Los aranceles de Estados Unidos a los productos agrícolas que vienen de otros países han caído como un jarro de agua fría en Castilla-La Mancha, que tienen en la industria agroalimentaria uno de sus motores económicos. "Desde el primer momento que Trump habló de implantar aranceles, manifestamos nuestro rechazo", recalca la portavoz del Gobierno regional, Esther Padilla. Apuntó que ya Page llevó esta cuestión a Bruselas en el viaje que realizó la semana pasada. Fue uno de los temas que puso sobre la mesa en la reunión que mantuvo con la vicepresidenta tercera y comisaria de Comercio, Teresa Ribera. Reconoce que la implantación de estos aranceles "puede perjudicar a los productos, agricultores y ganaderos de nuestra región".
La decisión de Trump está generando cuando menos inquietud y también está agitando la discusión política entre Gobierno y oposición. Denuncia que "hasta ayer el PP ha estado callado" y le recuerda que sus socios en muchos ayuntamientos, Vox, respaldan las políticas del nuevo presidente de Estados Unidos. El mensaje que Padilla quiere traslada al campo es que "el Gobierno de Castilla-La Mancha les defendió desde el primer minuto y lo va a seguir haciendo independientemente de cómo venga la ola".