Parece que el mundo de la política española está dando un nuevo giro hacia el bipartidismo entre el Partido Popular y el Partido Socialista, según han deparado los últimos resultados electorales de este pasado domingo. Ya, desde hacía unas semanas, así como en las encuestas y análisis que se estaban registrando, se veía que se estaban tomando decisiones en una línea marcada por un contexto nacional, económico y político de alianzas a uno y a otro lado. Un fin de ciclo que los expertos consideran que está evolucionando desde las tendencias electorales que se abrieron en el 15-M. Aunque la subida de VOX rompe la ecuación.
PP y PSOE han concentrado el 59,6 por ciento del voto en las municipales, lo que significó que el bipartidismo creció 10 puntos con relación a los comicios locales de hace cuatro años, cuando los votos de los dos grupos mayoritarios registraron su mínimo histórico (51,4 por ciento), y las últimas generales (49 por ciento).
Los más de siete millones de sufragios recibidos estos últimos comicios por los populares y los más de 6,2 millones de los socialistas recuperan así cifras cercanas a las que registraba en 1979 (58,8 por ciento) o 1987 (58,11), tras la caída que habían registrado en las dos últimas consultas donde apenas superaron el 50 por ciento, tras la irrupción de Unidas Podemos, Ciudadanos y Vox.
A pesar de esta agrupación masiva de voluntades, el PP y el PSOE no han logrado las cifras que sí conquistaban entre 1999 y 2011, cuando los votos acumulados por ambas formaciones en las elecciones municipales rondaban el 70 por ciento de los depositados en las urnas.
Máximo apogeo
El bipartidismo alcanzó su máximo histórico en 2007, cuando sumo el 72 por ciento de los votos. Los dos partidos mayoritarios se han repartido las victorias en las municipales desde 1983, si bien la marca PP arrancó a finales de los 80 y antes existía la Coalición Democrática y las listas de AP-PDP-PL.
El PSOE dominó hasta 1995, cuando ganó el PP por cinco puntos (35 por ciento frente al 30). De 1999 a 2007, las urnas arrojaron empates, con distancias solo de décimas, hasta que en 2011 el PP arrasó y superó en 10 puntos al PSOE, que obtuvo a su vez el peor resultado en democracia: 37 por ciento frente al 27 por ciento de los votos, respectivamente.
Cuatro años más tarde de este dato, el PP volvió a ganar pero la diferencia entre los dos partidos se redujo a los dos puntos (27,5 por ciento de los votos para el PP y un 25,4 por ciento para el PSOE). En 2019 fue el partido de Sánchez lideró los votos con un 29,2 por ciento, frente al 22,2 por ciento obtenido por el PP.
Los partidarios de Núñez Feijóo recuperaron el liderazgo al incrementar en casi nueve puntos sus votos de hace cuatro años y concentrar el 31,5 por ciento, mientras que los socialistas cayeron un punto con respecto a 2019, hasta el 28,1 por ciento.
Esta cota del 60 por ciento del bipartidismo en municipales supera las cifras que hubo en las generales de 2015 y 2016, si bien quedan lejos de lo que ocurría desde los años 80 en las elecciones legislativas, donde la suma de los dos grandes no bajaba del 70 por ciento y llegó a superar el 80 por ciento del voto en 2008. ¿La tendencia es volver al bipartidismo? Ahora Vox es el que lo impide.