La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha expresado su confianza en que la zona euro logrará evitar su entrada en recesión este año, a pesar de la sustancial desaceleración del crecimiento que anticipa el Fondo Monetario Internacional (FMI) en sus últimas previsiones macroeconómicas, publicadas este martes, como consecuencia de la incertidumbre generada por los aranceles impuestos por Estados Unidos y las contramedidas anunciadas por algunos países.
En una entrevista con la cadena CNBC en los márgenes de las reuniones de primavera que el FMI y el Banco Mundial celebran en Washington esta semana, la francesa ha subrayado que "hay margen para las negociaciones" entre las partes.
"Me sorprendería que no existieran", ha subrayado, añadiendo que será un proceso en el que los responsables políticos argumentarán y señalarán sus imperativos, sus límites y sus vulnerabilidades, puesto que existe un enorme volumen comercial de bienes y servicios entre Europa y Estados Unidos, así que "podría haber sectores en los que sea necesario negociar seriamente".
"Va a requerir un trabajo tedioso y serio para determinar qué es aceptable para las partes y dónde se abordan los puntos vulnerables. Y no se trata solo de una parte, sino de ambas", ha resumido.
De este modo, Lagarde confía en que durante los días que restan para que expire la tregua arancelaria ordenada por Donald Trump y secundada por la UE se producirán conversaciones y negociaciones a puerta cerrada, lo que supondrá un período de incertidumbre "que a nadie le gusta" en el que no se quiere invertir ni se quiere contratar ni se sabe adónde se irá en términos de desarrollo económico.
"Al final de ese período, necesitamos tener un sistema que al menos sea predecible y fiable en el que las cosas no cambien cada dos semanas", ha deseado.
En el caso de la zona euro, la presidenta del BCE ha recordado que la recuperación "estaba echando raíces", añadiendo que se trata de una gran zona económica con un importante comercio interior con el que generar grandes ingresos, además de ser el principal socio comercial y de exportación de 72 países de todo el mundo.
"Esto no es poca cosa y vamos a activar esos vínculos comerciales al máximo. Así que no vemos una recesión", ha apuntado.
Por otro lado, en relación con las presiones que desde la Casa Blanca recibe su homólogo al frente de la Reserva Federal, Jerome Powell, la presidenta del BCE ha reconocido que ambos banqueros centrales están acostumbrados a la presión política, de una forma u otra.
"Siento un inmenso respeto por su trabajo, por su lealtad a su puesto y por ser lo más diligente y disciplinado posible para cumplir con su mandato", ha destacado, añadiendo al ser preguntada sobre el potencial despido de Powell que "espero que no suceda".