La superficie destinada a plantaciones de pistacho en la provincia se ha multiplicado en 3,5 puntos en los últimos cinco años. En concreto, Guadalajara ha pasado de tener 265 hectáreas registradas por los agricultores en las solicitudes de la Política Agraria Común (PAC) de 2018 a 926 hectáreas en 2023, es decir, casi se ha cuadruplicado. Los principales motivos de la proliferación de este cultivo alternativo son, principalmente, su rentabilidad en el mercado y las condiciones favorables tanto climáticas como edáficas que disfruta en buena parte de la geografía provincial, especialmente, en el sur de la comarca alcarreña. A ello se suma el respaldo y la promoción que este cultivo está teniendo por parte de las administraciones competentes.
Illana es el municipio guadalajareño que cuenta con más terreno dedicado a este cotizado fruto seco, en concreto, contabiliza 308 hectáreas, es decir, el 33 por ciento de lo existente en la provincia. José Miguel Villanueva es uno de los agricultores illanitos que fue precursor en la plantación de pistacho, concretamente, en el año 2017. «Tenía un amigo que había plantado pistacho años atrás y viendo los buenos resultados que estaba obteniendo, me di cuenta de que podía ser una alternativa factible al cereal», comenta. José Miguel apostó fuerte por este cultivo leñoso. Al principio, dedicó 17 hectáreas de su propiedad pero, en la actualidad, cuenta con 40 y gestiona otras 26 más para terceros.
Tras una importante inversión inicial y cinco años de espera para lograr la primera «cosechilla», este agricultor alcarreño comienza ahora a sacar provecho a su explotación pistachera. «A partir del sexto año es cuando empiezas a pagar la inversión realizada y, más o menos, desde el octavo que aumenta la producción es cuando la tienes amortizada», detalla.
Efectivamente, los notables costes iniciales que conlleva este cultivo (adecuación del terreno, adquisición de plantas, cuidados, instalación de sistema de riego, etc.) y el tiempo de espera que precisa la primera cosecha, estimado en un mínimo de cinco años, son sus principales hándicaps. Sin embargo, se compensa con la elevada rentabilidad que el pistacho español disfruta actualmente gracias a su excelente calidad y a la enorme demanda internacional que existe en el mercado, muy limitante en cuanto a zonas de producción. «Ahora se está pagando a unos seis euros el kilo, es un precio muy interesante», señala José Miguel Villanueva.
En todo caso, este agricultor recuerda que es aconsejable contar con asesoramiento técnico a la hora de poner en marcha una explotación pistachera y que también requiere de personal para su cuidado «que es difícil encontrar». Otro de los requerimientos de este fruto seco radica en la necesidad de tener secaderos cercanos porque su procesado debe hacerse en menos de dos días para evitar su pudrición.
La provincia de Guadalajara todavía carece de instalaciones de estas características por lo que los agricultores alcarreños tienen que llevar su producción a secaderos de provincias cercanas como Toledo, Albacete o Ciudad Real, donde esta variedad leñosa está más asentada y extendida. No obstante, su proliferación en Guadalajara está haciendo surgir varios proyectos de secaderos que pronto podrían ver la luz, en concreto, en la comarca alcarreña. Sobre esta cuestión, el presidente de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG), Juan José Laso, no descarta que la organización que representa apueste por la puesta en marcha de alguna instalación de estas características. «Ya es necesario establecer secaderos de pistacho en la provincia y vamos a cooperar en ello con nuestros socios si hay una oportunidad de comercialización. Lo más importante es vender y a buen precio», señala Laso, quien hace una valoración muy favorable del crecimiento que este cultivo está experimentando en la provincia en los últimos años. «La situación del cereal es crítica y es positivo que los agricultores estén ojo avizor a otras opciones; los cultivos leñosos y el pistacho, en particular, es una de las más rentables», sostiene.
Jesús Miguel Barona es uno de los jóvenes agricultores de la provincia que el pasado 2023 también decidió «subirse al tren» del pistacho «con mucha ilusión» siguiendo la estela de otros compañeros de Illana. «Según los técnicos, esta zona es ideal para el pistacho y como tenemos regadío nuevo, consideré que podía ser una buena alternativa porque el cereal dejó de ser rentable desde la Guerra de Ucrania. Los agricultores tenemos que diversificar, reinventarnos y buscar otras opciones», declara. Jesús Miguel confirma que casi todos los agricultores de su pueblo ya se han sumado al «boom» del pistacho.
Municipios
Tras Illana, la cercana Fuentenovilla es el segundo municipio de la provincia que cuenta con mayor extensión de pistacho, 74 hectáreas declaradas en la PAC de 2023 (8%). Le siguen Azuqueca con 50 hectáreas (5%); Mondéjar con 44 (4,7%); Almoguera con 37 (4%) y, en menor porcentaje, otras localidades como Sacedón, Hita o Yunquera de Henares. Precisamente, Yunquera alberga una de la mayores fincas (Finca Sotoblanco)destinadas a cultivos leñosos de toda la Campiña con el pistacho como principal protagonista. Jaime García es uno de los dos hermanos que ostenta la propiedad y la gestión de esta explotación agrícola de 100 hectáreas que, tras heredarla de su padre en vertiente cerealista, decidieron tecnificar y dar el salto al leñoso en busca de una mayor rentabilidad en 30 de sus hectáreas. En febrero de 2022 llevaron a cabo los trabajos iniciales de plantación y cuidado del pistacho que, tal y como recuerda, fueron «lentos y laboriosos», advirtiendo que «hay que tener conocimientosprevios» para ello. «Sabemos que los primeros cinco años son durísimos y, a partir del sexto, la cosa cambiar en general porque empiezas a recuperar el dinero invertido. Luego, es un cultivo que puede durar 40, 45 años o toda la vida y 30 ó 35 años a pleno rendimiento», apunta.
En cualquier caso, este productor yunquerano se siente satisfecho con la marcha de su explotación y considera que optar por este tipo de cultivo alternativo ha sido una decisión acertada. «Llevamos la plantación bastante espectacular para la edad que tiene, este año tendremos un pequeña producción para coger a mano y el año que viene está planteada una primera cosecha ya interesante», avanza. Por último, Jaime García hace mención al contexto comercial tremendamente favorable que este delicioso fruto seco está alcanzando en nuestro país. «Depende de todos hacer este sector del pistacho una oportunidad realmente viable, de momento, lo que hay seguro es hay una gran base en España para ser un referente», concluye.
Plan Estratégico
Castilla-La Mancha lidera la producción de pistacho a nivel nacional acumulando el 80 por ciento de superficie de todo el país. Según los últimos datos oficiales, de las 78.500 hectáreas dedicadas a este cultivo leñoso en España, unas 60.500 están localizadas en nuestra región. Ciudad Real y Toledo son las provincias con más terreno pistachero, por encima de 18.000 hectáreas cada una. A continuación se sitúa Albacete con 14.150 hectáreas, Cuenca con 8.600 y, por último, Guadalajara con cerca de 1.000. Sin embargo, todo hace prever que la presencia de este fruto seco en la geografía provincial va a continuar creciendo de manera considerable en los próximos años habida cuenta de su rentabilidad y de la buena adaptación que está teniendo en determinadas zonas de la provincia, especialmente, en el sur de la Alcarria.
Y es que, para su óptimo crecimiento y productividad, el pistacho requiere de temperaturas extremas, es decir, inviernos fríos y veranos calurosos, como así ocurre en buena parte del territorio regional. Además, se desarrolla mucho mejor en suelos calcáreos, profundos y bien drenados como son los que abundan en Castilla-La Mancha. Aunque es un árbol que se adapta tanto a secano como a regadío, una plantación de pistacho con aporte de agua permite marcos de plantación más pequeños y ofrece un mayor rendimiento, de ahí que se optimice mucho más una explotación en regadío tal y como ocurre en la localidad de Illana. «El cultivo del pistacho se adapta muy bien a Castilla-La Mancha, incluidas algunas comarcas de Guadalajara, por el clima y por el tipo de suelo. Además, requiere de pocas necesidades hídricas lo que es muy importante en el contexto de cambio climático en el que vivimos y que esté resultando muy rentable en nuestra región», avala Elena Escobar, directora general de Producción Agroalimentaria y Cooperativas de la Junta de Comunidades.
medidas. Ante la notable importancia que el sector del pistacho ha adquirido en la comunidad autónoma, el Gobierno regional está apostando fuerte por apoyar todo su proceso de producción, incluida la comercialización. «Nuestra principal preocupación es que el pistacho de nuestra tierra consiga el mayor valor añadido a lo largo de toda la cadena alimentaria, es decir, tener infraestructura para poder transformarlo, envasarlo y comercializarlo con marca Castilla-La Mancha», indica Elena Escoba. Para tratar de conseguirlo, la Junta está ultimando el denominado Plan Estratégico del Pistacho que, entre otras medidas, incluirá un 10 por ciento adicional en las ayudas del Focal a aquellas inversiones directamente ligadas con el sector.
Otra de las actuaciones que incluye este plan es la creación de una Indicación Geográfica Protegida (IGP) para el pistacho castellano-manchego «en la que ya estamos trabajando», anuncia la directora general de Producción Agroalimentaria y Cooperativas. «Estamos avanzando en las primeras analíticas para definir cuáles son las características diferenciadoras de nuestro pistacho, sabemos de su calidad pero tenemos que demostrarlo con estudios que esperamos tener finalizados dentro de poco para mandar la solicitud de la IPG a la Unión Europea», explica Elena Escobar. La creación de una interprofesional formada por cooperativas, agricultores y productores pistacheros a fin de estructurar y gestionar el sector a nivel regional «para que la iniciativas no vengan de fuera», apunta Escobar. Por último, la representante del Gobierno regional incide en las magníficas perspectivas de producción de pistacho que se auguran en la región para los próximos años, no tanto en lo que afecta a la extensión de superficie dedicada a este cultivo, sino porque el rendimiento de las exportaciones ya existentes, muchas de ellas todavía jóvenes, irá in crescendo progresivamente.
Fondos de inversión
Por último, cabe destacar que lanzarse al mundo del pistacho no sólo representa una oportunidad para los agricultores sino que, lamentablemente, se han convertido en el nuevo Dorado para fondos de inversión y grandes fortunas. Así las cosas, están empezando a proliferar en España las empresas que promueven y gestiona fincas pistacheras ofreciendo a sus dueños elevadas cantidades de dinero por su venta o alquiler a largo plazo a semejanza de lo que está ocurriendo con el negocio de las placas solares. En Illana, ya son varios los propietarios de parcelas óptimas para la producción de este cultivo que han sucumbido a las suculentas ofertas económicas que ha ofrecido uno de estos fondos de inversión, EuroPistachios, el cual se ha hecho, hasta el momento, con el arrendamiento de más de 200 hectáreas en la localidad. A juicio de los agricultores illanitos este tipo de prácticas especulativas suponen «una competencia desleal» que pone en riesgo el sector. «Lo que ellos ofrecen nosotros no lo podemos ofrecer. Ellos juegan con el dinero de otras personas y tienen mucha capacidad económica», afirman.
Para el presidente de APAG, Juan José Laso, esta situación demuestra «la alta rentabilidad que tiene el pistacho y que parece que va a seguir teniendo». No obstante, Laso recuerda que los agricultores son ?«los profesionales» del campo y que «ellos lo saben hacer mejor que cualquier fondo de inversión, van a producir más y lo van a comercializar mejor». Por ello anima a los afectados a que «no se sientan desplazados» por este tipo de negocios. «Nosotros somos los agricultores y los que sabemos hacer estas cosas», insiste.