Estudió Bellas Artes por vocación. La ilustración es la forma que tiene Jorge Santamaría (Guadalajara, 1973) para expresarse. Es un ejemplo de superación profesional porque supo sobreponerse a una grave lesión en la mano diestra, maltratada después de horas de dibujo para cumplir con los apretados plazos de entrega de los superhéroes de Marvel, y aprendió a manejar el ratón con la zurda, con ello, se reinventó. Ahora, disfruta diseñando personajes y creando entornos para videojuegos y películas. Se reconoce como amante de la tecnología, por lo que está convencido de que el Metaverso ha venido para quedarse, pero al mismo tiempo confiesa que se siente atraído por dibujar sobre papel. Por ello, está abierto a recibir más encargos para ilustrar más momentos de la ciudad o de la provincia como ha hecho, recientemente, con el diseño del cartel de la Semana del Orgullo en Guadalajara.
¿Cuándo nace su vocación?
Siempre me ha gustado el dibujo y el cómic. Con mis primos y hermanos, comprábamos una colección y nos los prestábamos. Era un sueño ir a Madrid, a la zona de Callao, donde había cuatro tiendas. En Guadalajara, teníamos que ir a los kioscos. En un momento determinado, pensé en que habría gente que se dedicaba a dibujarlos. Yo no dejaba de dibujar pero sin pensar que era algo a lo que me podría dedicar cuando fuese mayor. La idea de pensar que podría dedicarme a ello llegó cuando un par de autores españoles empezaron a publicar en Planeta, a través del sello de cómics Forum, las ediciones de Marvel en España. Abrieron la posibilidad para que la gente empezara a mandar dibujos. Yo mandé. Esto ocurrió cuando tenía 18 años y acababa de terminar el instituto. Empecé a publicar en Fan Cines. Cuando salía con mis amigos por lo bares, yo no era de beber, y llegaba un punto que yo no pintaba nada. Me iba a casa y me quedaba a dibujar hasta la madrugada. Cuando la gente se piraba las clases para irse a jugar al mus, yo me iba a un centro social a dibujar. Tuve una progresión corta en tres años. Planeta hizo un proceso de Puertas Abiertas. Me contactó entre ocho dibujantes de toda España que ganamos y nos hicieron un book especial y nos encargaron ocho ilustraciones, pagadas, a color. En ese momento, lo que parecía un sueño empezaba a hacerse realidad.
Jorge Santamaría es ilustrador profesional y ha trabajado para el mundo del cómic, videojuegos y películas de animación. - Foto: Javier Pozo¿Entiende la mala fama del cómic?
En Madrid, hay sitios que está mal visto el cómic. Para mí, cualquier arte me parece que no es despreciable. Reconocía quién había hecho cada cómic. En aquel momento, lo más cercano a Marvel era Planeta. Estaba haciendo las portadas de Marvel edición española y póster de dentro. Te pagaban mal pero ahí empecé a ver que lo que era un sueño irrealizable podía ser alcanzable.
¿Cuáles eran sus cómics o dibujos animados preferidos de niño?
Hoy en día, hay muchos dibujos animados que no se podrían publicar. Igual veíamos cosas más violentas pero ahora hay más violencia habiendo más control. Me gustaba Sherlock Holmes, Dragones y Mazmorras, y había otras series como Ulises 31 o los Caballeros del Zodiaco que han envejecido bastante bien. También me acuerdo de Los Guardianes de la Galaxia, que yo paraba los fotogramas con el VHS y los dibujaba porque tenían poses. Y los ThunderCats también estaban muy bien. Y en los cómics, Los Cuatro Fantásticos, para mí, eran increíbles. Y hay una edición de George Pérez, Crisis en tierras infinitas, en la que George Pérez estaba tocado por los dioses. Hoy en día, te dan para ilustrar un número de una serie, no puedes crear una carrera, pero por aquel entonces sí que podías identificar los Titanes de George Pérez o Los Cuatro Fantásticos de John Byrne. El cine ha venido bien porque ha democratizado el mundo de los superhéroes y, por otro lado, se lo está cargando porque la gente va al cine a ver las películas pero no consume cómics. Yo siempre he sido más de Marvel que de DC. Me han gustado un montón de colecciones de Los Cuatro Fantásticos y los X-Men. Muchas veces, no era capaz de leer, me gustaba tanto el dibujo que no era capaz de leer los bocadillos. Y a nivel Europeo, Tintín no me ha gustado tanto ni Zipi Zape, pero Astérix y Obélix, Súper López o Mortadelo y Filemón me han encantado.
¿Todo el mundo de la ilustración hoy es totalmente digital?
Prácticamente, sí. Tiene sus pros y sus contras. Ahora, estoy haciendo un encargo para una empresa subcontratada por Marvel para unos cromos y tienen que ser físicos porque se van a vender como piezas de coleccionista. Parece que el original se ha relegado al coleccionismo. Hay cosas que están bien porque los bocetos en digital se hacen más rápido, no tienes que estar escaneando o limpiando. La pena es que se han perdido los originales.
¿EE UU sigue liderando el mundo del cómic con los superhéroes?
A nivel mundial, hay tres grandes grupos de cómic. Uno es el europeo con Francia y Bélgica, que es conocido como bande dessinée, y es un mundo muy de autor. La calidad es muy superior, las páginas son más grandes y todo es artístico. El segundo gran grupo es el del cómic japonés, totalmente distinto, allí está muy valorado, todo el mundo los lee, no hay límites. Y el tercer grupo del mundo es el de los superhéroes y ese está centrado en Estados Unidos, son los grandes amos. Y no creo que esto vaya a cambiar porque los grandes presupuestos de cine los maneja Estados Unidos y se retroalimenta el mundo del cómic con el cine.
Cuando trabajó para Marvel, ¿con qué superhéroes trató?
Siempre me ha tocado crear en todos los guiones. Y sí que tuve la suerte de diseñar trabajos de Marvel. Cada editor lleva unos personajes y es responsable de que cada serie tenga éxito. Tuve la suerte de estar con el editor de Los Mutantes y trabajé con personajes como Magneto, La Bruja Escarlata, Lobezno, y luego con el de Los Vengadores para dibujar una maxi serie que se llamó Celestial Quest con todos los Vengadores. De esa serie, salió el villano Thanos que salió en las películas de Infinity War.
En su currículum, hay también películas como 'Planet 51', 'Tadeo Jones' o 'Mortadelo y Filemón', ¿le gusta dar vida a los personajes?
Fue casualidad. Tuve una lesión por la que dejé Marvel porque las fechas de entrega son muy agresivas. Te piden un número al mes. Tienes que dibujar 22 páginas, más portada, y trabajaba de lunes a domingo una media de doce a catorce horas al día para poder cumplir. En mi caso, mi mano se resintió. He pasado por quirófanos y la mano la sigo teniendo igual. En la pandemia, he empezado a dibujar de nuevo con ella pero no la tengo bien. Aprendí a manejar el ratón con la izquierda y solo uso la derecha para dibujar a mano.
¿Es ambidiestro por necesidad?
Me he ido adaptando. He tenido suerte porque he practicado yudo y, aunque era diestro, he tenido más fuerza con la parte izquierda del cuerpo. Para mí, tener que dejar de dibujar cómics en Marvel fue un poco traumático. Es como si un futbolista que consigue entrar en el Real Madrid o el Barcelona, se lesiona y tiene que dejarlo. Pero tenía que buscar una salida. Aprendía a usar el ratón con la mano izquierda, trabajé de diseñador gráfico y surgió una oferta de trabajo como lay out 3D. Fue cuando empecé con Planet 51. Es el departamento en el que yo trabajo que es hacer la película en baja resolución, con el director, y haces toda la narrativa de la película. Luego se mejorará. En mi día a día, trabajo con mi mano izquierda. Puedo dedicarme a algo que me encanta, porque al final es narrar, contar historias, y estoy en el departamento que creo que tengo que estar porque trabajo en continuidad.
¿Se quedaría con alguna película?
En la película que mejor me lo he pasado es en Mortadelo y Filemón con Javier Fesser. Había leído los cómics de pequeño y era muy seguidor de Javier Fesser, de sus cortos y películas, y conocerlo fue un placer. Es la mejor película en la que he trabajado. Fue una película de bajo presupuesto y, a nivel de lay out, me hice el 60% de la película. Para mí, lo mejor de todo es saber que mi trabajo está bien hecho, se valora y me va a permitir seguir trabajando en lo que me gusta. Ese es el mayor premio.
¿El videojuego está evolucionando mundo de la animación?
El arte y el dibujo siguen existiendo. Hoy, prácticamente todo es tridimensional. Hay que dibujarlo. Empecé con los videojuegos porque antes de modelarlo en 3D hay que dibujarlo. Alguna vez he diseñado personajes, otras un entorno de juego, otras director de arte para que todo esté unificado. He participado en un par de videojuegos en realidad virtual y es el futuro. Me siento como cuando empezábamos a usar los ordenadores hace 30 años.
¿Qué opina del Metaverso?
Obviamente, es el futuro. No sé si a través de gafas o de lentillas. Es muy interesante. Me metí en un metaverso en el que hice un viaje a través de todo el sistema solar y me quedé impresionado. Los niños no pueden seguir aprendiendo de la manera que nosotros aprendimos. Es a donde vamos, el futuro que nos espera. Creo que esto no se puede parar, no va a fracasar porque lo que proporciona como avance es imparable.
Ha diseñado el cartel de la Semana del Orgullo de Guadalajara, ¿había realizado otros carteles antes?
Muy poco y hace muchísimo tiempo. En periodo en el que estaba entre Planeta y Marvel, hace 22 o 23 años, también diseñé un cartel para las jornadas del cómic. Ha pasado mucho tiempo y hasta ahora. Yo estoy encantado de colaborar con todo tipo de proyecto. En este cartel, he querido que hubiera una historia, no solo me gusta que sea bonito. Me siento más exclusivo con la ilustración que con las películas.
¿Prefiere ratón de ordenador o lápices de colores?
Tengo un sentimiento de amor-odio. Soy un poco de la vieja escuela. Prefiero el lápiz porque cuando veo algo en papel tiene magia. Es como ver un libro físico o en digital. El odio que tengo es que me duele mucho la mano cuando dibujo en físico. Y por otro lado, me gusta mucho la tecnología y no me gusta nada mancharme. Me gustan los originales y tocar el papel, pero también el digital y estoy abocado a ello.