El sector lleva tiempo pidiendo una reforma del seguro agrario. Agricultores y ganaderos se quejan de que las coberturas bajan y los precios de las pólizas suben, mientras que las compañías han tenido que soportar en los últimos años el abono de indemnizaciones mucho más cuantiosas que la cantidad que ingresan por las contrataciones. Pero mientras este problema se soluciona, queda claro que el seguro es una herramienta imprescindible para la gestión de cada vez más explotaciones.
La contratación de pólizas de seguros agrarios ha aumentado un 2% en 2024, superando los mil millones de euros, y ha batido su récord de capital asegurado por décimo año consecutivo, según han hecho público desde Agroseguro. El número de pólizas contratadas se ha situado en 374.000 en 2024, lo que supone un incremento anual del 2%, con 1.021 millones de euros en primas totales (+1%).
La superficie asegurada ha alcanzado de nuevo los 6 millones de hectáreas y la producción asegurada se ha elevado un 9% hasta los 40,5 millones de toneladas, mientras que el número de animales asegurados ha subido el 5%, con 439 millones. Además, Agroseguro ha batido su récord de capital asegurado por décimo ejercicio consecutivo, al crecer un 7% en 2024 hasta los 18.152 millones de euros.
El director general de Agroseguro, Sergio de Andrés, ha destacado que «está claro que los agricultores y ganaderos confían en el sistema de seguros agrarios de manera constante, independientemente de la siniestralidad más reciente, y asumen que el seguro es un elemento imprescindible de su explotación, que les permite reducir su incertidumbre y preocupación ante los daños causados por el clima «, como se está viendo en los últimos años. A su juicio, el sector primario es consciente de los eventos climáticos, cada vez «más intensos y extensos», a lo que se une la «buena gestión» que se hace por parte del sistema de seguros agrarios.
Diferentes cultivos.
Según los datos registrados hasta el pasado 31 de diciembre, el mayor capital asegurado en 2024 está impulsado por el crecimiento de algunas de las principales líneas de seguro, entre ellas los herbáceos extensivos (+20%), el caqui (+13%), los cultivos hortícolas (+5%) y el conjunto de los seguros pecuarios (+10%). También han influido otras líneas de menor volumen, como las que cubren producciones industriales no textiles, fresón y frutos rojos, frutos secos, forestales, planta viva y cultivos tropicales. En otros casos las cifras han sido similares a las de 2023, como en los cítricos, los frutales, el plátano de Canarias, el olivar y la uva de vino.
De Andrés ha recalcado que cada cultivo se comporta de manera diferente y, por ejemplo, los herbáceos han sufrido en los últimos años los daños causados por las sequías, con tendencia a ser más intensas. En ese sentido, alrededor del 70% de los productores cerealistas están protegiendo sus explotaciones de los eventos climáticos.
El responsable también ha mencionado el caqui, que ha visto un crecimiento importante de la contratación de pólizas, las cuales se realizan a principios de año. Ha explicado que más del 90% de agricultores de caqui están asegurados, lo que les ha servido para proteger sus explotaciones y afrontar la pasada dana de octubre, que afectó a las principales zonas productoras en la provincia de Valencia, beneficiándose así de las indemnizaciones de Agroseguro.
En cuanto a las hortalizas, De Andrés ha apuntado que la contratación del seguro agrario ha aumentado de forma constante en los últimos años en ese sector, «cada día más profesionalizado» y con una producción de alto valor. Aparte, existen otras líneas con un bajo nivel de aseguramiento, si bien no hay ninguna entre las principales en las que se haya registrado un descenso.
El director de Agroseguro ha asegurado que no disponen de datos definitivos de las indemnizaciones pagadas en 2024 porque todavía hay algunas producciones en el campo expuestas a siniestros que se pudieron producir a finales de año, aunque ha estimado que la cifra estará por encima de los 700 millones de euros.