La gripe aviar sorprende, pero España sigue libre… de momento

SPC
-

Esta enfermedad, de la que se espera un pico en febrero, ya no afecta solo a aves y la OMSA pide atención «urgente». Alemania detecta el primer foco desde 1988 de la peligrosa fiebre aftosa

La gripe aviar sorprende, pero España sigue libre… de momento - Foto: Isabel García

El ejercicio 2025 arranca para el ámbito de la sanidad animal y el enfoque 'One Health' (Una sola salud) pendiente de la evolución de una gripe aviar, a la que se le va difuminando su apellido porque ya afecta a más de 30 especies, muchas de ellas mamíferos como el vacuno lechero, y con una incidencia cuyo pico se prevé en febrero para el hemisferio norte. La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) ha avisado de que la amenaza actual de la gripe aviar de alta patogenicidad (IAAP, por sus siglas en inglés) exige una atención mundial «urgente», porque trasciende sus orígenes aviares para afectar, cada vez con mayor frecuencia, a mamíferos domésticos y salvajes.

Más de una treintena de especies ya ha sido infectada por esta enfermedad y se prevé que vaya en aumento, lo cual supone una «amenaza para la fauna salvaje, los animales domésticos y la salud pública», en palabras de la OMSA. La situación ha llevado a esta organización a pedir a sus 183 países miembros que aumenten la vigilancia para detección precoz en ejemplares susceptibles, efectúen diagnósticos en las no aviares y notifiquen los casos en todas las especies animales. Además, aconseja aplicar medidas preventivas tempranas para romper el ciclo de transmisión y proteger a las personas en estrecho contacto o que manipulen ganado enfermo y sus productos; y reclama a los países que eviten aplicar restricciones comerciales «injustificadas».

El impacto económico de enfermedades zoonóticas (transmisibles a humanos) con potencial epidémico es relevante por su repercusión para la sanidad humana pero también para la cadena agroalimentaria (del ganadero al consumidor), que puede ver mermada su producción de alimentos por las medidas de control y erradicación, como los sacrificios de miles de cabezas de ganado. Hace ya dos décadas, el Banco Mundial anunció que la enfermedad costaría a los países industrializados unos 550.000 millones de dólares, una cifra que, con toda probabilidad, ha crecido sustancialmente.

España resiste.

A pesar de los recientes casos detectados en granjas de Francia y Portugal, España resiste en cuanto a la incidencia en explotaciones ganaderas. De hecho, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) acaba de publicar su último informe en el que detalla que la circulación del virus en la actual temporada «sigue siendo limitada», sin detectarse «ningún caso de IAAP H5N1 en aves de corral». En el continente, se han detectado desde el 12 de diciembre de 2024 99 casos de IAAP H5N1 en aves silvestres en 14 países, 23 casos en aves cautivas en siete países y 33 focos en aves de corral en ocho países, la mayor parte de ellos concentrados en Centroeuropa. Y en nuestro país, desde el pasado 1 de julio se han detectado 20 casos en aves silvestres (principalmente en especies de gaviotas) en Galicia (18), Castilla y León (1) y Cataluña (1), además de otro en un ave cautiva (no de producción).

El salto a multitud de especies ha sorprendido a la comunidad científica pero, más allá de su llegada a animales y lugares insólitos (como a pingüinos en la Antártida), destaca la incidencia que está teniendo en el sector del vacuno lechero de Estados Unidos, donde hace unos días murió la primera persona a causa de esta enfermedad. La situación en el país norteamericano ha llevado a crear una estrategia nacional de análisis de la leche para facilitar la vigilancia integral de la cepa H5N1 en el suministro lácteo y en los rebaños.

La problemática radica, según la OMSA, en que las investigaciones han identificado la leche cruda de vacas infectadas como material de alto riesgo; hay pruebas de transmisión horizontal del virus de vacas lactantes infectadas a otros animales, incluidas vacas, gatos y aves de corral. Por ello, sólo debe comercializarse la leche producida por vacas no infectadas y que haya sido pasteurizada o haya seguido un proceso similar de inactivación del virus. El Departamento de Salud estadounidense ha destacado que el riesgo actual para la salud pública en general sigue siendo bajo, un diagnóstico en el que coincide la agencia de salud de la ONU, que no obstante pide precaución para las personas en contacto directo y continuo con animales susceptibles de estar infectados.

Casi cuatro décadas. Por otro lado. Alemania ha detectado el primer caso de fiebre aftosa en su territorio desde 1988. El último caso en España data de 1986, quedando nuestro país oficialmente libre tres años después. Esta enfermedad, endémica en Turquía, Oriente Medio, África, muchos países asiáticos y partes de Sudamérica, se había visto por última vez en Europa en Bulgaria, concretamente en 2011. Se trata de una patología vírica muy contagiosa que afecta a los animales de pezuña hendida (bovinos, ovinos, caprinos y porcinos), tanto domésticos como salvajes. Aunque no presenta riesgo para los humanos, su impacto económico puede ser extremadamente alto.

El brote, detectado en una manada de búfalos de agua de una explotación ganadera, ha desencadenado una serie de medidas restrictivas para contener la propagación del virus, afectando tanto al mercado interno alemán como a sus exportaciones internacionales.

 

¿Y la EHE?

El Ministerio de Agricultura emitió su último comunicado dando cuenta de la expansión de la enfermedad hemorrágica epizoótica el pasado 18 de diciembre. En él se confirmaba la aparición de esta patología en varias explotaciones de bovino localizadas en las comarcas de Ávila y Sotillo de la Adrada (Ávila) y Bergantiños (La Coruña). En el documento, Agricultura explicaba que durante la actual temporada vectorial se han notificado en total 186 comarcas afectadas por EHE (únicamente habiéndose notificado el primer caso detectado en cada una de ellas). Principalmente se ha detectado circulación en el centro y norte del país, afectando en mayor medida a comarcas en las que no hubo circulación o circuló con menor intensidad durante la temporada pasada. En esta época del año la enfermedad apenas circula debido a que el vector que la transmite, un mosquito, no tiene actividad debido a las bajas temperaturas.