El profundo plan de renovación de aceras y viales iniciado el año pasado por el Ayuntamiento de Marchamalo está a punto de finalizar en lo que respecta a las cuatro fases planteadas hasta el momento, las cuales tendrán continuidad durante los próximos años. A falta únicamente del pintado de la señalización horizontal en algunas de ellas, las obras de ejecución de la cuarta fase de renovación del pavimento ya han finalizado en las calles Aire, Oeste, travesía de Berjafelillo, San Mateo, San Juan, San Pedro y San Jorge, una actuación para la cual el consistorio gallardo ha recibido una ayuda de 165.258 euros de la Diputación de Guadalajara.
Todas estas calles, situadas en el casco antiguo del municipio, cuentan ahora con una plataforma única que incluye acera y vial al mismo nivel, pasando a ser vías de coexistencia con preferencia para peatones y ciclistas, con la velocidad limitada a 20 km/h y restricción de estacionamiento a las zonas delimitadas para ello. De este modo se garantiza la transitabilidad para personas con movilidad reducida, carros de bebé y peatones en general, tal y como exige el Reglamento de Circulación para este tipo de vías.
De hecho, no son las únicas que han pasado a ser vías de coexistencia, dada su estrechez y el sentido único de circulación en las mismas. En total se ha intervenido en una veintena de calles durante el último año, divididas en cuatro fases de actuación con un total de 750.000 euros de inversión.
Además de las recién terminadas también se ha actuado con cambio de acerado y pavimento en las calles Berjafelillo, Lagar, Iglesia, Huesca, Hornillo, Azucena, Jazmín, Flores, Clavel, Norte, a las que hay que sumar la renovación de aceras en tramos concretos de las calles Guadalajara, Aragón y Vereda de Cantalobos, y renovación completa incluyendo la red de abastecimiento de aguas en las calles Santa Ana y travesía del Norte.
Las próximas mejoras, en la Calle Hita
A estas actuaciones hay que sumar también la intervención realizada en la calle Hita durante el verano, gracias a la cual se sustituyó toda la red de abastecimiento de agua de esta histórica calle de Marchamalo, la cual une la Plaza Mayor con la Ermita de la Soledad y el cementerio. Debido a la antigüedad de sus canalizaciones las constantes averías obligaban a una renovación completa de la misma, la cual también ha podido llevarse a cabo gracias a una aportación del 80% de la ejecución material de la obra por parte los Planes Provinciales de la Diputación de Guadalajara, la cual ascendió a un total de 130.000 euros.
Una vez ejecutados estos trabajos el consistorio gallardo trabaja ya en el proyecto para la renovación completa de su pavimento, tras la cual pasará también a ser una vía de coexistencia con preferencia en la circulación para peatones y ciclistas, limitación de velocidad a 20 km/h y estacionamiento limitado a las zonas debidamente señalizadas para ello.
Para esta actuación se buscará también la posibilidad de financiación de una parte de la misma a través de la Diputación Provincial y su plan de mejoras urbanas para municipios menores de 20.000 habitantes, anunciado recientemente.