a las tardías lluvias.

«Hay años que hasta nos hemos tenido que ir a otras provincias del norte de España a recoger setas para poder hacer la exposición de setas que desde hace años lleva a cabo la Asociación Micológica, ya que en nuestra provincia porque no había llovido. Este año parece que la temporada va a ser muy buena», apunta Hernández.

Este año comenzó la temporada de setas en Guadalajara a principios de octubre, pese a que en algunos lugares de la Sierra Norte o el Alto Tajo ya se recolectaron algunos ejemplares a finales del mes de septiembre. Lo normal, como ocurre todos los años, es que la campaña micológica se alargue hasta principios de diciembre. 

Pese a que el presidente de 'La Senderuela' afirma que en «Guadalajara no llueve tanto como le gustaría», reconoce que la provincia es rica en recursos micológicos. «Entre otras razones porque a cada ciudadano de Guadalajara le tocan 897 árboles. No es la mayor extensión arbórea de España, pero está entre las mejores», reconoce.

Gracias a la extensión de pinares que hay en Guadalajara el níscalo es una de las setas más común de nuestra tierra. También tenemos setas de cardo, amanitas cesáreas y variedad de boletus. «Los níscalos pueden salir desde septiembre a diciembre, coincidiendo con la época de lluvias y la bajada de temperaturas», apunta Hernández.

El presidente de 'La Senderuela' señala que cada vez hay más gente aficionada a la recolección de setas. «Una de las razones es porque a la gente le gusta la naturaleza y si encima les das un motivo para ir, la gente encantada». En cuanto a la Asociación, «como damos charlas y hacemos salidas al campo,  vamos aumentando nuestro número de socios cada año». 

Y es que es en otoño, coincidiendo con la temporada por excelencia de las setas, cuando desde la Asociación Micológica de Guadalajara realizan un mayor número de actividades. «Este año hacemos un curso de iniciación a la micología en el Centro Agrario de Marchamalo. Además, daremos varias charlas con salida incluida en Galápagos y La Huerce. También tenemos prevista una excursión a Condemios de Arriba el 26 de octubre», dice Hernández.

Las setas más apreciadas por los recolectores son el boletus edulis, el boletus pinophilus, el boletus aereus, el boletus aestivalis, las amanitas cesárea, las setas de cardo, los rebozuelos, los marzuelos y los níscalos.

En cuanto a los lugares para encontrarlas, pese a que los lugareños y buenos recolectores guardan «los rodales» como su mayor secreto, en la provincia destacan localidades como Galve del Sorbe, Condemios de arriba y Cantalojas. En el alto del Jarama, cerca de pinares de pino silvestre, rebollares y encinares hay poblaciones como Campillejo, Campillo de Ranas, Majaelrayo, Palancares, Valverde de los Arroyos y Peñalba de la Sierra, que son lugares de inicio de salidas seteras. Asimismo, en los pinares del Alto Tajo existen poblaciones seteras cómo Ocentejo, Huerta Pelayo, Zaorejas y Taravilla. Y en el señorío de Molina, podemos destacar Molina de Aragón y Alcolea del Pinar.

Permisos

En algunas zonas de la provincia, cada vez en más, es necesaria una autorización que permita la recolección de setas. Estos permisos son personales e intransferibles, y están destinados a regular la recolección para garantizar una recogida de setas sostenible y respetuosa con el medio ambiente. «Cada vez hay más municipios que cobran por recolecta setas. Esto es para tener control sobre la recolección furtiva y poder así, poner más medios para evitar desastres ecológicos», recuerda el presidente de 'La Senderuela'.

No todos los pueblos de la Sierra Norte cuentan con un permiso obligatorio con el que acudir a recolectar setas. Sin embargo, sí gran parte de los municipios, como por ejemplo Cantalojas, Cogolludo o Tamajón. Por ello, antes de ponerse a recolectar sin permiso, es recomendable informarse de la normativa del Ayuntamiento. Los permisos suelen poderse sacar en los ayuntamientos o comercios locales, así como en las casas rurales. 

Por su parte, en el Alto Tajo, desde hace unos años, la Mancomunidad La Sierra, puso en marcha el Proyecto AMMAS para regular los aprovechamientos micológicos de los municipios que la integran. Un proyecto que tiene como fin la puesta en marcha, la puesta en valor y la gestión sostenible de sus recursos micológicos, garantizando su conservación e integrando su regulación en la gestión forestal.

Los beneficios generados por los permisos repercuten directamente en la población local, los ayuntamientos y en la gestión sostenible de los recursos micológicos. Asimismo, este programa proporciona una herramienta de actuación para regular y equilibrar la presión recolectora sobre los montes de la Mancomunidad, en función de las necesidades del territorio.

La mancomunidad la componen los municipios de Adobes, Alcoroches, Alustante, Baños de Tajo, Checa, Chequilla, Megina, Orea, Peralejos de las Truchas, Pinilla de Molina, Piqueras, Taravilla, Terzaga, Tordellego, Tordesilos y Traíd.

«Las setas ayudan a través del micelio a absorber los nutrientes del suelo a los árboles y a acelerar el proceso de putrefacción de las ramas, hojas, frutos, para volver a nutrir el suelo y así los árboles alimentarse mucho mejor, es decir realizan un proceso de reciclaje natural. Por eso son tan importantes y hay que hacer una recolección controlada», concluye Miguel Ángel Hernández.