Un abandono progresivo

Beatriz Palancar Ruiz
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Durante más de una década, las dependencias de El Fuerte han sido sede de importantes colectivos de la ciudad

Las asociaciones de belenistas y Gentes de Guadalajara son las únicas que mantienen su sede en el complejo de El Fuerte. - Foto: Javier Pozo

El grupo Mascarones, que se encarga cada año de la organización del Carnaval y de mantener viva la tradición de la Botarga de Guadalajara; la asociación Gentes de Guadalajara que es la promotora del Tenorio Mendocino; la banda de cornetas y tambores de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno; o la Asociación de Belenistas de Guadalajara son los colectivos que han permanecido en El Fuerte de San Francisco durante más de una década. Sin embargo, la salida de todos ellos, o ya se ha producido, como es el caso de Mascarones y la agrupación musical, o es inminente.

Entre los años 2022 y 2023, todos estos colectivos fueron advertidos por el Ayuntamiento de Guadalajara con una orden de desalojo para que abandonaran las instalaciones donde tenían sedes por las deficiencias estructurales de los edificios que ocupaban según los informes técnicos realizados entre los años 2019 y 2021. Sin embargo, dos de ellos han permanecido en sus locales a la espera de que el Consistorio les ofreciera otro espacio porque son asociaciones sin ánimo de lucro que tienen pocos recursos económicos para afrontar gastos extra como sería un alquiler.

Pero hace poco más de dos meses, se produjo un punto de inflexión. La noche del 2 de diciembre de 2024, las sedes de los belenistas y de Gentes de Guadalajara sufrieron actos vandálicos. Fueron los belenistas los que salieron peor parados y los que denunciaron públicamente el ataque, ya que desmantelaron parte de su taller y se llevaron herramientas y material eléctrico. En el caso de Gentes de Guadalajara, solo echaron en falta un elemento de 'atrezzo' de unos báculos religiosos de latón, que doblaron, de los que utilizan para sus representaciones. 

Las asociaciones de belenistas y Gentes de Guadalajara son las únicas que mantienen su sede en el complejo de El Fuerte.Las asociaciones de belenistas y Gentes de Guadalajara son las únicas que mantienen su sede en el complejo de El Fuerte. - Foto: Javier Pozo

«Ya que no nos ofrecen nada, estamos buscando algo para irnos de alquiler porque el estado es lamentable. No da la sensación de que se vaya a hundir el tejado pero no es un sitio que reúna condiciones para estar y, a parte, después de que nos abrieran, no nos sentimos seguros», declara Felipe Sanz, presidente de Gentes de Guadalajara.

Tras este ataque, desde el Ayuntamiento de Guadalajara aseguran que se ha reubicado a los belenistas, que estaban situados donde estaba el centro de mandos, muy cerca de la iglesia y junto al claustro. 

«San Francisco es nuestro patrón y estar en el Fuerte tiene un poco de sentimental. Pero, en seguridad, cada vez hay menos gente por allí, eso sí, por lo que la zona es más carne de cañón para okupas y demás. Pero quitando lo que pasó en diciembre, hemos estado bien. Si pudiéramos seguir allí en un sitio arreglado, estaría muy bien», asegura Miguel Ángel Martínez, presidente de la asociación de belenistas.

Hace casi dos años, cumpliendo con el plazo de 15 días que establecía la orden de desalojo del Ayuntamiento de Guadalajara, Mascarones y la banda musical abandonaron las instalaciones del cuerpo de guardia.

«Era un sitio muy frío, se iba la luz, había humedades pero tenía otras compensaciones porque era un local grande y nosotros trabajábamos muy bien. Estábamos muy contentos», asegura Manuel Abad, representante de Mascarones, quien justifica que «nosotros tenemos un patrimonio y nos asustaron mucho», añadiendo que, además, cortaron la luz y el agua como medida de presión.

Con la misma rapidez recogieron su material los integrantes de la banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía de Jesús Nazareno: «No estaban alarmados porque si el tejado aguantó la Filomena, cuántos tejados no habrá peor que ese, pero empezaron a meter prisas. Nos pusieron fecha y tuvimos que sacar todo de allí», dice Isidoro Alba, hermano mayor de esta cofradía de Nuestro Jesús Nazareno afincada en San Nicolás.

De convento a Fuerte militar

Guadalajara fue una ciudad conventual y, según destacan los historiadores, uno de los más influyentes fue el convento dedicado a San Francisco que tuvo su sede en un lugar privilegiado de la ciudad por tratarse de un terreno elevado, extramuros de la muralla y estar flanqueado por el arrabal de Santa Ana y el curso del arroyo del Alamín. Sus orígenes se remontan al siglo XIII, cuando la reina Berenguela encargó la construcción de un convento para la Orden del Temple. Cuando esta se suprime en Castilla, la Infanta Isabel cede los espacios a la Orden Mendicante de San Francisco en 1330. El historiador Francisco Layna Serrano, en su libro 'Conventos antiguos de Guadalajara', asegura que la relevancia que adquirió este convento en la ciudad se debe a su edificio, su numerosa comunidad y la influencia en la vida religiosa por el patronazgo de la Casa de los Duques del Infantado, por eso, en este lugar, se construyó la cripta familiar de los Mendoza. La iglesia se levantó en la segunda mitad del siglo XV, por mandato del Marqués de Santillana. Hay que lamentar la ocupación de las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia por la que el monasterio sufrió muchos daños entre 1808 y 1812. Los frailes franciscanos permanecieron en este lugar hasta 1835 por la exclaustración de la Desamortización de Mendizábal. En 1837, se afronta el proyecto de ubicar el cuartel para el Batallón Provincial de la Milicia Nacional. Ese es el origen del carácter militar de San Francisco. Esta conversión de convento a fuerte militar se llevó a cabo durante décadas. En 1841, el ramo de Guerra se hizo cargo de las instalaciones y, en 1842, se cede definitivamente al Ejército para convertirse en Parque de Ingenieros para, en 1847, llegar a ser Maestranza de Ingenieros, unas funciones que mantuvo hasta 1999. De hecho, los ingenieros militares permanecieron en Guadalajara durante más de 150 años, hasta el 31 de diciembre de 1998. A partir de entonces, comienza la negociación con el Ministerio de Defensa para su adhesión al resto de la ciudad, un acuerdo que no se llegó a materializar hasta 2004 en el Proyecto de Singular Interés. En 1993, los archivos militares constatan que la superficie total del conjunto de San Francisco llega a ser de 52.200 metros cuadrados, teniendo en cuenta que entre los años 70 y 80 del siglo XX, ya se habían cedido terrenos para la construcción de la piscina municipal de verano de San Roque, el disfrute en el parque de San Francisco o Sandra, así como el traspaso de la titularidad de iglesia a la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara.