El viajero, al día siguiente, cuando, otra vez en el camino, piensa en lo que ya pasó, cierra los ojos un momento para sentir la marcha del corazón. Esta reflexión personal que Camilo José Cela plasmó con gran brillantez en su libro Viaje a la Alcarria es, seguramente, la misma que han vivido los chavales que han tenido la suerte de ser protagonistas del I Reto Escolar Cooperativo por Relevos Jóvenes en Marcha que, durante cuatro días y a través de una carrera no competitiva por equipos, ha emulado las andanzas del Premio Nobel de Literatura por tierras guadalajareñas.

Eran las nueve de la mañana del pasado martes cuando una ilusión desbordante inundaba el Centro San José de la capital en la recepción de despedida que las autoridades ofrecían a los 96 estudiantes y a los 12 docentes de los seis institutos públicos (Luis de Lucena, Brianda de Mendoza y José Luis Sampedro de la capital; Alejo Vera de Marchamalo; Arcipreste de Hita de Azuqueca de Henares; y Briocense de Brihuega) que han hecho realidad uno de los proyectos educativos más innovadores y ambiciosos de los desarrollados en la provincia en los últimos años. Por delante les esperaban cuatro jornadas inolvidables de deporte, de convivencia y de conocimiento y disfrute de los maravillosos tesoros patrimoniales y medioambientales que esconde la comarca alcarreña en un momento de plenitud natural incomparable tras las intensas lluvias caídas en marzo. 

De Guadalajara a Brihuega. De Brihuega a Trillo. De Trillo a Sacedón. De Sacedón a Pastrana. Casi 200 kilómetros de esfuerzo compartido, de dificultades vencidas, de anécdotas increíbles y, sobre todo, de experiencias colectivas que les mantendrán unidos para siempre bajo la prosa del libro más universal de Cela. «Los alumnos lo han disfrutado muchísimo en un ambiente súper sano», afirmaba satisfecho Gaspar García, el docente promotor de esta expedición que en la tarde del viernes ponía su broche de oro en la plaza de la Hora de Pastrana con la recompensa de paella para todos los aventureros.

Varias imágenes del I Reto Escolar Cooperativo por Relevos Viaje a la Alcarria 'Jóvenes en Marcha’. - Foto: J. Pozo / JCCM / L.T.

Por niveles

Distribuidos en 12 equipos mixtos de ocho integrantes, dos por centro educativo, cada alumno corrió una distancia de entre cinco y seis kilómetros por jornada, dando el relevo al siguiente compañero hasta que, uno tras otro, completaron la etapa correspondiente. «Había distintos niveles de condición física entre el alumnado y lo que hicimos fue diseñar los equipos por niveles similares para que el ritmo de la carrera tuviera una mejor continuidad y que pudieran ayudarse unos a otros. Los chicos han hecho un esfuerzo importante por poner su granito de arena y sumar sus kilómetros al reto final», describe Gaspar García. 

Cuando no era el turno de correr, el resto del grupo realizaba el mismo trayecto en autobús escuchando como telón de fondo los pasajes de Viaje a la Alcarria coincidentes con los municipios y parajes que iban atravesando. «El balance es muy bueno, ha habido mucha motivación por parte de los chavales, cada relevo era una fiesta y, por la tarde, se organizaron diferentes actividades interdisciplinares en los pueblos de llegada, no hemos parado ni un momento», valoraba Jaime Jódar, profesor del IES Luis de Lucena miembro de la expedición. «Ha sido una experiencia muy intensa que todos, alumnos y profesores, la hemos vivido con muchas ganas e ilusión. Los objetivos se han cumplido con creces», corroboró David Lara, otro de los docentes participantes. 

Varias imágenes del I Reto Escolar Cooperativo por Relevos Viaje a la Alcarria 'Jóvenes en Marcha’. - Foto: J. Pozo / JCCM / L.T.

Miracle, Oussama y Luna son tres de los estudiantes de tercero y cuarto de la ESO que han culminado cansados, pero muy orgullosos, este desafío que no dudan en calificar como «increíble». «Correr en la naturaleza, respirar aire puro, conocer a tanta gente nueva que ya se han convertido en mis amigos ha sido una pasada», aseguró Miracle. «Me quedo con el compañerismo que hemos creado entre todos, en las carreras corríamos juntos y nunca dejábamos a nadie atrás», añadió Oussma. «Ha sido una oportunidad única que nos ha servido para salir de la rutina, para hacer nuevos amigos, para divertinos y para hacer actividades muy chulas y variadas», dijo Luna.

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Por su puesto, nada de esto habría sido posible sin la colaboración de la Junta, de la Diputación Provincial, del Club Triatlon Marchamalo y de cada uno de los ayuntamientos de los municipios por los que ha transcurrido esta singular ruta de hermandad. Ahora, el deseo es seguir sumando a poyos para que esa marcha del corazón no pare de latir entre los jóvenes viajeros de la Alcarria.