Con motivo de la gran afluencia de visitantes al parque natural del Barranco del Rio Dulce, se llevará a cabo el acondicionamiento de la caseta de elevación de agua situada en el entorno urbano de La Cabrera (pedanía de Sigüenza), actualmente en desuso, dotándola de las instalaciones necesarias para su adaptación como aseo turístico accesible. Una intervención que dotará al aseo turístico de una superficie útil de 5,1 metros cuadrados, de los 7,1 que tiene la caseta.
El proyecto contempla mantener la estructura vertical y tipo constructivo, con las adaptaciones que se estimen imprescindibles desde el punto de vista de conseguir la durabilidad, seguridad, mantenimiento y carácter accesible. Por ello se procederá a la demolición de la cubierta para elevar la altura de la edificación.
Por otro lado, se procederá a reubicar la puerta de paso, de modo que el acceso se produzca desde una vía pavimentada. Es por ello que no supone ningún impacto paisajístico relevante que afecte al parque natural.
Para toda intervención se emplearán los mismos materiales de la construcción actual, como son el bloque de hormigón, sentado con mortero de cemento y cubierta tradicional de viguetas pretensadas, bovedillas de fábrica, capa de impermeabilización y teja curva.
En cuanto a los acabados, se proyecta un revoco de mortero hidrofugado para todos los pavimentos verticales exteriores y alicatado con azulejo blanco o similar, de suelo a techo solado con gres.
La caseta cuenta con red de electricidad y abastecimiento de agua desde la red pública. No obstante, presentan un grado de deterioro, por lo que se acometerá a su reparación; considerando una nueva acometida de luz, con cruce aéreo a cuadro de alumbrado público y automático independiente; dotando al aseo además de un punto de luz y un enchufe. También debe acometerse una red de saneamiento, la cual podemos encontrar a una distancia menor de un metro desde el acceso proyectado.
La Cabrera es una de las pedanías de Sigüenza que da paso al parque natural del Barranco del Río Dulce. Los itinerarios en este espacio protegido, que cuenta con más de 8.000 hectáreas, son múltiples, como los Senderos de la Miel o el camino del Cid. Todos ellos toman como epicentro la estructura del cañón labrado por el Dulce en calizas mesozoicas; una sucesión de farallones rocosos, salpicados por una vegetación a base de quejigos, encinas, enebros y sabinas. Cuenta además con una fauna espectacular, surcada por buitres leonardos, vencejos, gorriones o chovas piquirrojas, entre otras especies.